El hogar “Pequeña Belén” nació el 16 de junio del año 1996 y está situado en el barrio Alto Éxodo Jujeño de Alto Comedero. La institución se compone por voluntarios que trabajan a pulmón y que tienen el propósito de enseñar el valor de la vida mostrándoles un nuevo camino a todas aquellas personas que atraviesan situaciones conflictivas y se encuentran angustiadas.
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El hogar “Pequeña Belén” nació el 16 de junio del año 1996 y está situado en el barrio Alto Éxodo Jujeño de Alto Comedero. La institución se compone por voluntarios que trabajan a pulmón y que tienen el propósito de enseñar el valor de la vida mostrándoles un nuevo camino a todas aquellas personas que atraviesan situaciones conflictivas y se encuentran angustiadas.
Con sabios y esperanzadores consejos, buscan que el otro vuelva a sonreír dándoles la contención y el afecto que tanto necesitan. En otras palabras, les brindan la oportunidad de tener una familia que los quiera a pesar de sus dificultades.
El año pasado comenzaron a trabajar con estudiantes avanzados de psicología de la Universidad Católica de Santiago del Estero que asisten a realizar sus prácticas al hogar.
En “Pequeña Belén” conviven hombres y mujeres que padecieron diversas problemáticas sociales como ser adicciones, abusos, abortos, violencia de género, abandono, etc. Por lo que el trabajo de las estudiantes es de suma importancia ya que deben enfrentarse a todas esas realidades, “la respuesta de estas jóvenes es muy buena porque hacen su práctica con mucho entusiasmo y profesionalismo. El hogar les presenta un amplio panorama de situaciones que los ayuda a crecer. Hacen una introducción a la realidad, toman contacto con el individuo en su crudo problema. A veces llegan algunos casos más complicados que otros y ellos necesitan eso porque tienen todo el material humano para trabajar y ganar experiencia”, mencionó Jorge Vázquez, presidente de la institución.
En octubre del año pasado llevaron a cabo una actividad junto a las alumnas de psicología en el hospital materno infantil “Héctor Quintana”. En esa oportunidad que fue para el día de la madre llevaron ropa para los bebés y mamás que se encuentran en el nosocomio y son de escasos recursos promoviendo el mensaje de “Sí a la vida”.
Hasta el momento son 5 las alumnas que asisten cotidianamente y todas coinciden en que allí encontraron algo distinto, un ambiente especial que los voluntarios buscan crear. Toda persona que ingresa a su casa es recibida como si fuera un familiar más que comparte lo mismo que los que viven ahí. Es justamente eso, una familia, lo que desean brindarle a cada ser que posee una dificultad.
Sobre eso, Vázquez relató que: “Hace poco nos visitó una persona oriunda de Sudáfrica que vive en Holanda y nos dijo que en el hogar encontró una familia y que quisiera volver. ‘Esta va a ser mi tierra’ mencionó. Y a pesar de que recorrió el mundo, prometió que volvería junto a su familia para quedarse a vivir acá. Nosotros a todos les damos un trato humanizado de familia, y les ofrecemos una casa que muchos quieren encontrar, es un ideal hecho realidad”.
EL ROL DE LA FAMILIA ES MUY IMPORTANTE, DESDE LA CASA SE DEBEN TRANSMITIR VALORES EN LOS CHICOS.
Una casa que alberga amor
Son más de 20 años que el hogar “Pequeña Belén” aporta en la sociedad una labor solidaria que busca mejorar la situación de todos los jujeños. Porque al ayudar a que adolescentes salgan de la delincuencia y la drogadicción colaboran con la comunidad en conjunto ya que esa persona dejará de hacer daño y aportará para el bien de todos.
“Personalmente primero tenía ciertos prejuicios sobre la institución porque pensaba que me iba a encontrar solamente con historias duras y con mucho dolor. Pero al ingresar me di cuenta rápidamente que eso prejuicios no eran válidos, siempre hay un ambiente acogedor y una recepción muy cálida de todos los que viven allí. Existen personas con problemas, pero los voluntarios le ofrecen un espacio para que salgan adelante. Es muy agradable trabajar con ellos”, sostuvo Adelina Yebara, estudiante de psicología de la Ucse que desde mayo asiste a la institución a hacer sus prácticas profesionales.
Siguió diciendo que “dentro del hogar muchos hombres y mujeres adquieren esa voluntad de encontrar un rumbo que los aleje de eso que les hace mal. Lo logran gracias al afecto que existe en el lugar y la confianza que se habilita en cada uno de ellos a partir de ese afecto.
Cada una de los casos es complejo y difícil, con la violencia en todas sus manifestaciones, “pero algo podemos hacer como sociedad. Debemos romper con ese prejuicio de ver al que sufre como alguien malo. Lo que podemos hacer es construir un lazo que acompañe y no castigue”, dijo la joven.
Talleres sobre diversas problemáticas
Junto a las estudiantes, los voluntarios llevan a cabo actividades como ser talleres motivaciones y desde el mes de agosto inaugurarán un espacio denominado cine debate con temáticas para reflexionar como ser el bullying, la falta de comunicación en las familias, las adicciones, las parejas, etc.
Cada una de esas consignas irán saliendo a la luz desde las experiencias de las personas que viven en el hogar, “queremos poner una cajita para que ellos pongan de forma anónima los temas que les gustaría que reflexionemos y hacer una auto reflexión para buscar algo positivo y que ellos puedan superar esos problemas”, remarcó Silvana Velázquez de la institución.
Los primeros cine debates serán para los integrantes de “Pequeña Belén” pero luego será a modo abierto para toda la comunidad. Sobre eso, Velázquez dijo que “la idea es que todos puedan sumar una experiencia. Vamos a ver cortos o películas para introducirnos en un tema, las estudiantes de psicología también harán su aporte y las personas que atravesaron por esas problemáticas van a brindar su experiencia al respecto para que todos aquellos que pasan por eso sepan que pueden superarlo como lo hicieron otros”.
“Si se rompe una familia, se rompe una nación”
Uno de los principios que enaltece el hogar “Pequeña Belén” es la importancia del rol de la familia en la sociedad. Ellos consideran que los problemas que poseen las personas tienen sus orígenes en la casa y por la falta de contención de los padres los chicos buscan ese apoyo o ese consejo en la calle y muchas veces siguen malos hábitos. “Nosotros tomamos como pilar fundamental el vínculo afectivo que debe haber en cada hogar y que muchas veces no está formado. Tenemos padres que vienen de otra generación y hay una brecha en donde no hay un punto de comunicación, pero también existen otros padres que son muy jóvenes y que toman a su hijo como un amigo más cuando no debería ser así. Esos factores son típicos de las familias de hoy”, explicó Silvana Velázquez.
Uno de los fines de la institución también es contener a los padres y hacerles saber que hay lugares a donde pueden recurrir, informarse y recibir los consejos necesarios para aprender a criar a sus hijos. Que ellos puedan tener una respuesta inteligente para los chicos en su crecimiento. Por eso invitan a todos los que tengan dudas o estén atravesando por problemas en la crianza de sus hijos.
“En la familia empieza la patria y si se desarma es el principio del dolor. Nosotros como padres debemos escuchar a nuestros hijos y darles todo ese afecto que necesitan para enfrentarse al mundo, los debemos preparar para luchar contra la realidad”, comentó Jorge Vázquez.
En ese sentido, Silvana Velázquez agregó que: “Como sociedad debemos comprometernos, no quedarnos quietos y no dejar que todo recaiga sobre la escuela. Los padres tienen a su alcance muchas herramientas en todos lados e información en internet, pero deben deber trabajar con eso y animarse a preguntar. Los valores es lo que más hay que afianzar en los jóvenes”.
Cómo ayudar
Los voluntarios invitan a la sociedad jujeña a colaborar con su tarea solidaria. Para colaborar, la dirección del hogar es calle Bahía Paraíso 956 del barrio Alto Éxodo Jujeño de Alto Comedero o al número 388-4338868. Se necesita mercadería de toda índole, no solo comestibles sino también artículos de limpieza. También piden colaboración de materiales de construcción como ser bloques, puertas, ladrillos, cementos, etc.
Todo ello será destinado a seguir construyendo en el lugar ya que aspiran a remodelar el edificio y construir más habitaciones con el fin de poder albergar a más personas.
El resultado es la reinserción social
El objetivo de la institución es lograr la recuperación y reinserción social de madres víctimas de violencia, jóvenes y niños en situación de riesgo y vulnerabilidad, con problemas de adicciones, en abandono y falta de afecto.
“Pequeña Belén” recibió cientos de casos de diferente índole, muchos de los cuales llevaban consigo tristes historias repletas de angustia y dolor. Silvana Velázquez, nos contó una de ellas. "Recibimos a muchas mujeres con serios problemas como ser violencia de género o abuso sexual, recuerdo un caso de una joven de 16 años con un trastorno post aborto. Ella llegó al hogar luego de haber abortado dos veces culpa de su madre. Uno por medio de golpes y otro por un aborto clandestino que la obligó a hacerse. Cuando ingresó acá, solo pensaba en morirse y odiaba a su madre. Hoy, esta joven estudia y siempre habla con nosotros, vive una vida normal. Lo que ella necesitaba era un perdón por la culpa que llevaba dentro, y en eso la ayudamos".
Sobre el trabajo espiritual que ellos realizan y los consejos que brindan a los jóvenes, Jorge Vázquez, mencionó que "el primer consejo que les doy es que estudien. El hombre que estudia es libre y tiene futuro. La bronca y la droga no solucionan nada. La droga es para los imbéciles, pero si sos inteligente no te vas a drogar. Hay que seguir adelante y luchar, siempre hay un buen futuro para todos. He visto hasta prostitutas que hoy son señoras de bien y profesionales".