Días atrás los compañeros de trabajo de Elio Armada decidieron brindarle un merecido reconocimiento por sus 41 años de ininterrumpido servicio al Correo Argentino. Para ello planificaron un desayuno previo al curso de capacitación y una vez que estuvieron todos reunidos, el jefe de la sección le hizo entrega de una placa en reconocimiento a los 41 años de trayectoria, pero sobre todo valoró el compañerismo, solidaridad que hace Elio Armando Saúl Armada, una de las personas más queridas y respetadas en ese ámbito laboral.
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Días atrás los compañeros de trabajo de Elio Armada decidieron brindarle un merecido reconocimiento por sus 41 años de ininterrumpido servicio al Correo Argentino. Para ello planificaron un desayuno previo al curso de capacitación y una vez que estuvieron todos reunidos, el jefe de la sección le hizo entrega de una placa en reconocimiento a los 41 años de trayectoria, pero sobre todo valoró el compañerismo, solidaridad que hace Elio Armando Saúl Armada, una de las personas más queridas y respetadas en ese ámbito laboral.
"Somos una familia de trabajadores del Correo Argentino, mi abuelo, mi padre, mi tío. Yo empecé a trabajar cuando tenía 13 años, eran otros tiempos y yo cursaba el primer año del secundario y le dije a mi papá que quería trabajar", recordó Armada.
"Empecé como mensajero y gracias a la generosidad de los jefes pude terminar de estudiar. En mi familia siempre estuvo marcada la cultura del trabajo, hacer las cosas bien, es por eso que me siento muy feliz del reconocimiento que me hicieron mis compañeros, la verdad que no lo esperaba y realmente es una caricia al alma".
"Después de ser mensajero, me tocó ser cartero por muchos años, después auxiliar, luego me quedé como jefe de oficina en el interior de la provincia y ahora estoy colaborando en la oficina central, trato de dejar el mensaje a mis compañeros, a los más jovencitos, que uno tiene que estar donde la empresa te necesite".
Elio Armada llega todos los días a su puesto de trabajo con una sonrisa que contagia al resto, sabe el nombre de cada uno de sus compañeros y siempre se muestra predispuesto para las tareas cotidianas.
"Soy muy feliz con mi esposa, mis hijos, nietos y mis amigos y en esta parte de mi vida, a veces pienso qué será de mí cuando me tenga que jubilar y la verdad no sé qué haría el día que no tenga que venir más al correo", agregó.
"Gracias a este trabajo tuve la posibilidad de recorrer lugares y conocer al amor de mi vida, a mi esposa. Recuerdo que la primera vez que la vi, fue cuando tenía 18 años y llevé un telegrama a una vivienda, pero no podía pronunciar su apellido, fue una excusa para seguir viéndola y así conquistarla, a mi trabajo le debo concretamente toda mi felicidad", dijo emocionado Elio Armada.