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“Cuando en los colegios los docentes hablamos de violencia, no nos estamos refiriendo, exclusivamente, al castigo físico. Se trata de situaciones que van mucho más allá, y cuyas consecuencias superan, en muchos casos, nuestra capacidad como educadores y conductores de grupos”, admitió la profesora María Elena Ortiz.
Es en el aula donde realmente se toma contacto con la problemática, aseveró la docente, y agregó que allí se manifiestan casos que, para quienes los miran desde afuera, no son considerados habitualmente como violentos, pero sí afectan el normal desarrollo de las actividades escolares, generando situaciones conflictivas entre docente y alumnos y, en algunos casos, hasta con los padres.
“Los padres son actores clave en la relación escolar. Hay entre ellos quienes actúan como mediadores o como protagonistas para solucionar los conflictos; sin embargo, también existen otros que avalan las actitudes negativas de sus hijos hacia los docentes”, manifestó Ortiz. Estas situaciones se dan, sobre todo, en los cursos más altos (1§, 2§ y 3§ del Polimodal). No ocurre lo mismo con los de los primeros años (1§ y 2§ de la nueva Escuela Secundaria Obligatoria). Por lo general, aquellos que recién se inician en ese nivel todavía no comparten los hábitos y costumbres de los mayores”, afirmó la profesora.
Por su parte, Cristina Hernández Celestín, que tiene 28 años de trayectoria, sentenció: “La falta de respeto en esta sociedad viene de arriba, de los gobernantes, de la terrible realidad social, del desorden de los hogares, entre convivientes, que el chico ve. En la actualidad, todo esto es normal y seguimos engendrando generaciones que no respetan”.
“Como docentes, estamos atados de pie y manos por el vacío legal que hay. Ahora priman los derechos humanos, los derechos del niño, que me parece muy bien, pero se ha dejado de lado que la maestra puede corregir, dar una fuerte reprimenda, un reto. Los chicos se escudan en eso y no aceptan los límites”, señaló la docente.
Silvina, una maestra de la zona sudeste de la ciudad, señaló que “los tiempos han cambiado. Antes los padres acompañaban al docente, incluso en el aprendizaje, en cambio, hoy cuestionan si se les da mucha tarea, por ejemplo”
Un adolescente salteño que habló con El Tribuno describió que “los profes son buenos, pero hay chicos que son chocantes con ellos y los ningunean”.