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La plaza de la crisis en el centro de Madrid

Jueves, 07 de junio de 2012 23:16
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Allí donde termina la Gran Vía de Madrid está Plaza España que, rodeada por edificios al mejor estilo neoyorquino y con una fuente que conmemora a Miguel de Cervantes y a sus personajes literarios Don Quijote y Sancho Panza, hoy sigue brillando, pero solo por fuera porque bien podría simbolizar la crisis económica que hoy azota al país ibérico.

Sus principales edificios están vacíos y, víctimas de la especulación inmobiliaria que tanto agravó a la crisis económica mundial, no pueden venderse. Por un lado, porque sus dueños los compraron a precios sobrevaluados y no quieren venderlo por menos. Y, por otro, porque quedaron truncos planes que no hoy no pueden avanzar por la crisis económica.

De ellos, el principal y más simbólico es el edificio España, uno de los ocho rascacielos de Madrid, que desde 2006 no tiene habitantes, con sus puertas selladas. Eso sí, fue recientemente restaurado, así que se encuentra listo e impecable para una de las típicas fotos postales de la capital española. Solo si uno se acerca un poco recién ahí pueden verse las pintadas en los vidrios y partes bajas.

Su dueño desde 2005 es el banco Santander -a través del área Santander Real State- y lo que tenía pensado hacer con 68.000 metros cuadrados era adaptarlos para construir viviendas de lujo, pero el proyecto no prosperó y mientras tanto no encuentran nada mejor que dejarlo vacío hasta que aparezca un comprador.

Pero antes de quedar en el vacío absoluto, durante décadas por el edificio España transitaban diariamente 3.500 personas que tanto podían ir a sus casas, como a sus oficinas, comercios o al hotel que los alojaba. Pero poco tiempo pasó desde que el banco Santander hizo su inversión hasta que la crisis estalló y truncó los planes.

Algo parecido sucedió con la torre Madrid, la cual con sus 34 pisos y 125 metros de altura supo ser el edificio más alto de Europa hasta 1967. En la actualidad es todavía un emblema de Madrid y cuenta con la protección del Ayuntamiento de la ciudad, pero se encuentra prácticamente vacía. Su dueño es la empresa Metrovacesa, que en un principio intentó venderla sin efecto hasta que hace pocos años comenzó una refacción de los pisos 15 a 34 para viviendas premium, que poco a poco se están vendiendo.

Igualmente, el edificio de la Compañía Asturiana de Minas, un antiguo palacio de la ciudad y de la plaza se mantiene conservado, pero vacío y en venta sin efecto.

El hecho de que no pueda concretarse la venta de estos edificios simbólicos, así como otros que también rodean a la plaza, es recuerdo de la burbuja inmobiliaria que vivió España hasta que esta estalló en 2007 luego de tanta especulación de precios. La crisis actual no es solo efecto del “boom del ladrillo”, pero ciertamente que fue agravado por éste, que ha llevado al endeudamiento de familias y a trabajadores de la construcción al desempleo.

Los que están “okupados”

Justamente, el efecto social que ha producido esta llamada burbuja inmobiliaria también se hace sentir en los edificios de la plaza España, especialmente en dos de ellos que, dejados en un completo abandono, provocaron que fueran “okupados”. Y quienes ahora viven allí en la ilegalidad son precisamente víctimas de las deudas que provocaron sus hipotecas o solo víctimas de la crisis económica total que vive el país.

Pues estos dos edificios, que antiguamente fueron oficinas de Telefónica, no están a la venta, sino que están trabados porque su dueña, la inmobiliaria Monteverde, se encuentra en concurso de acreedores. De allí que ni su fachada esté cuidada o que ni cuenten con servicios mínimos. Incluso son peligrosos, pues están llenos de huecos de los ascensores o no tienen medianeras, techos y paredes.

Y no solo hay que verlos de lejos para conocer su estado, pues en su mismo pabellón de entrada diariamente se ven personas que allí se disponen a dormir. Lo mismo sucede en el puente cerca de ahí, o en la mismísima plaza. Todo, a solo unos pasos del Palacio Real.

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