El amor se expresa de muchas formas, una de ellas es a través de los pequeños detalles. Detalles hechos a mano, como todo lo que ofrece el emprendimiento jujeño Munay Deco, la propuesta que encara Cristina Enríquez, la propietaria y artesana que pone detalles llenos de amor en cada objeto de decoración y regalería que ofrece a sus clientes.
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El amor se expresa de muchas formas, una de ellas es a través de los pequeños detalles. Detalles hechos a mano, como todo lo que ofrece el emprendimiento jujeño Munay Deco, la propuesta que encara Cristina Enríquez, la propietaria y artesana que pone detalles llenos de amor en cada objeto de decoración y regalería que ofrece a sus clientes.
En diálogo con El Tribuno de Jujuy, Cristina Enríquez indicó que Munay Deco ofrece tejidos a crochet, decuopage, bordado a mano y objetos reciclados como latas, frascos.
"Mi objetivo es que sea sustentable, que podamos decorar la casa a través de manualidades y con objetos de la naturaleza", dijo.
"El emprendimiento surgió de un hobby que siempre tuve porque siempre me gustó la decoración pero se consolidó en el 2020. En la pandemia me vi encerrada en mi mundo y fue mi mundo el que me salvó. Ahí planifiqué mi emprendimiento y definí qué era lo que quería mostrar y cómo quise inspirar a otros a que puedan hacerlo también", indicó.
Sobre el propósito del emprendimiento explicó que tiene mucho que ver con el nombre. "Munay" significa amor, pero no solo amor a la pareja, a los hijos, sino amor en todos los sentidos. "Me encanta el poder de esta palabra andina. Mi estilo es medio romántico y mi propósito es inspirar a otros a decorar su casa con objetos que tienen a mano y que hay en casa. Si bien el bordado es lo que más estoy mostrando, comencé decorando objetos sencillos pero que quedan muy lindos", sostuvo.
Sobre las dificultades, Cristina Enríquez indicó que una de ellas es poder vender en cantidad pero al mismo tiempo está condicionada por la capacidad de producir. "Trato de trabajar junto a mis hermanas que cosen o tejen".
Indicó que aún no hay cosas que se sintieran difíciles, "aún no encontré grandes dificultades porque todavía no me animé a tener un local o salir a las ferias. Además cuento con amigos y conocidos que me contienen".
En cuanto a lo más lindo del emprendimiento, Cristina indicó que lo mejor es "que es mi cable a tierra, es mi terapia. Yo no hago pilates, ni zumba, ni natación que me encanta, porque las manualidades son mi cable a tierra, me desestreza, me ayuda, me estimula. Así que estoy a favor de todo lo que se hace a mano. Si bien siempre es una alegría que las personas valoren mi trabajo, lo más importante es el proceso al que uno le pone tanto empeño y tantas ganas y hay que disfrutarlo. A mí las manualidades me sanan y me salvan. Lo importante es poder inspirar a otros".
Respecto a la técnica de bordado, señaló que se trata de un tema con poca venta, hay pocas bordadoras y además hay trabajos que demandan mucho tiempo y eso no se traduce en el precio. Pero desea que siempre haya más personas que hagan bordados.
Entre los desafíos a futuro, indicó que uno de los propósitos es "dar talleres de bordado para mujeres, niños y hombres. Después quiero tener otros productos como sellos o insumos como una tienda artística".
También aseguró que anhela poder "aportar a través de mis trabajos, hacer del bordado un homenaje a las mujeres que lucharon por la igualdad. Muchas veces el bordado es visto como una actividad de mujeres y creo que en realidad es una forma de expresión y a través de ella hago mi aporte a las grandes mujeres que lucharon por la igualdad, a la comunidad Lgtbiq que lucha por sus derechos. Creo que desde todas las esferas las mujeres podemos contribuir a tener una sociedad más justa e igualitaria".