Luego de permanecer más de un mes secuestrado en manos de las FARC, el periodista francés Romeo Langlois llegó al pueblo colombiano de San Isidro acompañado de una misión humanitaria que participó de su rescate. “Me parece triste que haya que retener gente para que la gente venga a esta zona”, fueron las primeras palabras que pronunció luego de su liberación.
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Luego de permanecer más de un mes secuestrado en manos de las FARC, el periodista francés Romeo Langlois llegó al pueblo colombiano de San Isidro acompañado de una misión humanitaria que participó de su rescate. “Me parece triste que haya que retener gente para que la gente venga a esta zona”, fueron las primeras palabras que pronunció luego de su liberación.
En su primer contacto con la prensa, Langlois se declaró “cansado pero bien de salud”, y remarcó que las FARC lo trataron “más bien como a un invitado que como a un rehén de las guerrillas”. Además, destacó la tarea de la misión humanitaria, que fue conformada para negociar su liberación, que integraron la Cruz Roja, la exsenadora Piedad Córdoba y un enviado del gobierno de Francia.
El periodista también indicó que “además de haberme retenido por un mes cuando estaba herido, todo el resto ha ido muy bien. No me puedo quejar. Siempre me han tratado como a un invitado... siempre han sido muy respetuosos”, añadió, para remarcar que no sufrió malos tratos de parte de sus captores.
“Yo no necesitaba esta experiencia para conocer el conflicto colombiano ni la guerrilla. Tengo la convicción de que hay que seguir cubriendo este conflicto. Conmigo se ha hecho mucha política desde muchos lados. Me parece triste que haya que retener gente para que la gente venga a esta zona”, agregó, para resaltar el lugar donde fue liberado, una de las zonas más pobres de Colombia.
La exsenadora Piedad Córdoba transmitió la liberación a través de su cuenta de Twitter. “La gente que vive acá son héroes y heroínas”, dijo a la cadena Telesur, a propósito de los pobladores del caserío.
También agregó sobre la zona: “Son situaciones muy complejas, son zonas de acceso muy difícil donde la gente está confinada”.
El procedimiento
A las cinco de la mañana (7 de la Argentina) partieron tres vehículos del CICR a un sitio indeterminado del departamento del Caquetá, con el fin de adelantar el proceso de liberación de Langlois. En los tres vehículos de la Cruz Roja Internacional se desplazan la exsenadora, dos integrantes de Colombianos y Colombianas por la Paz, los representantes del organismo internacional, el vocero del gobierno francés y un médico. En algún momento de la mañana hubo temor de que el rescate no pudiera concretarse por razones climáticas, lo que luego fue descartado.
San Isidro, una aldea sin nada
San Isidro, una remota aldea dedicada a la ganadería y al cultivo de hoja de coca del sureño departamento colombiano de Caquetá, fue el escenario elegido por las FARC para liberar ayer al periodista francés Romeo Langlois.
Feudo del Frente 15 de las Fuerzas Revolucionarias Armadas de Colombia (FARC), San Isidro está a 16 kilómetros de La Montañita, precisamente donde el reportero fue hecho cautivo y adonde se llega tras más de cinco horas de viaje por rutas de tierra y barro desde Florencia, la capital del departamento mencionado.
Sin electricidad ni agua corriente, los pobladores de San Isidro se dedican a la ganadería y al cultivo de la hoja de la coca, la principal materia prima de la cocaína, en medio de una selva que no permite demasiado para la subsistencia de las personas.
Varias decenas de familias viven regularmente en esa aldea, llamadas “veredas” en Colombia, en humildes viviendas a lo largo de la única vía con la que cuenta, una calle semiasfaltada en la que hoy se congregaron cientos de pobladores llegados de los alrededores.
El lugar fue cuidadosamente elegido por las FARC para mostrar al mundo la realidad de los oprimidos en Colombia, como forma de justificar su accionar.
Un periodista incómodo
El francés Romeo Langlois, quien después de un mes de cautiverio fue entregado ayer por las FARC a una misión humanitaria, ha sido un periodista incómodo para todos los actores del conflicto colombiano en sus 12 años como corresponsal. El 28 de abril fue capturado cuando acompañaba a militares y policías en una operación antidrogas en el departamento de Caquetá para obtener imágenes para un documental y el grupo se vio sorprendido por la guerrilla. Al francés nunca le tembló el pulso a la hora de adentrarse en las llamadas zonas rojas, donde el conflicto armado sigue vivo. “Si uno quiere contar la realidad no hay más remedio que estar cerca”, afirmó días antes de ser secuestrado.