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A dos semanas de las elecciones bonaerenses, el gobierno de Javier Milei afronta unos días tormentosos de los que solo podrá salir airoso si apela al buen criterio de algunos de sus funcionarios. Un desafío muy fuerte para él, pero es mucho lo que está en juego.
Aunque se trate de una elección provincial, las posibilidades de que La Libertad Avanza se imponga en el conurbano bonaerense existen, gracias al desgaste interno de una oposición sin rumbo y a pesar del desmembramiento de los sectores afines al oficialismo. Y no se puede descartar, incluso, una muy buena performance en la tercera sección electoral, el bastión kirchnerista entre cuyas imágenes emblemáticas aparecen nada menos que Fernando Espinoza, Martín Insaurralde (ahora, entre bambalinas) y los motochorros.
Este resultado sería un golpe letal para el kirchnerismo, pero se produciría un mes y medio antes de las cruciales legislativas nacionales de octubre, es decir, mucho tiempo para hacer pronósticos, y demasiado para imaginar lo que ocurrirá hasta 2027.
Entre tanto, todo lo ocurrido esta semana, más que pensar en relanzar al gobierno después de octubre, se aconsejaría hacer una autocrítica sobre la importancia de la calidad intelectual y moral de los colaboradores y sobre la insuficiencia de la oratoria economicista para llevar a buen puerto a un país en crisis.
"Como en el caso $Libra, los audios filtrados de Diego Spagnuolo le exigen a Milei tomar el toro por las astas".
Ya está probado en cuatro décadas de democracia: las palabras persuaden, pero, a veces, confunden. La vida de los pueblos y de las sociedades no dependen solo del equilibrio fiscal ni, mucho menos, su contrapartida, la repartija de beneficios sin ton ni son, y sin plata. Las crisis no tienen una sola raíz: la inflación, por ejemplo. La calidad educativa, el sistema de medicina social y preventiva, la economía en negro, el trabajo no registrado, los sectores excluidos por ser tercera generación de desocupados requieren políticas humanísticas e idóneas. Abrazarse con Putin, con Chávez, con Trump o con Netanyahu son gestualidades que deben encuadrarse en un verdadero proyecto político nacional, que incluya una sólida política exterior.
Bomberos e incendiarios
No basta con echar a los funcionarios después del desastre; hay que anticiparse a los acontecimientos.
El caso de Diego Spagnuolo, ahora despedido de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), es de manual. Su torpeza e incompetencia para el cargo quedó a la vista hace meses, cuando le dijo a Marlene Spesso, la mamá de Ian Moche, de 12 años, diagnosticado con autismo: "La discapacidad es un problema de la familia. Los discapacitados deben trabajar. ¿Por qué yo tengo que pagar patente y vos no? ¿Por qué yo tengo que pagar peaje y vos no?".
En ese momento, la repregunta hubiera sido: "Si pensás así, ¿para qué estás a cargo de la Agencia? ¿Es un currito?"
El viernes, los hermanos Kovalivker, de la Droguería Suizo Argentina, huyendo con fortunas en dólares, y del mismo Spagnuolo, queriendo eludir a la policía en el barrio de lujo donde vive en un auto -que se supone que paga peaje- fueron la respuesta. Una respuesta tardía, que ahora provoca un daño enorme a Milei, a su hermana Karina y al núcleo duro del gobierno, en medio de denuncias que la Justicia trata a pasos agigantados.
¿Por qué no lo echaron el día que maltrató a Ian?
Todo indica que había otros motivos para una amistad como esa. Que termina siendo una bomba de gran alcance.
El zorro en el gallinero
Lo mismo ocurrió con el caso del Fentanilo contaminado. Para ser precisos, la responsabilidad primera es de la ANMAT y atraviesa a varios gobiernos. A los kirchneristas, al de Mauricio Macri y al de Milei.
Pero hay agravantes. La muerte de más de cien personas y la sola presencia de bacterias en un medicamento es razón más que suficiente para considerarlo una catástrofe cuya responsabilidad última es del Estado. Pero, permitir que sea proveedor de medicamentos críticos un expresidiario, condenado por intentar matar con fuego a un empleado, graduado de abogado en la cárcel, pero que se jacta que su don innato es "hacer mucha plata", como se define Ariel García Furfaro, es injustificable. Y mucho más cuando en su trayectoria farmacéutica aparecen dos incendios sospechosos y la eliminación ante escribano público de cinco kilos de un polvo blanco presentado como "fentanilo vencido".
No se sabe si era fentanilo, y es poco creíble que un laboratorio deje vencer material tan valioso, con capacidad para producir 10 millones de cápsulas. En cinco kilos hay cinco millones de miligramos. Una dosis de solo 2 miligramos de fentanilo, que equivalen a entre 10 y 15 granos de sal de mesa, se considera letal.
A mitad de semana, en Diputados rechazaron el veto presidencial a la emergencia por discapacidad; pero pudo sostener el que establecía un incremento a los jubilados.
El Fentanilo es una droga que se aplica con finalidad anestésica en los casos de personas con graves patologías y, por supuesto, en terapia intensiva y con inmunidad deprimida. Si se le añaden bacterias letales, lo que sigue es previsible.
Pero, además, es uno de los químicos más valorados por el narcotráfico, con altísimo potencial de mortalidad por sobredosis. Tan grave, que gran parte de la sobreactuación naval militar de Donald Trump en el Caribe y el Golfo de México
tiene como pretexto la introducción a los Estados Unidos de este opioide en manos del Tren de Aragua y los narcos mexicanos.
García Furfaro, sin idoneidad alguna en la ciencia farmacéutica, pero hombre de negocios (turbios), tras salir de la cárcel se convirtió en dueño de HLB Pharma y con control sobre Laboratorios Ramallo. También administraba la verdulería La Kolina, vinculada a Alicia Kirchner y construyó contactos con La Cámpora y Cristina Fernández de Kirchner. Tan finos, que integró la comitiva que Alberto Fernández envió a Moscú para tratar de cerrar un negocio con Vladimir Putin para fabricar la vacuna Sputnik V en Argentina.
Tiempo de frenar y calcular
En la semana que pasó, el gobierno de Javier Milei debió asimilar un baño de realidad: la Cámara de Diputados ratificó la ley de emergencia en Discapacidad pero no llegó a los dos tercios para voltear el veto a los aumentos y los bonos para los jubilados y pensionados. Sin embargo, la cámara convirtió en ley la coparticipación automática de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).Poco después, el Senado, por amplia mayoría, rechazó de manera definitiva cinco decretos que reformaban organismos clave como Vialidad Nacional, el INTA, el INTI y el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).
"Con frenar la inflación alcanza: hay que encender los motores del consumo, la inversión y las exportaciones".
Mientras la discusión de los problemas de la sociedad se plantee en términos de "gorilas y mandriles" no hay posibilidad de salir de una jungla que, además, se está incendiando.
Pensar que entidades esenciales para el desarrollo, como el INTA, el INTI y Vialidad se pueden "cortar con la motosierra" es no pensar. El país parece necesitar más bien un bisturí, además de cierta capacidad de los que ejercen el poder para construir en vez de demoler.
Los discursos del presidente Milei posteriores a estos eventos mostraron que no logra asimilar los golpes. Habló de un Congreso "colonizado" por los kirchneristas y sostuvo que solo buscan destruir al Estado. Y apeló a una alocución mesiánica, anunciando las elecciones como un triunfo del bien sobre el mal.
No parece el lenguaje adecuado, aunque los kirchneristas dicen exactamente lo mismo, pero aplicado a la inversa. Tanto es así que a las "Fuerzas del Cielo" le oponen la "Fuerza Patria". Y Cristina Kirchner, en un mensaje que la autoinculpa, comparó el caso ANDIS con las obras pagadas durante su gestión y nunca realizadas por Vialidad, por las cuales está presa.
De todos modos, en esta épica entre el bien y el mal, hay datos de la realidad: por muy bien que le vaya a los libertarios en octubre, el gobierno de Milei deberá construir alianzas con legisladores de otras bancadas y con los gobernadores y empezar a construir, paso a paso, un sistema legal que permita el plexo de instrumentos que requiere el desarrollo.
Es decir, una tregua entre las fuerzas del bien y las del mal.