Los aluviones en Bárcena, Volcán y Tumbaya constituyeron una de las tragedias más fuerte que sufrió el norte jujeño. Representó un caos que demandó inmediata organización, búsqueda y solidaridad. Desde todos los sectores de la provincia llegó la más desinteresada ayuda, encarnada en miles de voluntarios dispuestos a colaborar con los lugareños que perdieron parte o todo su patrimonio y hasta la vida misma.
Los efectivos de la Policía de la Provincia no fueron la excepción y desde un primer momento una gran cantidad de ellos fueron destinados a brindar no sólo seguridad, sino también control, ayuda, acompañamiento, trabajo y prevención.
Fueron los primeros en llegar y, junto con sus distintos cuerpos organizados, se dirigieron presurosos a rescatar personas, a desviar los vehículos para neutralizar el caos y a trasladar a las personas que necesitaban atención médica. Así, sin dudarlo, asumieron su rol, el de brindar seguridad, protección y prevención.
Funcionarios y autoridades del área de Seguridad de la Provincia, elaboraron un plan de contingencia y evacuación, robustecido por un esquema de servicio de prevención, llevado a cabo desde el primer momento de la catástrofe, a través de un modelo de trabajo conjunto con la Coordinación de Emergencias, Bomberos, Policía, Seguridad Vial, Infantería, Ceop, Same, Vialidad Provincial, Gendarmería Nacional Agrupación IX, Ejercito Argentino y Dirección de Tránsito de la Policía.
Por día, 250 efectivos, entre agentes y suboficiales, seis oficiales jefes y seis oficiales jefes superiores fueron a trabajar a las zonas afectadas. Hasta el día de hoy continúan allí.
Los miembros de la familia policial estuvieron a cargo durante los primeros cinco días posteriores al alud, de 950 asistencias de traslados de evacuados, 16 asistencias alimentarias y traslado a zonas alejadas, 12 asistencias de evacuación de emergencias hospitalarias y 160 despachos de unidades de transporte de pasajeros en trasbordo (7.200 personas).
También colaboró Seguridad Vial sobre la ruta 9.
Los efectivos de la Policía de la Provincia no fueron la excepción y desde un primer momento una gran cantidad de ellos fueron destinados a brindar no sólo seguridad, sino también control, ayuda, acompañamiento, trabajo y prevención.
Fueron los primeros en llegar y, junto con sus distintos cuerpos organizados, se dirigieron presurosos a rescatar personas, a desviar los vehículos para neutralizar el caos y a trasladar a las personas que necesitaban atención médica. Así, sin dudarlo, asumieron su rol, el de brindar seguridad, protección y prevención.
Funcionarios y autoridades del área de Seguridad de la Provincia, elaboraron un plan de contingencia y evacuación, robustecido por un esquema de servicio de prevención, llevado a cabo desde el primer momento de la catástrofe, a través de un modelo de trabajo conjunto con la Coordinación de Emergencias, Bomberos, Policía, Seguridad Vial, Infantería, Ceop, Same, Vialidad Provincial, Gendarmería Nacional Agrupación IX, Ejercito Argentino y Dirección de Tránsito de la Policía.
Por día, 250 efectivos, entre agentes y suboficiales, seis oficiales jefes y seis oficiales jefes superiores fueron a trabajar a las zonas afectadas. Hasta el día de hoy continúan allí.
Los miembros de la familia policial estuvieron a cargo durante los primeros cinco días posteriores al alud, de 950 asistencias de traslados de evacuados, 16 asistencias alimentarias y traslado a zonas alejadas, 12 asistencias de evacuación de emergencias hospitalarias y 160 despachos de unidades de transporte de pasajeros en trasbordo (7.200 personas).
También colaboró Seguridad Vial sobre la ruta 9.
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Los aluviones en Bárcena, Volcán y Tumbaya constituyeron una de las tragedias más fuerte que sufrió el norte jujeño. Representó un caos que demandó inmediata organización, búsqueda y solidaridad. Desde todos los sectores de la provincia llegó la más desinteresada ayuda, encarnada en miles de voluntarios dispuestos a colaborar con los lugareños que perdieron parte o todo su patrimonio y hasta la vida misma.
Los efectivos de la Policía de la Provincia no fueron la excepción y desde un primer momento una gran cantidad de ellos fueron destinados a brindar no sólo seguridad, sino también control, ayuda, acompañamiento, trabajo y prevención.
Fueron los primeros en llegar y, junto con sus distintos cuerpos organizados, se dirigieron presurosos a rescatar personas, a desviar los vehículos para neutralizar el caos y a trasladar a las personas que necesitaban atención médica. Así, sin dudarlo, asumieron su rol, el de brindar seguridad, protección y prevención.
Funcionarios y autoridades del área de Seguridad de la Provincia, elaboraron un plan de contingencia y evacuación, robustecido por un esquema de servicio de prevención, llevado a cabo desde el primer momento de la catástrofe, a través de un modelo de trabajo conjunto con la Coordinación de Emergencias, Bomberos, Policía, Seguridad Vial, Infantería, Ceop, Same, Vialidad Provincial, Gendarmería Nacional Agrupación IX, Ejercito Argentino y Dirección de Tránsito de la Policía.
Por día, 250 efectivos, entre agentes y suboficiales, seis oficiales jefes y seis oficiales jefes superiores fueron a trabajar a las zonas afectadas. Hasta el día de hoy continúan allí.
Los miembros de la familia policial estuvieron a cargo durante los primeros cinco días posteriores al alud, de 950 asistencias de traslados de evacuados, 16 asistencias alimentarias y traslado a zonas alejadas, 12 asistencias de evacuación de emergencias hospitalarias y 160 despachos de unidades de transporte de pasajeros en trasbordo (7.200 personas).
También colaboró Seguridad Vial sobre la ruta 9.
Los efectivos de la Policía de la Provincia no fueron la excepción y desde un primer momento una gran cantidad de ellos fueron destinados a brindar no sólo seguridad, sino también control, ayuda, acompañamiento, trabajo y prevención.
Fueron los primeros en llegar y, junto con sus distintos cuerpos organizados, se dirigieron presurosos a rescatar personas, a desviar los vehículos para neutralizar el caos y a trasladar a las personas que necesitaban atención médica. Así, sin dudarlo, asumieron su rol, el de brindar seguridad, protección y prevención.
Funcionarios y autoridades del área de Seguridad de la Provincia, elaboraron un plan de contingencia y evacuación, robustecido por un esquema de servicio de prevención, llevado a cabo desde el primer momento de la catástrofe, a través de un modelo de trabajo conjunto con la Coordinación de Emergencias, Bomberos, Policía, Seguridad Vial, Infantería, Ceop, Same, Vialidad Provincial, Gendarmería Nacional Agrupación IX, Ejercito Argentino y Dirección de Tránsito de la Policía.
Por día, 250 efectivos, entre agentes y suboficiales, seis oficiales jefes y seis oficiales jefes superiores fueron a trabajar a las zonas afectadas. Hasta el día de hoy continúan allí.
Los miembros de la familia policial estuvieron a cargo durante los primeros cinco días posteriores al alud, de 950 asistencias de traslados de evacuados, 16 asistencias alimentarias y traslado a zonas alejadas, 12 asistencias de evacuación de emergencias hospitalarias y 160 despachos de unidades de transporte de pasajeros en trasbordo (7.200 personas).
También colaboró Seguridad Vial sobre la ruta 9.