¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
29 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Aniversario de la coronación pontificia de la Santa Patrona

Viernes, 27 de octubre de 2023 01:04

El próximo 31 de octubre celebraremos con mucha alegría un nuevo aniversario de la coronación pontificia de la imagen de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya. Se realizó con mucha solemnidad el 31 de octubre de 1920, último domingo de octubre de ese año, en un solemne acto que se llevó a cabo a las 10.30 de la mañana. Participaron más de 5.000 personas, conforme a las crónicas de la época.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El próximo 31 de octubre celebraremos con mucha alegría un nuevo aniversario de la coronación pontificia de la imagen de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya. Se realizó con mucha solemnidad el 31 de octubre de 1920, último domingo de octubre de ese año, en un solemne acto que se llevó a cabo a las 10.30 de la mañana. Participaron más de 5.000 personas, conforme a las crónicas de la época.

Vinieron desde Buenos Aires muchas personalidades ilustres, entre ellas el Nuncio Apostólico de su Santidad Benedicto XV , monseñor Alberto Vasallo de Torregrossa , quien tuvo a su cargo el solemne pontifical en el cual se coronó la imagen. También monseñor Miguel D'Andrea, famoso predicador de la época, a cargo de la homilía.

Participaron delegaciones de Buenos Aires, Salta, Tucumán, Santiago del Estero y de otras regiones, así como representantes del Gobierno nacional y provincial.

En qué consiste

Cuando una imagen de la Virgen es reconocida como imagen que concentra la devoción de los fieles y a quien acuden con amor y confianza desde hace mucho tiempo y cuya devoción está fuertemente arraigada en el pueblo, como lo es la de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, que desde mediados del siglo XVII concita la devoción de los jujeños, esa imagen puede ser "coronada" de manera "pontificia", es decir, reconocida por el Papa , es decir, oficialmente por la Iglesia, como una imagen venerada por el pueblo y centro de gran devoción.

Así pasó con la imagen de nuestra patrona, una imagen de 65 cm de alto, muy bella en su talla (seguramente de origen español), y que es una imagen "de vestir", es decir, una imagen para ser vestida con la vestimenta adecuada y con los colores que fueron reconocidos. Así la vestimenta de nuestra patrona es rosada y con capa celeste y mantilla blanca.

Dicen las crónicas que los vestidos con los que vistieron a la imagen para su coronación fueron realizados por la comisión de damas de Jujuy y también la fabricación de las coronas, tanto del niño como de la Virgen, se hicieron con las joyas que donaron las damas jujeñas de la época, y que fueron fabricadas por un orfebre en Buenos Aires. Dichas coronas las trajo a Jujuy una comisión de damas de Buenos Aires. Las coronas son de oro y piedras preciosas.

La coronación es un acto muy solemne en el cual se impone la corona de oro a la imagen como un reconocimiento oficial de la Iglesia de la imagen que concentra el amor de los jujeños.

Este reconocimiento implica que la Iglesia aprueba y favorece la devoción a la Virgen bajo esta advocación y con esta imagen.

Para guardar la imagen se construyó en la Catedral el camarín, que luego fue remodelado en 1995, a los 75 años de la coronación, construyendo la escalera que permite llegar a los pies de la imagen.

Fue monseñor José de la Iglesia, quien era el vicario foráneo, es decir, el encargado de la Iglesia de Jujuy, el que llevó a cabo esta obra.

Es de notar que en esa época Jujuy no era diócesis, sino que dependíamos de Salta.

El obispo de Tucumán, monseñor Padilla, y el de Salta, monseñor Romero, fueron los que impulsaron, junto a toda la comunidad jujeña y a sus autoridades, la coronación pontificia, que monseñor Romero no pudo ver concretada porque falleció antes.

Los jujeños desde hace más de 300 años somos herederos de esta devoción que hace a la cultura y a la identidad de nuestro pueblo.

No se puede entender Jujuy sin Río Blanco.

Horacio Carrillo decía: "Honrar a la Virgen del Rosario es honrar a Jujuy".

El segundo obispo de Jujuy, monseñor Miguel Medina, en un escrito de 1980 propuso que a la Virgen de Río Blanco la llamemos "Nuestra Señora de Jujuy".