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Pasaron 29 años del retorno a la democracia en el país, tras la dictadura que muchos definen como una de las etapas más oscuras de la historia argentina. Ayer, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reiteró su pedido de perdón por el rol de algunos de sus integrantes durante el gobierno de facto y enfatizó que no existió connivencia entre la Iglesia y la dictadura militar, por lo que expresaron su compromiso de “revisar” los archivos eclesiásticos para llegar a conocer la “verdad dolorosa” de esa época marcada por la tortura y el robo de bebés.
Así lo expresaron en una Carta titulada “La fe en Jesucristo nos mueve a la verdad, la justicia y la paz”, difundida en medio de las deliberaciones de la asamblea que se encuentra reunida desde el lunes en Pilar, presidida por José María Arancedo.
“No podemos ni queremos eludir la responsabilidad de avanzar en el conocimiento de esa verdad dolorosa”, dijeron los prelados. “Nos sentimos comprometidos a promover un estudio más completo de esos acontecimientos, a fin de seguir buscando la verdad”, añadieron y exhortaron a “quienes tengan datos sobre el paradero de niños robados, o conozcan lugares de sepultura clandestina, que se reconozcan moralmente obligados a acudir a las autoridades pertinentes. Hemos colaborado con la Justicia cuando se nos solicitó información de la cual podíamos disponer”, agrega el texto de los obispos, en el que se definen como “servidores de la reconciliación”.