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No sólo los médicos personales le recomendaron que no se exponga a tanto viaje en avión sino que el mismo gobierno venezolano le sugirió que espere un tiempo antes de ir a La Habana. Pero Cristina Kirchner igualmente se empecinó en viajar a Cuba, donde arribó esta mañana con el único objetivo de estar bien cerca de Hugo Chávez en momentos en que su delicado estado de salud es toda una incógnita nacional.
Cristina Kirchner arribó a La Habana a las 7, hora local (las 9 de la Argentina), y estará allí poco menos de 22 horas. Pero apostará ese tiempo por ver a su par venezolano. Los médicos personales de la Presidente no estaban muy conformes con esta decisión. Le habían recomendado que por su problema de tiroides no se exponga a un viaje tan extenso como el que comenzó anoche.
Según se supo, el gobierno venezolano insistió hasta último momento en que Cristina Kirchner no fuera a Cuba hasta no tener un panorama más claro de la salud de Chávez. Le deslizaron incluso que existe la posibilidad certera de que ni siquiera pueda llegar a ver al mandatario venezolano, que está internado.
Sin embargo, según trascendió de su círculo íntimo, la aspiración presidencial es saludar a la familia de Chávez ante la enfermedad de su par, más allá de que pueda o no visitarlo personalmente. En paralelo, envió a Caracas a su canciller, Héctor Timerman, que participó del acto de apoyo de los líderes latinoamericanos al mandatario venezolano.
El paso de la jefa del Estado por La Habana representa la escala previa antes de su largo viaje por Emiratos Árabes Unidos, Vietnam e Indonesia que la tendrá una duración de 11 días afuera de la Argentina.