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Pobreza, voluntariado e indiferencia, tres aspectos que conviven

En la provincia existen numerosos grupos que dedican su tiempo en asistir a los que menos tienen.Sin embargo, también hay personas que son indiferentes y otras que entorpecen el trabajo solidario. 
Miércoles, 30 de agosto de 2017 16:46
“POR UNA SONRISA/ GRUPO QUE BRINDA AYUDA DESINTERESADA AL QUE MÁS NECESITA.
“JUJUY AYUDA CON EL CORAZÓN”/ LOS VOLUNTARIOS TRABAJAN DE MANERA SOLIDARIA A NIVEL SOCIAL.

Los grupos de voluntarios han ido incrementándose con el paso del tiempo en Jujuy, este crecimiento fue acompañado de una demanda y un contexto de crisis económica que también fue aumentando. Diversas instituciones no gubernamentales todos los días asisten con un plato de comida y con contención a personas que viven en la calle y a familias en situación de vulnerabilidad.

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Los grupos de voluntarios han ido incrementándose con el paso del tiempo en Jujuy, este crecimiento fue acompañado de una demanda y un contexto de crisis económica que también fue aumentando. Diversas instituciones no gubernamentales todos los días asisten con un plato de comida y con contención a personas que viven en la calle y a familias en situación de vulnerabilidad.

Cada organismo solidario trabaja de una manera distinta, pero todos tienen un mismo fin: colaborar con personas en situación crítica.

La otra cara de esta loable acción es la indiferencia de la gente. Como hay personas solidarias, también hay indiferentes,  y otras que perjudican y entorpecen el trabajo solidario. Los voluntarios creen que la situación económica que atraviesa el país hace que la sociedad sea cada vez más egoísta pero también provoca que las necesidades crezcan y por ende, a que jóvenes y adultos se sensibilicen y salgan a la calle a ofrecer su tiempo y dedicación para intentar cambiar esta realidad.

Cada organismo solidario trabaja e interviene de una manera distinta, pero todos tienen un mismo propósito que es colaborar con aquellas personas que pasan por situaciones críticas. El objetivo también es el mismo: intentar cambiarles, aunque sea por un momento, la cruel realidad que atraviesan.

Muchas de estas instituciones se dedican a asistir a personas que viven en las calles de Jujuy y a familias de asentamientos o barrios periféricos que padecen graves problemas económicos y de salud, en algunas ocasiones.

Algunos iniciaron su camino ayudando sólo a personas en situación de calle pero la demanda fue acrecentándose en los últimos años. Al respecto, Darío Vargas de "Jujuy ayuda con el corazón" en diálogo con El Tribuno de Jujuy, comentó que "no hace falta ser voluntario y salir a recorrer la ciudad para saber si aumentó o no la pobreza, directamente en el hogar de cada uno se puede vislumbrar esto. Yo lo siento en mi casa cuando busco mercadería para donar a alguien que necesite se me hace más difícil de conseguir o de comprar".

Al dialogar con referentes de los distintos grupos se puede apreciar que en sus testimonios todos coinciden en algo puntual: son muchos los hombres que viven en la calle, a esa población masculina se le sumaron mujeres que atraviesan un contexto similar, y que la cantidad de familias que se acercan a ellos en busca de ayuda también fue incrementando.

Todo esto impactó en el corazón de otras personas que optaron por seguir el camino del altruismo, de ayudar sin pedir nada a cambio, con empatía, es decir, poniéndose en el lugar del otro.

"Hay más familias en situación de pobreza que pasan por cosas trágicas como ser incendios, robos, abandonos, y no tienen los recursos necesarios para volver a empezar y necesitan ayuda. Tenemos que crecer como sociedad y concientizar desde chicos a las personas para que no haya indiferencia social. Es más fácil hacer la vista gorda que ponerse en el lugar del otro. Hay que abrir más los ojos y mirar con el corazón. Y tomar conciencia que con un poquito podemos hacer mucho", reflexionó Marcela Otazo, integrante de "Por una sonrisa".

Cecilia Cernuschi, miembro de "Zoom", resaltó que "nos empezaron a llegar otros casos, como ser el de una mujer que en cada recorrida que hacemos la encontramos revolviendo los tachos de basura de la plaza Belgrano. Esto nos llamó la atención y desde ese momento siempre que la vemos le llevamos mercadería".

Un gran proyecto que todavía no  cuenta con el respaldo necesario

La Heladera Social es una iniciativa que nació en Tucumán y desde el 2015 abrió sus puertas en Jujuy. La propuesta surgió como una idea que buscaba impactar en la vida de muchos: guardar en una heladera la comida que no se consumió en bares y restaurantes para que los que no tienen qué comer puedan llevarse una porción, de manera gratuita, en lugar de tener que buscar los restos en la basura.

Al instalarse la primera "Heladera Social" en la provincia tuvo un fuerte impacto en los jujeños, ya que muchas familias empezaron a cocinar exclusivamente para estas heladeras. Pero de a poco fue dejando de tomar relevancia y la cantidad de alimentos fue disminuyendo.

Hoy sólo quedan dos, una en Muña (Alvear 942) y otra afuera del Macedonio Graz (La Madrid 524). En un principio eran más pero el poco interés de la gente y propietarios hizo que algunas hayan cerrado sus puertas. Caso contrario ocurrió en otros restaurantes que conservan el proyecto y le dedican un tiempo diario a cuidarlo. "En Muña por ejemplo en la carta de menúes, hay una apartado en donde se invita a los comensales a colaborar y los que no vieron eso, tienen a los mozos que están preparados para consultarles si quieren dejar algo de comida", sostuvo Cecilia Cernuschi, integrante de "Zoom" y colaboradora activa de este proyecto.

La Heladera Social es responsabilidad de todos porque su funcionamiento implica a toda la comunidad. A los que no sufren de problemas económicos les brinda la oportunidad de donar aquello que no van a consumir o simplemente de donar un alimento, y esa comida va destinada a aquellos que si sufren de problemas económicos y que con ese aporte pueden brindar alimentación a sus familias.

"En Tucumán por ejemplo la participación ciudadana es notable, los vecinos se comprometieron, hay voluntarios que cocinan y reparten unos 100 platos al día, la Universidad también aporta", comentó la voluntaria.

Sobre el decaimiento de la Heladera Social explicó que "esto cayó porque perdió visibilidad y porque todos nos pusimos en un papel de mirar quién es el que retiraba, es decir perdimos el foco del proyecto. El objetivo es que la comida no se desperdicie, que no vaya a la basura y ponerla en una heladera para que otro la retire".

Continuó diciendo que "no debemos perder esta iniciativa, porque es un medio para que nosotros como sociedad hagamos algo, para que no nos quedemos parados, pero sin perder el foco, el objetivo es que no hay que desperdiciar la comida, no observar quién la lleva y quién no. Es necesaria una concientización de que es una porción por persona y pensar en el otro. Porque si no lo hacemos perdemos todos".

Contención para las personas en situación de calle de San Salvador

Cada los lunes el equipo que compone “Manos Abiertas” recorre distintos puntos de la ciudad para encontrarse con sus “patroncitos” (personas en situación de calle). Los martes y sábados, “Zoom”, realiza un recorrido similar; los miércoles llega el turno de “Por una sonrisa”; los jueves de “Jujuy ayuda con el corazón” y “Fundación Sí”; mientras que los viernes, el Comedor “12 Apóstoles” recibe a estas personas para brindarles la cena en la punta del parque San Martín. 

A estos grupos se le suman “Perchero Social” y “Los Payamigos” que también brindan su colaboración a este sector.

“Las personas en situación de calle son asistidas casi todos los días de la semana, siempre hay alguien pensando en ellos”, explicó Cecilia Cernuschi.

“Y no meramente sólo nos preocupamos por darles comida, nos preocupamos por ellos en general, por la higiene, por la vestimenta, para que vuelvan con la familia”, expresó Cernuschi.

Sobre el crecimiento de esta problemática la voluntaria estimó que existe un crecimiento. “Creo que hay más personas en situación de calle, nos hablaron de barrios como ser Malvinas Argentinas o Alto Comedero para que atendamos a estas cuestiones que antes sólo se veían en el centro”, sostuvo. 

Los voluntarios tratan de darle una salida a ese momento pero la solución no depende de ellos, depende de un trabajo más intenso por parte del Estado.

“Angelito”: se recuperó y tiene un trabajo

Los grupos solidarios buscan que cada personas pueda recuperar su confianza y autoestima para superar su situación.

Hay un caso de superación, de un hombre que dejó la calle y se puso a trabajar en una farmacia ubicada sobre la calle Lavalle y Gorriti. Si bien, según los voluntarios “Angelito”, siempre tuvo la oportunidad de hacer “changas” en esa farmacia pero de hace poco que decidió cambiar su vida. 

Los jóvenes que vieron durante años a esta persona alcoholizarse, destacan que siempre fue muy amable y hasta participativo en las tareas solidarias de los grupos. Por ejemplo, fue a Volcán junto a “Jujuy ayuda con el corazón” cuando ocurrió el alud a principio de año.

Más allá de todo el cariño y contención que los voluntarios le ofrecieron a “Angelito” fue determinante que su madre lo fue a buscar y le pidió que regrese a su hogar. “Nosotros desde el voluntariado tenemos que seguir apoyando para que esa confianza y autoestima que fue incorporando no se caiga y siga por este camino”, resaltó Cernushi. 

 

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