SAN PEDRO (Corresponsal) Debido a una disfunción valvular, Brisa Milagros Huaranca, permanece internada desde hace 28 días, en la Unidad de Terapia Intensiva de un sanatorio en la capital provincial. La niña que nació con Mielomeningocele valvulada y que desde su silla de ruedas supo ganarse el corazón de la comunidad por su valor al enfrentar la vida, hoy libra una dura batalla y necesita el apoyo para que sus padres, que deben viajar dos veces al día para realizar los trámites ante la obra social y verla en los horarios de visita, puedan afrontar los gastos que demanda esta internación y los respectivos estudios.
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SAN PEDRO (Corresponsal) Debido a una disfunción valvular, Brisa Milagros Huaranca, permanece internada desde hace 28 días, en la Unidad de Terapia Intensiva de un sanatorio en la capital provincial. La niña que nació con Mielomeningocele valvulada y que desde su silla de ruedas supo ganarse el corazón de la comunidad por su valor al enfrentar la vida, hoy libra una dura batalla y necesita el apoyo para que sus padres, que deben viajar dos veces al día para realizar los trámites ante la obra social y verla en los horarios de visita, puedan afrontar los gastos que demanda esta internación y los respectivos estudios.
Ante esta difícil situación, se organizaron campañas solidarias para ayudar económicamente a los padres, ya que desde el mes de mayo se movilizan periódicamente para acompañar a Brisa, desde la localidad de La Esperanza hasta San Salvador de Jujuy. La primera campaña la organizó la institución Asper, a la que asiste Brisa, quien desee colaborar puede llegarse hasta la entidad. También sumaron sus manos referentes de la comunidad sampedreña, quienes con la anuencia de la familia, ayer lanzaron un nuevo llamado a la solidaridad para recaudar fondos y apoyar a los padres hasta que Brisa se recupere y regrese a casa. El objetivo es uno, sumar, ayudar, ser eslabones de una cadena solidaria.
Hace doce años, nuestro diario llegaba hasta la localidad azucarera de La Esperanza, ante el desesperado llamado de una madre de siete niños, tres de ellos con severos cuadros de discapacidad y oxigeno dependientes, que iban a ser desalojados, ya que para preservar la salud de sus hijos, habían ingresado a una vivienda desocupada del Ingenio. El padre, había sido despedido de la empresa azucarera, por viajar hasta Buenos Aires para estar presente en la operación de Brisa afectada por Mielomeningocele valvulada, malformación Dr. Arnol Kiari II, talla vesical por reflujo grado V.
Desde hace diecisiete años, la familia Huaranca Galeano, tuvo que luchar primero en medio de la pobreza y de la desocupación, más con la ayuda de Dios, aparecieron personas que con su gesto generoso allanaron el camino, pero siempre sus vidas, estuvieron signadas por el dolor y esas terribles enfermedades que afectaron a sus hijos.
Hace diez meses, falleció Víctor Gabriel Huaranca, quien nació con una afección llamada Síndrome de Alexander con desmielinización progresiva, enfermedad degenerativa del Sistema Nervioso Central que comenzó con pérdida de la motricidad de sus piernas y paulatinamente de sus brazos. Luego perdió el habla, la audición y las restantes funciones de su cuerpo. Los médicos dijeron que no había expectativas y le dieron 10 años de vida, pero Gabriel luchó y aunque su cerebro iba muriendo día a día, llegó a cumplir los 17 años. Hoy, la vida pone a la familia ante otra difícil prueba, ahora es Brisa quien debe luchar.
“Desde hace quince años, Brisa tuvo una válvula y en el mes de mayo dejó de funcionar, provocándole una meningitis, estuvo muy grave, cuarenta días internada en Terapia Intensiva, fue dada de alta, a la semana sufrió otra disfunción valvular y fue trasladada de urgencia hasta la Unidad de Terapia Intensiva de un sanatorio de la capital provincial. Durante veinticinco días permaneció entubada con respirador artificial, no despertaba. Los médicos pensaban efectuarle una traqueotomía pero no favorecía porque luego podría dificultar la colocación de la nueva válvula”, dijo la madre de Brisa Paola Fabiana Galeano quien apuntó que el domingo Brisa despertó y le sacaron el respirador artificial. “Brisa está muy cansada, pero el domingo gracias a Dios despertó, era su cumpleaños y todos viajamos para estar junto ella. Debido al tratamiento al que está siendo sometida, no puede hablar, tiene una parálisis en uno de sus brazos, esperamos que eso pase y se recupere, porque a ella le gusta hablar, cantar y andar con su silla de ruedas para todos lados”, indicó la madre.
Cada mañana, Paola y su esposo, salen temprano con destino a la capital provincial, para llegar al horario de visita y poder realizar los trámites que requiere la internación y el tratamiento, pasado el mediodía regresan a La Esperanza para cuidar de sus otros hijos y al llegar la tarde noche, vuelven a viajar para ver a Brisa, quien sufre además Epoc post viral por adenovirus y osteoporosis severa y escoliosis severa en la vejiga y riñones, por lo que debe ser sometida a cateterismos intermitentes cada cuatro horas.