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Un día pleno para los niños

Domingo, 12 de agosto de 2012 22:53
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“Estoy medio mareado, pero no había comido nada”, dijo rebosante de energía Alberto (11), luego de someterse a los movimientos perpendiculares del giróscopo, uno de los juegos apostados en el predio del Delmi, y haber seguido, aparentemente, instrucciones de su mamá para que no le afectaran los giros del dispositivo.

El, como miles de niños, disfrutó en la tarde de ayer de la Gran Fiesta Gran, la propuesta del Gobierno de la Provincia y de la Municipalidad de la Ciudad de Salta, que fue posible además por la colaboración del Sindicato de Camioneros y auspiciantes, para homenajearlos en su día.

“Vinimos con mis primos y estamos divididos para poder subir a más juegos”, relató Lucía (9), por quienes dos tías y sus padres estaban pacientemente formando las interminables colas para acceder al barco pirata, el salto bungee jumping y los peloteros inflables como la cancha de fútbol, el tobogán y el pulpo.

Debido a la gran concurrencia de público, se estimaba que se habían dado cita unas 30.000 personas, los tiempos en cada juego se acortaban, pero ese detalle no desanimó a nadie.

Lucas (10) y Paola (7), por su parte, se reconocieron como “niños informáticos”, de hecho sus padres los sorprendieron con una tablet a cada uno. Sin embargo, también accedieron a dar una vuelta por el playón del Delmi en familia y habían llevado un mantel y una canasta con la merienda, aunque se ubicaron un poco alejados tanto de los juegos como del escenario. Sobre las tablas, los payasos mercedeños Trompito y Ojaliyo proponían dinámicas para integrar a los asistentes, mientras mechaban chistes con mensajes de padres para niños perdidos o de niños encontrados en busca de sus familiares.

En la entrada todos los chicos recibían bolsitas con golosinas y un número para los sorteos que se iban a realizar durante toda la jornada.

Entre los premios había computadoras, las anheladas play station, camiones y tractores gigantes, bicicletas, muñecas, bebotes y pelotas.

Jorgito (4), flamante ganador de una bici a la que apenas podía manipular, resumía sin saberlo el espíritu de este día, consagrado a la fraternidad entre los niños del mundo, al decir: “(Estoy) feliz con la bici y vamos a jugar con ella en la cuadra. A todos se la voy a prestar”.

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