¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

15°
23 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Una forma muy curiosa de medir el desempleo

Domingo, 17 de junio de 2012 23:29

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dice que Salta lidera, con el 11 por ciento, el desempleo a nivel regional. El problema es que, desde que fue intervenido, el Instituto perdió confiabilidad. Se da por seguro que el Indec dibuja los números de la inflación (hasta el Gobierno lo reconoce cuando actualiza precios, costos y sueldos). No se puede decir que en este caso también dibuje el desempleo, pero una recorrida por todo el territorio salteño, mechada con consultas a empleadores y gremialistas, obliga a pensar que el desempleo real es mucho mayor, aunque se lo encubra con subsidios u otras argucias.
Nos preguntamos legítimamente cuán confiables son los informes oficiales sobre desocupación, pobreza, costo de vida, inflación u otros índices, y si se adaptan a la realidad. Para respondernos es necesario hacer los ajustes que se consideren posibles para que el concepto refleje en forma más fidedigna los datos aportados en cada uno de los índices determinados para el análisis.
 

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dice que Salta lidera, con el 11 por ciento, el desempleo a nivel regional. El problema es que, desde que fue intervenido, el Instituto perdió confiabilidad. Se da por seguro que el Indec dibuja los números de la inflación (hasta el Gobierno lo reconoce cuando actualiza precios, costos y sueldos). No se puede decir que en este caso también dibuje el desempleo, pero una recorrida por todo el territorio salteño, mechada con consultas a empleadores y gremialistas, obliga a pensar que el desempleo real es mucho mayor, aunque se lo encubra con subsidios u otras argucias.
Nos preguntamos legítimamente cuán confiables son los informes oficiales sobre desocupación, pobreza, costo de vida, inflación u otros índices, y si se adaptan a la realidad. Para respondernos es necesario hacer los ajustes que se consideren posibles para que el concepto refleje en forma más fidedigna los datos aportados en cada uno de los índices determinados para el análisis.
 

Es allí, en la forma de obtener los datos y cómo se procesan, donde quiero realizar algunas consideraciones referidas en este caso al desempleo, que, según datos oficiales, aumentó al 7,1% para el primer trimestre de este año, marcando el inicio de una tendencia ascendente. Los datos oficiales sobre empleo y desempleo se obtienen mediante encuestas de propósitos múltiples realizadas por estadísticos dentro del programa nacional: Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, en coordinación con las Direcciones Provinciales de Estadísticas, que mediante preguntas preseleccionadas a los entrevistados se determina la condición de ocupado, desocupado o inactivo de los mismos.
El desempleo “oficial” es la cantidad de personas, que en la semana que se realizó la encuesta se encontraban sin empleo asalariado, que están buscando trabajo o que intentaron realizar alguna ocupación por su cuenta en los últimos dos meses y por supuesto están dispuestas a aceptar un empleo o trabajo.
En cambio el “desempleo encubierto” determina a las personas que a pesar de estar desocupadas no están oficialmente registradas como desempleadas. Las causas son muchas y podemos mencionar a las que desempeñan una función inferior a su categoría; las que tienen jornadas laborales muy cortas (changarines); los trabajadores que no buscan empleo en forma activa (los que reciben subsidios) o los que perdieron las esperanzas de conseguir trabajo, estos no figuran en ninguna encuesta.
 

La inclusión social

Todas las personas que tienen las oportunidades y los recursos para disfrutar y participar en la vida económica, social y política, pudiendo afirmar que gozan de una vida sana, son las que se encuentran comprendidas en la llamada inclusión social, es decir están relacionadas con la participación, la cohesión y la justicia social.
En cambio al analizar la exclusión social, que su estudio supera a los índices de pobreza y desempleo que estamos acostumbrados a consultar, ya que no se la define en términos netamente económicos, sino por su participación o integración del individuo en la sociedad en uno o alguno de estos entornos: la producción o el consumo, la participación política, o los sistemas administrativos o de protección de las redes sociales o familiares, estos datos tampoco figuran en ninguna parte.
Hoy en nuestro país en épocas de tanto crecimiento económico desconocemos el grado de exclusión social y pobreza extrema, que no son de los mejores.
Una solución a esta realidad es lograr una adecuada formación y capacitación para el trabajador que aumentaría las probabilidades de conseguir un empleo de calidad, las personas que reciben ingresos bajos o son beneficiadas con políticas públicas de asistencialismo, son caldo de cultivo del clientelismo de los gobiernos de turno.
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD