La Justicia jujeña investiga alrededor de 80 casos de abusos sexuales ocurridos solamente en los últimos cinco meses del año pasado y se estima que la cifra ascendería a un total que se aproxima a los 260 casos denunciados e investigados durante todo el 2017.
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La Justicia jujeña investiga alrededor de 80 casos de abusos sexuales ocurridos solamente en los últimos cinco meses del año pasado y se estima que la cifra ascendería a un total que se aproxima a los 260 casos denunciados e investigados durante todo el 2017.
El fiscal de Investigación Penal N° 8, Alejandro Bossatti, es uno de los agentes especializados, dentro del proyecto de Desarrollo Sistemático en la Investigación que propone el Ministerio Público de la Acusación, especializado en la investigación de denuncias por violencia de género, del cual se hizo cargo en agosto del año pasado.
Solo en esos cinco meses, se pudo constatar que de estos 80 casos, al menos el 80 por ciento de los abusos sexuales que son investigados por la Justicia jujeña, son en contra de menores de edad y se dieron en el entorno familiar.
Esta cifra alarmante para la población jujeña da cuenta que en los últimos 150 días, cada 48 horas era denunciado un caso de abuso sexual, y durante los últimos 12 meses, las denuncias ocurrieron cada 36 horas.
Estos datos si bien no figuran como oficiales, son aportados por fuentes judiciales confiables.
Los datos más precisos estarán a mediados de este mes, cuando las otras fiscalías deriven las causas al agente fiscal N§ 8, pero girarán alrededor de estos datos.
Estos tipos de delitos, por lo menos en nuestra provincia y desde hace tiempo atrás, encabezan las estadísticas de números de causas elevadas a juicio y que fueron resueltas con condena. La mayoría de los juicios en la tres Salas de los Tribunales en lo Criminal de la provincia, tristemente se debe a abusos sexuales y las víctimas resultan ser menores de edad, según las fuentes judiciales que fueron consultadas.
Por lo menos en nuestra provincia, la mayoría de las personas denunciada por abuso, llega a juicio oral detenida, y otro dato, que no es menor, es que todos los casos que están en instancias investigativas están casi resueltos o encaminados.
Un contexto social
"Vivimos en una provincia de altísimo nivel de violencia sexual y si bien los casos de abusos se dan en distintos sectores sociales, la mayoría de los casos se dan en familias de escasos recursos económicos y que viven en condiciones de hacinamiento", le dijo a nuestro medio el fiscal Alejandro Bossatti.
Además dejó sentado que "cuando la justicia toma conocimiento del hecho, lamentablemente está consumado y se ordenan las medidas correspondientes de investigación, pero sobre todo en los casos de abusos en contra de niños, hay un "territorio" que el victimario viene preparando desde un tiempo atrás, ganándose la confianza de su víctima, y que al respecto la familia debe estar alerta, sobre todo en los comportamientos de los niños", dijo.
Datos a nivel nacional
Hay índices a nivel nacional que indican que uno de cada cinco niños es abusado, que se denuncian solo el 10% de los casos, y que solo el 1% de estos casos obtiene condena.
Casi 2 millones de niñas y niños son víctimas de este delito en nuestro país, según un informe de la Organización Mundial de la Salud.
También se sabe que el 52% de las víctimas de abuso sexual en Argentina son criaturas, y por eso avanza en el Congreso Nacional una ley que pretende hacer que estos delitos sean perseguidos de oficio, y no solo cuando los padres o tutores formulan la denuncia.
El 15 de noviembre pasado se aprobó por unanimidad en la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados este proyecto de reforma que desde ya es beneficiosa para encarar la problemática.
Paula Wachter, fundadora de Red por la Infancia que funciona en todo el país, afirma que “el abuso sexual infantil tiene severas consecuencias para el desarrollo individual y social de las víctimas. Produce culpa, humillación, impotencia, estigmatiza y afecta gravemente su autoestima y la percepción que tienen de sí mismos. Se trata de un delito que no suele denunciarse, entre otros factores, porque en el 80% de los casos el agresor es un integrante de la familia”. Es un delito silenciado por el propio entorno familiar, ya sea por temor a la condena social, por vergüenza o por miedo a la reacción que pueda tener el agresor.
Tiempo de nuevos debates
Además El Tribuno de Jujuy dialogó con Mariana Vargas, abogada que además de integrar la Multisectorial de Mujeres de Jujuy, junto a otros profesionales planteó la necesidad de abrir nuevos debates a esta problemática social.
“Los temas de violencia de género que se han puesto en debate con tanta intensidad en el último tiempo en Jujuy, han replanteado también lo que padecen niñas y niños cuando son víctimas de abuso sexual, en especial el incesto. A mi entender para un niño o niña lo importante, cuando existe una situación de violencia de cualquier tipo, es poder alejarse de la zona de la turbulencia. Esto implica que no puede privilegiarse mantener la estructura familiar intacta. Porque para mantenerse intacta debe garantizar el secreto familiar, aunque el niño haya develado el abuso sexual”.
“Si un niño es abusado sexualmente, nuestro punto de partida debe ser resguardar, proteger, cumplir la ley y los acuerdos internacionales. De lo contrario se estaría naturalizando la violencia, garantizando impunidad del violento y desampararíamos a la niñez vulnerada”.
“A mi entender debemos modificar el tratamiento en el proceso penal. En estos casos debemos partir de la protección a la víctima, y garantizarnos obtener el relato que será prueba. No siempre se devela el hecho en palabras, cuando los adultos pretenden que el niño diga en Cámara Gesell lo que de alguna otra forma ya develó. El delito de incesto es un delito muy especial, muy astillado por la manipulación, el afecto, las amenazas, el secreto, la vergüenza y la culpa. Si solo obtenemos la condena de un 1% de los casos, el problema es grave, y debemos animarnos a pensar cuáles serían esos cambios necesarios”.
Liliana Hendel, la periodista y psicóloga especializada en estos tipos de delitos, le dijo a nuestro medio que “los niños hablan si se los escucha y hablan más si saben que les creen. La Justicia no debería imponer arbitrariamente decisiones irreparables que desoyen denuncias y el relato de las víctimas que hacen lo posible por mostrar lo que les pasa. Exponer a un niño a más violencia nunca es justo aunque sea legal. Desoir lo que dicen las víctimas es incumplir con leyes”