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En 1949 se estrenó en el país la película “Juan Globo”, dirigida por Luis César Amadori, con Luis Sandrini y Elina Colomer en los papeles protagónicos. Su trama refiere las andanzas, en su mayoría, o totalidad, inventadas por él, de un exmarinero que queda varado en la ciudad.
El personaje que interpreta Sandrini cuenta fantasías, bah, miente. Habla de sus hazañas en aventuras que nunca vivió, de personajes que no conoció, etcétera. Es un mentiroso incorregible.
Desde la fecha de su aparición en el cine, Juan Globo ha pasado a ser el prototipo del embustero profesional, o patológico, si cabe.
Nuestro país (habrá otros también) es tierra siempre fértil para que “estas plantitas” crezcan y se multipliquen.
El terreno más apto para la aparición y lozano crecimiento de estos ejemplares es el político, y si es oficial, mejor.
Muchos Juan Globo hemos conocido, provinciales y nacionales. Y aunque siempre está el que no falta y le pincha el idem, ellos no se dan por vencidos.
Cada tanto se hace presente un Juan Globo distinguido, dicho sin segunda intención, como este Daniel Reposo que fue nominado por Cristina para dirigir la Procuración General de la Nación, una tarea que exige altas capacidades y responsabilidad.
Este abogado Reposo, actual síndico general, es, además, por si faltase algo, gran amigo del vicepresidente Amado “Aimé” Boudou.
La oposición, que aunque parece no dar señales de vida, todavía alienta, junto a varias entidades profesionales, rechazar enérgicamente su postulación.
Muchos de sus colegas no lo consideran con méritos para ser el jefe de los fiscales nacionales, cargo en el que hasta hace pocos días se desempeñaba Esteban Righi, quien fuera ministro del Interior del “Tío” (Héctor) Cámpora.
¿Por qué el rechazo? Porque entre otros detalles, entre los que figura su supuesta incompetencia, don Daniel Reposo no acredita un perfil independiente, como corresponde a un Procurador de la Nación (se declaró públicamente fervoroso y convencido cristinista),
Pero lo más grave surgió cuando sacó a flote su naturaleza de Juan Globo. ¿Qué pasó? Pues anotó datos falsos en el currículum vitae que presento en el Ministerio de Justicia, en el proceso de consulta público abierto por el Poder Ejecutivo antes de formalizar su postulación ante el Senado.
Resulta que en el apartado destinado a nombrar los congresos en los que intervino, Reposo aseguró que en 2011 disertó en la conferencia “Espacio para la memoria y para la promoción y defensa de los derechos humanos”, en la ESMA, junto con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. La mandada de parte, o la mentira, si se quiere, fue desbaratada por el organismo internacional.
También habría mentido al afirmar que participó como disertante en otras siete conferencias. Y la verdad de la milanesa es que sólo figuró como anfitrión o como oyente. Un globo de película!
Y bien, gustos son gustos, y si la señora Cristina quiere tener su propio Juan Globo, ¿qué podemos hacer? Por algo el kirchnerismo es mayoría en el Congreso. Lo malo es que es el país el que pagará los platos rotos. Sírvase este orsai, don Juan Globo. Perdón, abogado Reposo.