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Celebración de la escuela N° 90 en las alturas de Tres Cruces

La emoción por sus setenta y cinco años, fue el marco para revalorizar la importancia de una escuela en la comunidad.

Sabado, 23 de junio de 2018 15:19

La emoción fue la nota común con que varias generaciones trescruceñas celebraron la existencia de su escuela, la N° 90, Capitán de Los Andes, desde el paseo por la galería que recordaba sus setenta y cinco años en fotografías, los abrazos de promociones pasadas ante los ojos acristalados de quienes fueran sus maestros, de cabellos blancos, de andar lento, pero de sonrisa plena, hasta el paso de los recuerdos que la construyeron y que quieren seguir latiendo en sus paredes.

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La emoción fue la nota común con que varias generaciones trescruceñas celebraron la existencia de su escuela, la N° 90, Capitán de Los Andes, desde el paseo por la galería que recordaba sus setenta y cinco años en fotografías, los abrazos de promociones pasadas ante los ojos acristalados de quienes fueran sus maestros, de cabellos blancos, de andar lento, pero de sonrisa plena, hasta el paso de los recuerdos que la construyeron y que quieren seguir latiendo en sus paredes.

Que una voz infantil, con instrumentos regionales ejecutados por los mismos alumnos, cantara el Himno Nacional, fue sólo el comienzo. Podría hacer un rápido paneo asumiendo el riesgo de olvidar a algunos, pero recuerdo la voz de doña Fulgencia Machaca recordando que, allá por los cincuenta, era tan traviesa como sus compañeritos pero siempre los castigaban a ellos, o a don Julio Caiguara, con sus tantos hermanos todos egresados de la misma escuela, todos emigrados y todos regresando para la celebración, recitando versos aprendidos en el aula y aclarándole a las nuevas generaciones que el Coquena no va descalzo, como tanto lo dibujan, sino de ojotas.

Las coplas con que las hermanas Guerra homenajearon al establecimiento que les dio las primeras letras, la alegría del ex director, don Barsabás Ramos, quien tuvo la dicha de conocer ese patio lleno de alumnos en los años de apogeo del pueblo, al ver a su escuelita ediliciamente tan crecida y su recuerdo de cuando en las veladas imitaban la transmisión radial de Héctor Larrea, y la zamba, compuesta por ellos mismos, con que el cuerpo docente expresó el orgullo de su pertenencia a “la gloriosa 90”, que hoy dirige Mónica González.

Las palabras de Fabián Martínez, comisionado municipal, quebradas por el paso de tanta memoria, y las de Isolda Calsina, ministra de Educación, quien empezó diciendo que es “bendita la escuela que supo ganar el lugar que hoy ocupa en este pueblo, más que físicamente, en los corazones de cada uno, en ese cariño entrañable que nos provoca la escuela cuando la escuela es ese lugar donde las personas aprendemos las cosas importantes de la vida, cuando la escuela es ese espacio maravilloso donde nos sentimos personas, y donde empezamos a construirnos”.

Tanto para los que llegaron de lejos, porque alguna vez tuvieron que irse ya cerrado el ramal ferroviario que le daba vida, como para los niños que recién comienzan un camino que se quiere imaginar próspero y de arraigo, la emoción atravesó a todos por igual, revalorizando el lugar que una escuela tiene en el seno de una comunidad.

Tres Cruces, entre tantos festejos, se prepara para recordar este martes los doscientos un años del hecho de armas que las fuerzas gauchas, comandadas por Manuel Eduardo Arias, libraron por expulsar de nuestra provincia a las tropas realistas, aquel 26 de junio de 1817. El acto se llevará a cabo, en horas de la mañana, en el mismo escenario de los acontecimientos que se recuerdan.