Toda Salta de fiesta, quien pudiera volver!, reza la letra de una conocida zamba, que parece emparentarse con la realidad reflejada el domingo pasado en el predio municipal de Vaqueros.
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Toda Salta de fiesta, quien pudiera volver!, reza la letra de una conocida zamba, que parece emparentarse con la realidad reflejada el domingo pasado en el predio municipal de Vaqueros.
Los salteños confirmaron que ya “adoptaron” su festival y que llegó para quedarse, dijeron los organizadores.
Más de 10 mil personas concurrieron a la segunda y última velada de “Salta, alma y vida del folclore”.
La gente entendió a la perfección el lema “Hagamos entre todos el festival que Salta se merece”, y ahora esta creación musical ya comenzó a desandar su camino.
El Chaqueño Palavecino ofreció su acostumbrado abanico de canciones, incluyendo obras de sus diferentes producciones discográficas. Además, puso sobre escena temas clásicos que rápidamente encendieron el fervor de los presentes. Fiel a su estilo entregó su alma y corazón a sus comprovincianos.
Cada uno de los festivales por donde se escucha el canto de Palavecino, tiene demasiado de su propia personalidad cotidiana. Posee un notable romance con su pueblo en las canciones a través de los paisajes que hace referencia, tiene historias de hombres y vivencias locales. La actuación se prolongó por más de una hora.
Los Tekis también se “robaron” el protagonismo de la velada, con su increíble carnaval puesto en escena.
Facundo Toro bajó del escenario cantó entre la gente y también presentó a su hija Antonella.
A Los Changos no hay con que darle!, como siempre, y Paola Arias mostró sensualidad, belleza, voz y un gran profesionalismo.
El Toba Toledo volvió a mostrarse en un convocatoria importante y sentenció que no se alejará jamás. El Cóndor, Juan Carlos Díaz Cuello, aprobó su examen, mientras Tucanychaya abrieron con total éxito el festival. El cierre llegó con el Grupo Ternura, que hizo bailar a toda la concurrencia, adentro y afuera del predio. Hasta el año próximo!