Y se fue agosto, con sus rituales y honores a la Pachamama. Y llegó septiembre, con todo lo bello que trae a nuestra vida. Amo esta época del año, donde la naturaleza nos muestra el renacer de las plantas, el florecer que llena de mil colores y aromas nuestro caminar. En especial a mí me recuerda mi época de juventud, donde las ilusiones eran cosa de todos los días y donde el olor de los azahares era lo que indicaba que llegaban los festejos de la estudiantina, con carrozas, bailes, elecciones.
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Y se fue agosto, con sus rituales y honores a la Pachamama. Y llegó septiembre, con todo lo bello que trae a nuestra vida. Amo esta época del año, donde la naturaleza nos muestra el renacer de las plantas, el florecer que llena de mil colores y aromas nuestro caminar. En especial a mí me recuerda mi época de juventud, donde las ilusiones eran cosa de todos los días y donde el olor de los azahares era lo que indicaba que llegaban los festejos de la estudiantina, con carrozas, bailes, elecciones.
Época en la que parece que el amor se instala en todos los corazones. Y lo más hermoso de todo es que a pesar de que pasaron tantos años, sigo teniendo los mismos sentimientos. Sigue siendo una hermosa actividad esperar la primavera, con esos lapachos amarillos que amo tanto como las mariposas y que con sólo mirarlos se emociona mi corazón, al ver la maravillosa belleza de su florecer. Y entonces lo que me viene es un agradecer el poder disfrutar una vez más esta belleza tan simple y tan especial.
A los mayores, la primavera, nos recuerda que todo es posible a pesar de que ya vimos caer hojas y que todo se ponga marrón, sólo hay que esperar que todo cambie para hacernos más felices. Llegó la estación donde la naturaleza despierta del letargo invernal, los días comienzan a iluminarse, los animales recuperan su fuerza creadora, los árboles vuelven a llenarse de hojas verdes, el sol calienta con más fuerza y todo empieza a tomar un color más cálido y vital. Es bastante común encontrarse con personas que relacionan la primavera con el renacimiento, juventud, alegría, reencarnación y el antónimo claro de la muerte. Se podría decir que esta estación, junto con el verano, es la que profesa más alegría en las personas, promueve el arte en todas sus expresiones y genera un cambio de energía radical en las personas del mundo. La primavera no solo afecta al clima y a la naturaleza, también encarna un papel importante en la literatura. Diversos poetas y escritores han utilizado esta estación como recurso estilístico, en numerosas metáforas, como símbolo de fertilidad y juventud, de frescura. La belleza de sus colores sitúa el espacio de la primavera como uno de los momentos de mayor inspiración creadora. Disfrutemos y abrazamos la belleza de este nuevo septiembre en nuestra vida. Namasté. Mariposa Luna Mágica.