Hoy se concreta la última etapa del XXX Congreso de la Caña de Azúcar que supone un recorrido por distintas industrias, que inicia con la visita por el complejo de la empresa Ledesma. Serán industriales e investigadores de varios países.
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Hoy se concreta la última etapa del XXX Congreso de la Caña de Azúcar que supone un recorrido por distintas industrias, que inicia con la visita por el complejo de la empresa Ledesma. Serán industriales e investigadores de varios países.
Si bien es considerada madre de industrias y pese a su histórica permanencia actualmente supone un cúmulo de actividades de innovación e investigación para el desarrollo de subproductos.
El gerente de campo de la empresa Ledesma Fernando del Pino, explicó que hoy recibirán a los especialistas en Ledesma en el marco del poscongreso tras la participación en Tucumán con trabajos, posters y en un panel sobre medio ambiente, esperan recibir a la delegación del congreso con una muestra a campo en el área agrícola e industrial a Ledesma. Hoy prevén mostrar todas las formas de riego para caña de azúcar, en seis estaciones y los sistemas de manejo. "En el área industrial también hay tres estaciones y vamos a mostrar la evaporación con un equipo a placa, todo el sistema de colección y quemado de malhoja en caldera para la producción de energía eléctrica, y cómo fabricamos papel a partir de la caña de azúcar".
En tanto, Martín Franzini, director de Azúcar y Alcohol de Ledesma, explicó que el mercado de combustibles, que es regulado, tiene cupos mensuales y va a las cinco más grandes petroleras. De lo que produce Ledesma el 40% se destina al mercado de consumo masivo, el 30% a la industrial, y 30% al del alcohol. Comercialmente se vinculan con Brasil, Chile y Estados Unidos, y busca consolidarse en los mercados, y el desafío es el precio del alcohol para todo el sector, que está a 25,40 y se cree que debe estar alrededor de 30 pesos, porque quedó desfasado.
Apuntan a la transgenia
Catalina Rocchia Ferro, directora del Grupo azucarero Los Balcanes, de Tucumán, en el marco del congreso también se refirió a la actualidad del sector y apuntó a la innovación como clave para el desarrollo, donde el desafío pese a que es mal vista, entiende que está en la transgenia de la caña y la necesidad de lograr nuevas variedades saneadas.
"Estamos estudiando en profundidad la transgénesis de la caña de azúcar porque consideramos que el mundo entiende que la caña tiene que ser transgénica, si hay azúcar de remolacha transgénica por qué no de caña transgénica" , planteó Rocchia Ferro.
Es que cuentan con una Universidad y la carrera de Gestión de Empresas Agroindustriales (GEA) que les ayuda a formar a los profesionales y donde investigan.
Esta empresa administra tres ingenios y con la universidad privada hacen una interconexión científica entre la casa de estudios y lo que el sector va necesitando. Producen azúcar común tipo A, azúcar crudo, alcohol hidratado y etanol, este último es el que más etanol produce a partir de caña de azúcar para que sea mezclado con naftas.
Dijo que por cada litro de alcohol hidratado que se produce a partir de la caña se generan 14 litros de vinaza, que es potasio y ahora destinan a compost para el suelo; y fabrican un concentrador de vinaza para quemarla y generar energía eléctrica.
"Sobre el trabajo de alcohol anhidro explicó que se produce al entender que el mundo está tratando de salir de los combustibles fósiles o no renovables, en el corto o mediano plazo para volcarse a las energías verdes", finalizó.
Biofábrica produce clones
La Biofábrica móvil de Misiones también estuvo en el congreso. Tiene el objetivo de producir clones a gran escala, variedades de una misma genética que se usan en semilleros de caña de azúcar, producción de frutas tropicales como bananos, ananá y mamón, y en algunas forestales. “Estamos presentando un producto que sintetiza lo que hace una biofábrica, que es un laboratorio de cultivo de tejidos vegetales, aplicado a caña de azúcar, pero adaptado a un contenedor de los marítimos”, precisó José Cabral, ingeniero forestal y biotecnólogo a cargo del mismo. El contenedor asegura la construcción de buena calidad ambiental, y buena funcionalidad en la escala de producción.
En caña de azúcar hace diez años que trabajan produciendo plantas in vitro, y adaptando tecnologías más accesibles para los ingenios que producen azúcar y ahora están integradas con alcohol y generación de energía, donde hay necesidad de que todos los años estén rejuveneciendo los semilleros. La biofábrica permite la renovación de los semilleros con buen costo operativo, que hace accesible para la industria, y va asociado a un vivero ya que las plantas que se producen y son alimentadas con luz artificial deben se climatizadas para luego ir a campo.
Biocombustibles, la clave
Entre las industrias de la caña presentes en el congreso estuvo un grupo de Salta. Es Seaboard, un complejo agroindustrial que produce energías renovables y alimentos.
“Somos los mayores productores de bioetanol de la Argentina y de energía eléctrica a partir de biomasa, también productor de azúcar bajo la marca Chango, y Tabacal para la parte industrial, y con el stand la idea era mostrar dado que se parte del circuito de visita del poscongreso es bastante complicado por la distancia”, explicó Hugo Rossi, presidente de Seaborad.
El complejo cuenta con cuatro destilerías de bioetanol, y los dos últimos años entregaron 113 millones de litros por año, y tienen más capacidad instalada que esa. “Estamos esperando que en algún momento haya un desarrollo de biocombustibles y mayores cortes el día de mañana porque los motivos ambientales y sociales son de un impacto enorme. En esta lucha contra el cambio climático los biocombustibles tienen un papel importante, el bioetanol emite 74% menos de gases efecto invernadero que la nafta, y Argentina es un país agrícola ganadero con lo cual el cambio climático lo impacta ”, dijo Rossi.
Esperan políticas públicas que tiendan a desarrollarlo al considerar que tienen un gran futuro. Es que la retribución a la que acceden es menor, la semana anterior “el precio que pagaba el Gobierno era 30% menos que el costo de importarlo”.
Además, tienen una planta de cogeneración de energía eléctrica a partir de bagazo, que entrega de 30 a 32 MW/h y una segunda planta a partir de otras biomasas para consumo interno. En azúcar, producen 240 mil toneladas para el mercado interno de la marca Chango y agregaron de repostería y soporte de marca; y caña cerca de 2.6 millones de toneladas. “Este momento es muy complicado porque por un lado los precios no ayudan, tanto de azúcar como de etanol, y por otro las tasas de interés que tenemos son delirantes y hacen muy difícil sostenerse en este mercado”.
Las ponencias
Julián Esteban Lucuara de Cenicaña de Colombia fue uno de los expositores del congreso.
“Presentamos el desarrollo de un modelo dinámico no lineal del molino para evaluar estrategias de control. La integración de diferentes modelos disponibles, integrarlos a través de una herramienta de software y que nos permitiera luego evaluar diferentes estrategias de control y simular el desempeño del molino virtualmente”, explicó.
Detalló que con esto luego se puede hacer evaluaciones de otras estrategias y cambios operacionales que mejoren el desempeño del molino. Los resultados del modelo se validaron con un molino en Colombia, con errores menores al 2%. El molino es el equipo para extraer el jugo de la caña para la producción del azúcar.
En tanto, Makoto Umeda, de un equipo japonés, presentó trabajos sobre algunas enfermedades que afectan el cultivo de caña de azúcar en su país. Dijo que se nutrió de dos presentaciones de Francia y Brasil para conocer una base de datos sobre un gel que podría solucionar cómo detectarla.