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En un grave contexto de crisis financiera internacional, España fue uno de los países europeos más perjudicados hasta el momento. Los recortes sociales anunciados por el gobierno de Mariano Rajoy, en las últimas semanas, tuvieron ayer una poderosa respuesta de las centrales sindicales españolas y de los ciudadanos en más de cincuenta manifestaciones convocadas en toda España pese a la fuerte lluvia.
La Plataforma Social en Defensa del Estado de Bienestar y los Servicios Públicos, de la que UGT y CCOO forman parte junto a medio centenar de organizaciones sociales, exigió al Ejecutivo que los ajustes económicos derivados de la crisis no repercutan en servicios públicos como la sanidad y la educación.
Las protestas llevaban por lema “con la sanidad y la educación no se juega”, y en ellas se censuraron las medidas urgentes aprobadas por el Ejecutivo, a través de dos decretos, para ahorrar en estos ámbitos unos 10.000 millones de euros.
En la sanidad pública, algunas de las medidas más criticadas fueron el copago de medicamentos en función de la renta, que por primera vez tendrán que abonar los jubilados; la revisión de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud o la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes en situación irregular.
El déficit público
El líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, denunció que las políticas de austeridad del oficialista Partido Popular para reducir el déficit público, como exige la Unión Europea, colocaron a España en una situación de emergencia económica y social.
Fernández Toxo señaló que la previsión de desempleo del ejecutivo de Rajoy para 2012, de 630 mil nuevos desempleados, se reducirá al final de su gestión, cuando las cifras se manifiesten con toda su crudeza, advirtió.
Precisamente, el Instituto Nacional de Estadística confirmó que esta nación cerró el primer trimestre del año en curso con 5.639.500 desempleados, un 24,44 por ciento de su población económicamente activa. Entre enero y marzo del actual ejercicio, el número de desocupados aumentó en 365.900, cifra inédita hasta ahora en España.
Una agenda cargada
Esta exitosa convocatoria supone la primera protesta en una semana cargada de movilizaciones sindicales, en la que aparece marcado en rojo el próximo 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, y que pretende ser la continuación de la huelga general y las manifestaciones del pasado 29 de marzo contra la reforma laboral.
Según el manifiesto, cuyo lema es “Quieren acabar con todo”-idéntico al lanzado en un vídeo denuncia del PSOE el pasado sábado- , ambos sindicatos advierten que si el Gobierno sigue sin abrir la negociación que reclaman, el conflicto social seguirá “abierto y creciente” hasta que se rectifique “sustancialmente” la reforma laboral.
Los profundos recortes
En el sector educativo, las reivindicaciones se centran en el encarecimiento de las tasas universitarias, en la subida del número de alumnos por aula de colegios e institutos, en la supresión de cursos de formación profesional y en el previsto endurecimiento para acceder a becas.
Rajoy advirtió sobre el paquete de medidas
Mientras se recrudecen las protestas en España por el fuerte ajuste que pretende imponer el gobierno conducido por Mariano Rajoy, el mandatario advirtió que los paquetes de medidas no pararán “hasta el fin de la legislatura”, y adelantó que el viernes próximo habrá “nuevas medidas”.
“No vamos a parar hasta el fin de la legislatura”, señaló contundente ayer Rajoy, durante su intervención en el acto de clausura del XV Congreso del PP madrileño, en un discurso en el que defendió cada milímetro de su plan de recortes, cuyas medidas -subrayó- “son más obligadas que nunca” debido a la herencia recibida del partido socialista.
Según el mandatario, pese a sus durezas, las medidas serán “positivas” para el futuro de España y forman parte de “una agenda reformista sin parangón que está destinada a reescribir nuestra historia de prosperidad”.
En sus palabras, el primer mandatario español advirtió que “tenemos que continuar porque España no puede vivir sin crédito y por eso cada viernes continuaremos con las reformas”, explicó ante la audiencia presente.
Luego, ante la dureza de sus términos, el líder de Partido Popular matizó sus palabras y aseguró que “vendrán tiempos mejores”, advirtiendo que “si todo se hacen bien”, previsiblemente el año 2013 “será mejor”.