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Dos hechos policiales en la opinión pública mundial

Lunes, 20 de agosto de 2012 11:57
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La semana pasada dos hechos conmovieron al mundo. Uno de ellos fue calificado como una de las operaciones policiales más sangrientas desde el fin del Apartheid y puso a la policía en el centro de la opinión pública internacional. Fue la masacre de 34 mineros africanos que se encontraban en huelga en la mina de platino Marikana de Lonmin. El otro ocurrió en Nueva York  y fue el disparo por parte de un efectivo policial a un pitbull que cuidaba a su dueño y que impedía que lo asistieran en momentos en que se encontraba inconsiente.

Hoy se supo que la Policía de Sudáfrica recuperó al menos 300 casquillos de bala en el lugar donde la Policía tiroteó y mató a los trabajadores y ya tiene en su poder además, 45 armas que se utilizaron supuestamente durante la masacre.

Por otra parte, las autoridades del país citaron a 180 testigos de los hechos para ser interrogados y averiguar las circunstancias de la matanza, que se produjo el pasado jueves durante una jornada de huelga de los trabajadores de la empresa Lonmin, que explota una mina de platino en Marikana, en el noreste de Sudáfrica.

Las autoridades policiales dijeron que, antes de comenzar los disparos, los huelguistas se negaron a dispersarse y que los agentes tuvieron que “usar la fuerza para protegerse" cuando los mineros, algunos ellos provistos de machetes y armas de fuego, traspasaron un cordón de seguridad. 

El otro hecho sucedió en el East Village de la Gran Manzana en Nueva York, donde un pitbull decidió cuidar a su dueño sin importar lo que aparentaba ser una urgencia de salud, mientras este yacía desmayado en la vía pública.

En un primer momento, una mujer que se acercó demasiado al joven, sufrió un primer ataque. Johnny Rodriguez, testigo de la situación, explicó que solamente llegó a tomarla del pantalón, antes de girar sobre sí mismo y atacar de frente a uno de los policías que estaban en el lugar.

Al ver que se dirigía directo hacia él, el agente no dudó en descargar un tiro de su arma reglamentaria para detenerlo, mientras que su compañero le aplicó luego una dosis de gas pimienta.

“Yo tuve un pitbull y así es como son ellos, protegen a su dueños”, dijo Rodríguez. “Es una tragedia, pero quizás yo hubiera hecho lo mismo que el policía. Si ves venir a un perro como éste, no sé si te vas a quedar parado esperando a que te muerda”, dijo Rodriguez.

El perro se llama Star y a pesar de recibir una bala no murió. 

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