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Un cambio drástico en el mapa político de la Argentina

Lunes, 13 de septiembre de 2021 01:09

Los resultados de anoche modificaron abruptamente el escenario político de la Argentina. La inesperada derrota del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires y el triunfo de Juntos por el Cambio a nivel nacional obligarán al Gobierno a tomar medidas drásticas para mejorar su performance en las elecciones de noviembre. Allí, no sólo se jugarán los posicionamientos presidenciales, sino también la posibilidad cierta de que el oficialismo pierda el quórum propio en el Senado y que no consiga la ansiada mayoría en Diputados. Al cierre de esta edición, la Casa Rosada perdía ni más ni menos que en dieciocho de los veinticuatro distritos electorales, incluyendo sorpresas como las de Santa Cruz, La Pampa, Chubut y Entre Ríos. 
En principio, ya asoman algunas certezas dentro de las filas del kirchnerismo: se vienen cambios profundos en la gestión económica y, casi con seguridad, también en el gabinete de ministros. El titular del Palacio de Hacienda Martín Guzmán, el ministro de Producción Matías Kulfas, la jefa de Seguridad Sabina Frederic y el secretario general de la presidencia Julio Vitobello, estarían con el cargo bajo sospecha. ¿Por qué Vitobello? Consideran que es el máximo responsable de no cuidar al Presidente en hechos como los festejos de Olivos y varias apariciones mediáticas poco afortunadas para la imagen del mandatario, como cuando salió a respaldar a una docente acusada de adoctrinar a los alumnos. 
El cataclismo que ocurrió para el oficialismo en territorio bonaerense fue de tal magnitud que hasta los sondeos en boca de urna de la oposición le otorgaban cinco puntos de ventaja a Victoria Tolosa Paz, quien finalmente terminó cayendo por unos trescientos mil votos. Otra vez, las encuestas deberán rendirle incómodas explicaciones al grueso de la sociedad. 
De hecho, los 33 puntos obtenidos por el Frente de Todos en el distrito más poblado del país son exactamente el voto cautivo que aporta Cristina Kirchner, ni un sufragio más. En el Instituto Patria repetían anoche que los votos que cosechó Alberto Fernández hace dos años “se pulverizaron por completo” y que la gente “rechazó la gestión de Gobierno”. En política, todo debe ser tomado con pinzas: el discurso de responsabilizar exclusivamente al Presidente por estos resultados escondería detrás un desgaste lógico del kirchnerismo como cabeza de la coalición oficialista.
Los pases de factura también incluirán a la selección candidato oficialista en la Ciudad de Buenos Aires, donde Leandro Santoro cosechó sólo un 24 por ciento de los votos. Al igual que Tolosa Paz, el radical kirchnerista también había sido escogido por Alberto Fernández. 
La grave crisis económica que atraviesa el país habría sido el factor más determinante para lo ocurrido anoche, ya que todas los trabajos de las consultoras marcaban que los problemas para llegar a fin de mes, el desempleo y la pobreza ocupaban el primer lugar entre las preocupaciones de la gente. El Gobierno buscó diluir esa situación culpando a la gestión de Macri por la herencia recibida y a la pandemia por las restricciones que hubo que implantar en la actividad económica. Las urnas demostraron que ese mensaje no fue interpretado por la mayoría de los electores, quienes evidentemente no quedaron conformes con hecho hasta ahora. Allí nace un gran desafío para Alberto y Cristina, ya que deberán modificar la estrategia de campaña y acentuar al mismo tiempo la recuperación de la economía, que ya se venía registrando en muchos rubros pero que no fue del todo percibida por los electores. En la Casa Rosada confían en que la inminente suba del salario mínimo, el avance de las paritarias y un leve descenso de la inflación podrían modificar al menos en parte estos resultados. 
¿Crecerá aún más la emisión monetaria? En la city porteña lo dan por descontado. ¿Habrá un impulso sobre el tipo de cambio previendo el seguro incremento en el gasto público? Anoche nadie se animaba a descartarlo por completo, aunque los empresarios confían en que el Banco Central intervendrá más que nunca para generar una disparada. 
En paralelo, también hubo movimientos políticos de envergadura en la cruda interna de la oposición, en donde el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quedó posicionado claramente como la figura más relevante de ese espacio de cara a las presidenciales de 2023. El aspirante a la presidencia arriesgó mucho capital político al trasladar a María Eugenia Vidal de la Provincia a la Ciudad y a Diego Santilli de la Ciudad a la provincia: ambos candidatos triunfaron claramente en sus competencias y aportaron la mayoría de los votos para sus respectivos frentes electorales. Mauricio Macri, por el contrario, respaldó a los candidatos perdedores en Córdoba y Santa Fe y rechazó públicamente las postulaciones de los triunfadores en la interna de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Para el expresidente se vienen tiempos de mucha pérdida de poder y, posiblemente, el final de sus deseos de volver a sentarse en el sillón de Rivadavia. 
 

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Los resultados de anoche modificaron abruptamente el escenario político de la Argentina. La inesperada derrota del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires y el triunfo de Juntos por el Cambio a nivel nacional obligarán al Gobierno a tomar medidas drásticas para mejorar su performance en las elecciones de noviembre. Allí, no sólo se jugarán los posicionamientos presidenciales, sino también la posibilidad cierta de que el oficialismo pierda el quórum propio en el Senado y que no consiga la ansiada mayoría en Diputados. Al cierre de esta edición, la Casa Rosada perdía ni más ni menos que en dieciocho de los veinticuatro distritos electorales, incluyendo sorpresas como las de Santa Cruz, La Pampa, Chubut y Entre Ríos. 
En principio, ya asoman algunas certezas dentro de las filas del kirchnerismo: se vienen cambios profundos en la gestión económica y, casi con seguridad, también en el gabinete de ministros. El titular del Palacio de Hacienda Martín Guzmán, el ministro de Producción Matías Kulfas, la jefa de Seguridad Sabina Frederic y el secretario general de la presidencia Julio Vitobello, estarían con el cargo bajo sospecha. ¿Por qué Vitobello? Consideran que es el máximo responsable de no cuidar al Presidente en hechos como los festejos de Olivos y varias apariciones mediáticas poco afortunadas para la imagen del mandatario, como cuando salió a respaldar a una docente acusada de adoctrinar a los alumnos. 
El cataclismo que ocurrió para el oficialismo en territorio bonaerense fue de tal magnitud que hasta los sondeos en boca de urna de la oposición le otorgaban cinco puntos de ventaja a Victoria Tolosa Paz, quien finalmente terminó cayendo por unos trescientos mil votos. Otra vez, las encuestas deberán rendirle incómodas explicaciones al grueso de la sociedad. 
De hecho, los 33 puntos obtenidos por el Frente de Todos en el distrito más poblado del país son exactamente el voto cautivo que aporta Cristina Kirchner, ni un sufragio más. En el Instituto Patria repetían anoche que los votos que cosechó Alberto Fernández hace dos años “se pulverizaron por completo” y que la gente “rechazó la gestión de Gobierno”. En política, todo debe ser tomado con pinzas: el discurso de responsabilizar exclusivamente al Presidente por estos resultados escondería detrás un desgaste lógico del kirchnerismo como cabeza de la coalición oficialista.
Los pases de factura también incluirán a la selección candidato oficialista en la Ciudad de Buenos Aires, donde Leandro Santoro cosechó sólo un 24 por ciento de los votos. Al igual que Tolosa Paz, el radical kirchnerista también había sido escogido por Alberto Fernández. 
La grave crisis económica que atraviesa el país habría sido el factor más determinante para lo ocurrido anoche, ya que todas los trabajos de las consultoras marcaban que los problemas para llegar a fin de mes, el desempleo y la pobreza ocupaban el primer lugar entre las preocupaciones de la gente. El Gobierno buscó diluir esa situación culpando a la gestión de Macri por la herencia recibida y a la pandemia por las restricciones que hubo que implantar en la actividad económica. Las urnas demostraron que ese mensaje no fue interpretado por la mayoría de los electores, quienes evidentemente no quedaron conformes con hecho hasta ahora. Allí nace un gran desafío para Alberto y Cristina, ya que deberán modificar la estrategia de campaña y acentuar al mismo tiempo la recuperación de la economía, que ya se venía registrando en muchos rubros pero que no fue del todo percibida por los electores. En la Casa Rosada confían en que la inminente suba del salario mínimo, el avance de las paritarias y un leve descenso de la inflación podrían modificar al menos en parte estos resultados. 
¿Crecerá aún más la emisión monetaria? En la city porteña lo dan por descontado. ¿Habrá un impulso sobre el tipo de cambio previendo el seguro incremento en el gasto público? Anoche nadie se animaba a descartarlo por completo, aunque los empresarios confían en que el Banco Central intervendrá más que nunca para generar una disparada. 
En paralelo, también hubo movimientos políticos de envergadura en la cruda interna de la oposición, en donde el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quedó posicionado claramente como la figura más relevante de ese espacio de cara a las presidenciales de 2023. El aspirante a la presidencia arriesgó mucho capital político al trasladar a María Eugenia Vidal de la Provincia a la Ciudad y a Diego Santilli de la Ciudad a la provincia: ambos candidatos triunfaron claramente en sus competencias y aportaron la mayoría de los votos para sus respectivos frentes electorales. Mauricio Macri, por el contrario, respaldó a los candidatos perdedores en Córdoba y Santa Fe y rechazó públicamente las postulaciones de los triunfadores en la interna de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Para el expresidente se vienen tiempos de mucha pérdida de poder y, posiblemente, el final de sus deseos de volver a sentarse en el sillón de Rivadavia.