Trabajadores golondrinas del paraje El Quemado, cumplieron la cuarentena obligatoria, y luego de haber recibido asistencia por parte del Gobierno de la Provincia, son trasladados en este momento, hasta sus respectivos lugares de residencia a bordo de un micro, junto a otras personas que residen en el ramal jujeño.
Los trabajadores expresaron que “duele regresar a casa con las manos vacías”, pero entienden que lo más importante, fue haber podido regresar a la provincia, cumplir con el protocolo establecido y a partir de ahora, será comenzar de nuevo, pero ya fortalecidos con el afecto y la compañía de sus familias.
Valeria, Mario y Miguel, son cortadores de ladrillos, única fuente de trabajo que hay en el legendario ex lote azucarero y en la época estival, debido a las lluvias y crecidas de los ríos, emigran hasta otras provincias en busca de trabajos de temporada.
Este año, la pandemia los encontró en la provincia de San Juan, y debido a la cuarentena establecida, no pudieron trabajar y luego de gastar sus ahorros para poder mantenerse, debieron vivir de la caridad de algunas personas y hasta dormir en el piso con una taza de mate cocido en el estómago, que se constituía en el único alimento diario.
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Trabajadores golondrinas del paraje El Quemado, cumplieron la cuarentena obligatoria, y luego de haber recibido asistencia por parte del Gobierno de la Provincia, son trasladados en este momento, hasta sus respectivos lugares de residencia a bordo de un micro, junto a otras personas que residen en el ramal jujeño.
Los trabajadores expresaron que “duele regresar a casa con las manos vacías”, pero entienden que lo más importante, fue haber podido regresar a la provincia, cumplir con el protocolo establecido y a partir de ahora, será comenzar de nuevo, pero ya fortalecidos con el afecto y la compañía de sus familias.
Valeria, Mario y Miguel, son cortadores de ladrillos, única fuente de trabajo que hay en el legendario ex lote azucarero y en la época estival, debido a las lluvias y crecidas de los ríos, emigran hasta otras provincias en busca de trabajos de temporada.
Este año, la pandemia los encontró en la provincia de San Juan, y debido a la cuarentena establecida, no pudieron trabajar y luego de gastar sus ahorros para poder mantenerse, debieron vivir de la caridad de algunas personas y hasta dormir en el piso con una taza de mate cocido en el estómago, que se constituía en el único alimento diario.
Al arribar a la provincia, recibieron por parte del Gobierno de la Provincia, asistencia alimentaria y un lugar de alojamiento para poder cumplir con la cuarentena en un hotel de la capital provincial y hoy regresan a casa.
La comunidad sampedreña, los aguarda con gran alegría y les tiene deparada una cálida bienvenida sosteniendo que “no llegarán con las manos vacías” a encontrarse con sus hijos y demás familiares