La investigación por el crimen de Romina Aramayo, la joven ledesmense que fue abusada, asesinada y su cuerpo desecho en inmediaciones del dique de Los Molinos en 2014 fue elevada a juicio, luego de que el fiscal que entiende la causa diera por acababa la etapa investigativa.
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La investigación por el crimen de Romina Aramayo, la joven ledesmense que fue abusada, asesinada y su cuerpo desecho en inmediaciones del dique de Los Molinos en 2014 fue elevada a juicio, luego de que el fiscal que entiende la causa diera por acababa la etapa investigativa.
Por el femicidio hay tres personas que están implicadas, su entonces pareja Nicolás Ángel Villarruel, quien llega a estas instancias judiciales detenido y acusado de ser el presunto autor del crimen, el exsubcomisario Osvaldo Gabriel Zapana, quien al momento del hecho era titular de la entonces División Trata de Personas y Leyes Especiales de la Brigada de Investigaciones, por el delito de "encubrimiento agravado" y la amiga de la víctima, Yesica Pantoja que desde que todas las veces que fue citada a declarar, dio distintas versiones de los hechos y nunca aportó ningún dato sobre la desaparición de Aramayo. Pantoja deberá responder a la acusación formal de "falso testimonio".
Romina Aramayo (24) fue encontrada sin vida la mañana del jueves 10 de abril de 2014 en inmediaciones del dique Los Molinos, luego de permanecer desaparecida cinco días.
La autopsia determinó que la joven fue abusada sexualmente, empalada y además asesinada a golpes y con un elemento contundente.
Entre las distintas medidas probatorias llevadas a cabo, la Unidad Fiscal a cargo de Diego Cussel procedió al secuestro de diversos teléfonos celulares los cuales al ser peritados proporcionaron firmes indicios sobre los cuales se sostiene la acusación.
Villarroel fue detenido luego de que su teléfono celular fuera analizado y se haya descubierto un diálogo entre él y su exmujer el 4 de abril de 2014. Situación que omitió de contar a los fiscales que intervinieron en la causa.
Sobre los hechos
Durante la noche del viernes 4 de abril de 2014, Villarruel acompañó a Romina Aramayo hasta la terminal de ómnibus de Libertador General San Martín a los fines de que la misma, en compañía de Yésica Pantoja se trasladen a San Salvador de Jujuy.
Villarruel le habría pedido a su pareja que se reuniera al día siguiente con una arquitecta, la cual le efectuaría un pago adeudado por la suma de 15.000 pesos, por la reparación de ascensores de un edificio en la ciudad de Libertador.
Los padres de Aramayo al enterarse del viaje, la llamaron por teléfono y ella les habría manifestado que lo hacía por su propia voluntad para cobrar el dinero.
Al día siguiente, sábado 5 de abril de 2014, Romina Aramayo se habría dirigido al lugar donde debía encontrarse con la arquitecta y nada más se supo de ella hasta el jueves 10 de abril de 2014, cuando su cuerpo fue encontrado cerca de un canal derivador del dique Los Molinos.
Las pericias forenses permitieron establecer que habría sufrido abuso sexual, múltiples golpes contundentes y que falleció por politraumatismos y un traumatismo encéfalo craneano.
Nicolas Ángel Villarruel fue detenido cinco años después
IMPUTADO | EL HOMBRE ERA PAREJA DE LA VÍCTIMA
Nicolás Villarroel es la principal persona acusada de haber asesinado a su entonces pareja Romina Aramayo.
Los investigadores sostienen que el hecho habría ocurrido luego de enterarse que Aramayo trabajaba como "dama de compañía" en el cabaret "Wolf Night Club" del barrio Alto Comedero de la capital jujeña.
En un principio, la investigación del crimen no avanzaba y el entonces fiscal a cargo Carlos Farfán no solicitaba ningún tipo de medidas y se negaba a recibir a los padres de la joven asesinada.
De allí también se desprendió la imputación sobre Zapana, quien en ese entonces era director de Leyes Especiales y habría ocultado un libro de novedades, donde llevaba apuntado la identificación de las jóvenes que trabajaban en el cabaret. Al otro día de la aparición del cuerpo de la joven, llamativamente fue puesto a cargo de la investigación.
Además la investigación sostiene que Zapana no habría intentado encubrir el crimen en sí, sino los nombres que figuraban en ese cuaderno, que a la postre se encargó de hacerlo desaparecer.
Cinco años después, cuando el fiscal Diego Cussel inició nuevamente la investigación, solicitó la apertura de los elementos de pruebas y en el análisis del teléfono celular de Villarruel, observó un diálogo que el inculpado mantuvo con Aramayo, antes de que esta desapareciera y en todo momento omitió contar al fiscal, las veces que fue citado