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Muchos interrogantes se abren a partir de la grabación clandestina que se realizó, supuestamente, durante una reunión de médicos en el Hospital Materno Infantil. Según se puede advertir en ese audio, los profesionales intentan ponerse de acuerdo sobre los argumentos que expondrían para justificar la muerte de un menor de 9 años. La sospecha de mala praxis en el caso está latente, luego de que el chico fuera trasladado desde Cachi para su atención en esta capital. Al parecer no se efectuaron los procedimientos médicos de rigor y el nene murió a las 48 horas de haber ingresado al Hospital Materno.
La grabación, que tiene una extensión de una hora aproximadamente, denota que se trataría de un caso de mala praxis, donde los propios médicos comprenden que hubo una falla y admiten que podrían “rodar cabezas”. La repercusión social que significó la difusión del audio hace suponer que efectivamente esto es lo que ocurrirá, pero el hilo no debe cortarse por lo más delgado.
Con el impacto mediático de fondo, invariablemente el caso seguirá por al menos tres caminos. El primero es el técnico jurídico que deberá determinar si efectivamente se trató de mala praxis, algo en lo que la Procuración, a través de sus fiscales, está trabajando. Pero más allá de una falla médica puntual, la investigación también deberá determinar algo mucho más grave: si hubo intención de encubrir la muerte del niño.
El segundo es el camino de la acción gubernamental. La política sanitaria del gobierno suele verse seriamente afectada por escándalos de esta naturaleza.
Algunas fuentes señalaron que la idea del ministro de Salud, Enrique Heredia es que se investiguen los niveles de responsabilidad en la muerte del menor para disipar cualquier duda sobre la atención en los hospitales, donde la queja es permanente.
Los comentarios sobre el caso en las redes sociales y en los espacios abiertos de los medios de comunicación establecen que la gente sostiene fuertes cuestionamientos hacia la atención en los centros de salud y en los hospitales de la provincia, fundamentalmente en los servicios de guardia y consultorios externos.
Con estos antecedentes se espera que el tema siga en la agenda de los medios durante toda la semana.
Mientras estas cuestiones se dirimen en los ámbitos médicos y jurídicos hay otro camino -que seguramente será muy transitado- donde se abre la mayor cantidad de interrogantes. La grabación en cuestión comenzó a circular por distintos medios informativos días después del deceso del niño, aunque recién tomó relevancia esta semana cuando un concejal capitalino recibió el audio en su domicilio y lo envió al ministro de Salud de la provincia, al Colegio Médico y a otros medios de comunicación.
Es de suponer que las juntas médicas son permanentes en los hospitales para analizar los casos de pacientes, pero ¿es necesario que alguien grave esas conversaciones? ¿Es habitual esta práctica? ¿Quien y con qué fin gravó esa reunión?
Por lo pronto la actitud del ministro Heredia parece acorde a lo que indica el sentido común. Intuye que hay una especie de complot corporativo y quiere responsables.