¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
16°
5 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Argentina tiene una escasa cultura forestal e ignora las consecuencias

Sabado, 25 de febrero de 2012 23:05
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
De los 4.000 vocablos de origen árabe que tiene el idioma español muy pocos se refieren a árboles y ninguno a bosques.

En 2011 las Naciones Unidas instituyeron por segunda vez el Año Internacional de los Bosques. El objetivo fue centrar la atención mundial en la urgente necesidad de conservar los bosques, despertar la conciencia política y pública sobre los recursos forestales, identificar los factores que los amenazan y despertar el interés, especialmente de niños y jóvenes, sobre su importancia ecológica y económica.

Según FAO, cada año se pierden 130.000 km de bosques por desmontes e incendios forestales, sin contar las graves alteraciones por pacido indiscriminado de ganadería mayor y menor. Según el Banco Mundial la deforestación y quema de residuos forestales representa del 2l al 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global y al cambio climático. Los bosques constituyen el hábitat de alrededor de 2/3 de todas las especies sobre la tierra y la deforestación de bosques tropicales produce la pérdida de biodiversidad de hasta 100 especies por día.

Parece que en Argentina no hay bosques para conmemorar ni ciudadanos para concientizar. Ni el sector público ni el privado se sintieron aludidos, y en las escuelas nadie enseñó nada sobre esta importante temática. Solamente el 19 de marzo el Correo Argentino emitió un sello postal de $2 para marcar el tema. Pero con la actual difusión del correo electrónico nadie vio ni usó esa estampilla.

Por imperio de la Ley nacional de bosques N§ 26.331 de diciembre de 2007, el Gobierno de Salta implementó mal su ordenamiento territorial, sin criterios técnicos y coartando irracionalmente el desarrollo agrícola, pero también el aprovechamiento de sus recursos forestales. A las impericias técnicas de la autoridad de aplicación de la legislación, se sumaron dudosas gestiones para el cobro de subsidios para la protección de los bosques provinciales.

Por razones históricas la Argentina carece de una cultura ambiental y, dentro de este marco conceptual, tampoco tiene una cultura forestal. La explicación es muy concreta y sencilla, y no requiere de profundas elucubraciones psicológicas. Los españoles que conquistaron América no tenían una concepción del bosque como los sajones y los escandinavos. Incluso los celtas de más de mil años antes de Cristo rendían culto a sus respectivos bosques y en su horóscopo figuraban 21 árboles de la Europa templada. La cultura grecolatina aportó interesantes conceptos forestales. La cultura judeocristiana presenta en la Biblia 525 referencias a diversos bosques de clima mediterráneo, y específicamente a 22 árboles, mientras que el Corán menciona solo 4 especies y unas pocas entidades botánicas muy confusas. Gran parte de la península ibérica es de clima mediterráneo y semiárido. Los conquistadores hispanos llegaron a América con una impronta cultural de ocho siglos de dominación árabe, quienes a su vez, provenían de Oriente Medio y el norte de Africa con escasísimos ambientes de bosques (v.g.: los bosques de cedros del Atlas y del Líbano, hoy arrasados). El clima predominante en estos países es el árido a hiperárido con precipitaciones promedio menores a 100 mm anuales y vegetación xerófila. La aridez explica perfectamente la falta tradicional de cultura forestal. Y es una verdad de perogrullo, pero:

­No se ama lo que no se conoce!

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD