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A los 14 años incursioné en la política y nunca me aparté de ella. Me piden que recuerde la masacre de Ezeiza y yo quisiera perder la memoria de ese suceso. Me provoca un dolor y una angustia enorme recordar, siento que el miedo se expresa en mi corazón y la adrenalina me trabaja en el cuerpo.
Yo estuve un día antes, el 19 de junio de 1973, había viajado desde Córdoba a Buenos Aires. Tenía 30 y pico de años.
El escenario estaba decorado, había imágenes de Evita y una casilla o palco donde iba a estar Perón para hablar. Se escuchaban escaramuzas, tiros, pero en el ánimo de la gente había una suerte de gran fiesta porque volvía Perón después de 18 años de exilio.
En las primeras horas del día 20 comenzaron a llegar miles de personas. Recuerdo que me subí al palco de la orquesta para mirar y la multitud no tenía fin. También hay que decir que se notó una actitud de distintos sectores de alto grado de agresividad. En esos momentos, Leonardo Favio que subió al escenario a cantar la marcha, se puso a calmar un poco los ánimos porque se escuchaban tiros. Hasta hoy uno se pregunta por qué fue la tragedia.
En medio del tumulto, recuerdo que comenzamos a caminar con mi amigo y llegamos hasta Retiro.
Ahí no había nadie, nos sentamos en el piso y unas mujeres nos preguntaron “¿ustedes son guerrilleros? ¿vinieron por el asunto de Perón?”. Tenían un tono displicente. Era la expresión de dos Argentinas: los peronistas y los otros.
Buenos Aires estaba oscura y triste. Fue una desilusión con un mensaje. La lectura de ese momento había que hacerla en un solo trazo: muchachos, lo que se viene es duro y hay que cuidarse.
No tengo dudas acerca de que la masacre de Ezeiza anunció el golpe del "76. Perón dijo que era un militante de la paz, que venía como prenda de paz, pero no lo entendieron. Con todas sus dotes de estadista, comenzó a anunciar la “tercera posición”. Recuerdo el cántico: “Ni yanqui, ni marxista. Peronista”. Los que vivimos esa parte de la historia tenemos dos caminos: enfermarnos y morimos o mirar hacia adelante haciendo del olvido parte de la memoria.