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5 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Piden igualdad de oportunidades y que se cumpla la ley

Uno de los mayores problemas por los que atraviesan las personas con discapacidad es la accesibilidad.Esto incluye un sistema adaptado en el transporte público, en los edificios, en las calles y en el ámbito laboral.

Miércoles, 24 de mayo de 2017 15:47

 

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Personas con discapacidad se autoconvocaron recientemente frente a Casa de Gobierno para pedir por sus derechos y los de miles de ciudadanos jujeños en su misma situación que atraviesan a diario serios inconvenientes para desenvolverse en la sociedad. Lo más preocupante es la accesibilidad en el transporte público.

Son varios los problemas que se suman a ese y es por ello que el reclamo quiere hacerse oír para que la comunidad los incluya y las autoridades puedan darles una respuesta a sus dificultades.

Piden que se cumpla con la Ley N§ 22.431 que tiene el objetivo de suprimir las barreras físicas en los ámbitos urbanos arquitectónicos y del transporte que se materialicen en el futuro, o en los ya existentes que remodelen o sustituyan en forma total o parcial sus elementos constitutivos, con el fin de lograr la accesibilidad para las personas con movilidad reducida.

Gustavo Znoy, uno los referentes del grupo que hizo protesta pacífica la semana pasada, en diálogo con El Tribuno de Jujuy dijo que desde hace 6 años que empezó a moverse por los medios de comunicación con la idea de mostrar su realidad para que la discapacidad se haga más visible. Su lucha también se difundió por las redes sociales y sumó a otras personas que coincidieron con él. La principal problemática en ese entonces pasaba por la falta de accesibilidad, algo que hasta el día de hoy no ha podido resolverse.

Movilizados por esto, convocaron a una protesta pacífica que tuvo repercusiones y fue el puntapié inicial de las acciones que llevarán a cabo hasta obtener respuestas favorables.

Puntualmente, la escasez de rampas en el transporte público es la mayor complicación para aquellos que circulan en sillas de ruedas. Es lo más impactante porque no pueden realizar las actividades que cotidianamente ejerce cualquier persona en la sociedad como ser: trabajar, estudiar y recrearse en momentos de ocio.

Alicia Riviere, una de las mujeres perjudicadas por esto dijo que: "Debería haber más colectivos con rampas que circulen por la provincia ya que una de las consignas que dicta la ley dice que a medida que pasen los años la cantidad de vehículos tienen que ir aumentando. Eso no se está cumpliendo".

Pablo Arcibia, otro de los miembros del grupo sostuvo que "por mi parte se me hace más fácil venir en la silla de ruedas al centro que en colectivo. Los que pasan con rampas hay muy pocos. En realidad, hay aproximadamente 200 colectivos en total en nuestra capital y solamente 8 de ellos tienen rampa. Es decir, no hacen ni el 3%".

En relación a esto comentaron que además tienen que enfrentarse a choferes poco predispuestos a colaborar con ellos. "Donde vivo no hay pavimento, vivo en San Pedrito y la mayoría de las calles son de piedras. Sumándole a esto el único colectivo que pasa por la zona no posee rampas. En reiteradas ocasiones le preguntamos a los choferes si había algún micro con rampas y nos dijeron que no saben. Mi esposo me tiene que alzar, subir la silla y a mí. Y muchas veces los choferes nos dicen que nos apuremos, que ellos tienen que cumplir horarios y eso nos genera mayor indignación aún.", dijo Maira Ninaja, otra persona que participó en el reclamo.

Los que viven en Palpalá directamente no pueden viajar a San Salvador por transporte público porque no hay unidades adaptadas que hagan ese trayecto. Lamentable.

A partir del encuentro que fue el punto de partida para ellos, se generó el interés por continuar convocando a todos aquellos que tengan las mismas necesidades y que quieran integrar el grupo.

La convocatoria también va para otros voluntarios que deseen ayudarlos. Para integrarse el número de contacto es 388-155083097.

 

El problema de las rampas

En el casco céntrico de nuestra ciudad es frecuente observar a automovilistas descuidados, poco solidarios o apurados que estacionan sus vehículos justo en alguna rampa, actitud que genera indignación ya que obstaculizan el paso de personas en sillas de ruedas.

Con respecto a esto Gustavo Znoy comentó que "lo ideal sería que nadie estacione en las rampas y que las mismas estén ubicadas en toda la esquina de las calles y que sean rodeadas de postes para evitar el estacionamiento de vehículos".

No obstante, dentro de esa reducida cantidad de rampas hay otro inconveniente que solo ellos lo perciben, hay una mala construcción de las mismas. Muchas de ellas no están adaptadas a la calle, es decir tienen un pequeño escalón y no se acoplan al pavimento.

Esto provoca que se dificulte aún más el acceso por ahí de personas en sillas de ruedas, adultos mayores con bastones o madres y padres que circulan con bebes en coches.

"Muchas rampas tienen un borde, una canaleta por donde pasa el agua que nos dificulta el paso a través de ellas. No solo nos complica el paso, sino que nos puede ocasionar algún accidente", remarcó Znoy.

Una de las ideas que impulsa el grupo es elevar el cordón cuneta, en las paradas de colectivos, unos centímetros más para que quede a la altura de las puertas de los micros para que el descenso de personas en sillas de ruedas pueda efectuarse sin inconveniente alguno.

Se trata de propuestas a tener en cuenta.

En los edificios públicos y privados

El problema de la accesibilidad no solo abarca las rampas en el transporte público, también se trata de las rampas en las veredas que estén bien hechas en las calles y en los edificios públicos y privados.

Sobre esto explicaron que para tener la oportunidad de gestionar un trámite, realizar una compra o ingresar a algún edificio es necesaria la construcción de rampas en sus ingresos, un mostrador a altura más baja para que puedan dialogar con el personal y baños adaptados para que puedan hacer uso del mismo como todo ciudadano.

En las escuelas y universidades sobre todo son muy necesarias estas construcciones ya que en la mayoría de los establecimientos asisten niños, jóvenes o adultos con discapacidad que requieren de ello para poder estudiar.

Es hora entonces que las autoridades competentes se ocupen de resolver la problemática, derribando las barreras arquitectónicas.

 

Proyectos inclusivos para el sector

Un afán que persigue este grupo de personas con discapacidad es poder ser escuchado por las autoridades locales para poder contar sus ideas y lo que sería necesario para mejorar la convivencia.

Pretenden aportar ideas a través de sus experiencias de vida y llevar un trabajo en conjunto.

En relación a esto explicaron que su mayor anhelo es modificar el sistema educativo en virtud a la situación que a ellos les toca vivir ya que absolutamente todas las personas pueden tener un hijo con discapacidad o poseer una a causa de un accidente.

Dentro de lo educativo quieren integrar en el plan de estudios de los estudiantes de todos los niveles un contenido que haga referencia a las diferentes discapacidades que puede tener un individuo.

Para que desde niños tengan la formación necesaria y a futuro sepan cómo reaccionar cuando se les presente una situación con una persona con discapacidad.

El objetivo de esto es evitar la discriminación y fomentar los valores y el altruismo para con esta población que necesita de la sociedad en conjunto.

Esta idea surge a partir de las vivencias que les toca vivir a cada uno de ellos "muchas veces nos miran, se nos burlan y nos molestan.

Eso nos lastima mucho y no debería ser así porque a todos los que se ríen de nosotros les puede pasar estar en una silla de ruedas o tener un familiar con esa condición", comentó Ninaja a nuestro matutino.

Con respecto a esto manifestaron que enseñarles a los niños puede servir mucho para que en el futuro no los excluyan.

“Además, el Estado tiene el deber de fomentar la inclusión porque somos personas con derechos que se tienen que respetar. Nosotros no pedimos asistencialismo, que nos regalen una silla de ruedas, por ejemplo.

Eso no hace a la vida de un ser humano que busca su desarrollo personal y su autonomía, queremos no tener que depender tanto de los demás", explicó Alicia Riviere.

Tienen derecho a trabajar

Dentro del ámbito laboral hay una ley de cupo donde el 4% de una planta de trabajadores debe estar integrada por personas con discapacidad. Si bien en la Provincia hay una seria escasez de puestos de trabajo disponibles, en instituciones gubernamentales se debe cumplir con esto. Aunque no solo puede aplicarse en organismos del Gobierno, cualquiera que tenga un kiosco u otro tipo de comercio o empresa, puede incluir a las personas con discapacidad.

Sobre esto, Maira Ninaja resaltó que "vemos a muy pocas personas o a nadie que trabaja en las instituciones que contiene el Gobierno de la provincia. El Ente Autárquico Permanente, por ejemplo, es una de ellas que puede ser más inclusivo con nosotros".

Continuó diciendo que "siempre que voy a pedir trabajo muchos se sorprenden y me preguntan cómo yo puedo trabajar. Yo les respondo que si puedo porque por más que esté en silla de ruedas puedo trabajar en el área de supervisión o en algún sector adaptado. Pero lo peor de todo es que nos cierran las puertas y nos discriminan".