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Laberintos Humanos El canto del gallo

Domingo, 14 de junio de 2020 01:00

Ya hace un tiempo les conté sobre ese abuelito con el que conversé en la cuadra de mi casa, la cosa es que volví a encontrarlo y de eso les hablé a mis amigos. ¿Cuál, quiso saber el comisario Pierro, aquel que tenía patas de gallo? El mismo, dije, y como ya había leído mis Laberintos y sabía que había descubierto que era un ave, no siguió fingiendo ser una persona. Usted, me dijo, que es tan atento, habrá notado que volví a cantar por las mañanas, y que recuperé casi toda la fuerza de mi voz. Pero también habrá escuchado que hoy lo hice más suave, y eso fue porque me pasé la noche en vela.

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Ya hace un tiempo les conté sobre ese abuelito con el que conversé en la cuadra de mi casa, la cosa es que volví a encontrarlo y de eso les hablé a mis amigos. ¿Cuál, quiso saber el comisario Pierro, aquel que tenía patas de gallo? El mismo, dije, y como ya había leído mis Laberintos y sabía que había descubierto que era un ave, no siguió fingiendo ser una persona. Usted, me dijo, que es tan atento, habrá notado que volví a cantar por las mañanas, y que recuperé casi toda la fuerza de mi voz. Pero también habrá escuchado que hoy lo hice más suave, y eso fue porque me pasé la noche en vela.

Escuche bien lo que le cuento, don Dubin, porque estoy seguro de que le va a interesar para sus relatos. Ya los tibetanos aseguraban que nosotros cantamos al alba para recordarle a la gente que aquello que seguirá en el día no es más que una ilusión, me dijo el abuelo que en realidad era un gallo y se atajó diciendo que no vamos a discutir de filosofía, no al menos hoy, pero desde hace siglos que tenemos esa función cada mañana. Pero si esta vez no pude hacerlo como me corresponde, fue porque me la pasé escuchando una larga conversación. Sería entrada la madrugada cuando aún vi luz en la ventana de esa casa de enfrente, me dijo señalándola con el pico, así que se me dio por acercarme y escuchar, y vi a un hombre que hablaba por teléfono, presuntamente con una mujer. De la conversación que escuché deduje que se trataba de una de esas relaciones que, en estos tiempos que corren, crecen y se fortalecen por medios virtuales.

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