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El dólar oficial cuesta $4,95 y el paralelo 7,30; es decir, que las vacaciones de verano en la Argentina son noticia. Es que el marginal encareció $2,35 con el impacto que eso significa en el ingreso básico de la masa laboral. El juego de la oferta y el alto precio del dólar libre, juzgado como de “demanda vacacional”, resultó una devaluación soterrada lisa y llana.
En el primer día cambiario de 2013 la pizarra de cotización del dólar libre marcó que el billete valía $ 6,90.
Lo que significó que un salario mínimo, por ejemplo de $2.500, cambiado a dólar recibía US$ 362 hace una quincena. Hoy, el mismo ingreso en pesos, cambiado a $7,30 el dólar, recibirá US$342.; es decir, que ese asalariado perdió US$ 20, equivalentes a $146 menos en su remuneración.
La metamorfosis cambiaria -bien Argentina- de la marcha del ingreso, hizo que ese sueldo pase en escaso tiempo de $2.500 a $ 2.354, efecto de la devaluación de la moneda en que se pagan los salarios.
La pérdida en pesos fue significativa. Un asalariado necesita cada vez más pesos para comprar dólares e irse de vacaciones. El viernes pasado, el paralelo tenía una brecha de $ 2,35 con el oficial, que cotizó a $4,95, controlado por la flotación que exige el Banco Central de la República Argentina.
Este andar de la devaluación del peso - por la vía de la suba del dólar libre- demostró retroactivamente que quien tuviese un dólar el primer día de 2012 y decidiese venderlo en los primeros días de este año, obtuvo una diferencia de 50% o más, muy superior a cualquier tasa de interés.
Transferencia de riqueza
Entre el cepo cambiario y las vacaciones, se disparó el dólar paralelo. Ese resultado deja a 2012 con algunos puntos a destacar en términos de transferencia de riqueza.
El año pasado, el Gobierno hizo un esfuerzo por mejorar la distribución del ingreso vía aumentos salariales y jubilatorios por encima de la inflación.
Habría logrado la mejora, pero simultáneamente, con el cepo cambiario y la disparada del paralelo, generó una notable transferencia de riqueza hacia los tenedores de dólares .
El aumento del poder de compra de los dolarizados (datos oficiales sostienen que los argentinos tienen acumulados unos US$ 150.000 millones) supera cualquier cálculo de inflación que se quiera considerar.
La presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, ratificó en varias oportunidades el cepo cambiario y las restricciones a la compra de divisas para atesorar pero, seguramente, habrá más divisas para pagar importaciones. El Gobierno aprendió la lección del año pasado, cuando restringió las importaciones y la actividad económica se planchó.
Marcó del Pont aceleró el ritmo de aumento del dólar oficial y agregó un nuevo ingrediente para analizar el futuro del mercado cambios.
En diciembre el peso se devaluó 8,35% frente al dólar, un ritmo que anualizado daría más del 22% .
Así, la devaluación del año pasado en el oficial fue de 14,3%, aún lejos de la inflación (las provincias la calculan en 23%), pero bien por arriba de 2011 cuando el peso se había devaluado sólo 8,2%. La idea del Central es que el dólar oficial corra atrás de la inflación.
Lo que aporta el complejo sojero
Tener a raya al dólar para no hacer que la distribución del ingreso, es decir el precio de salario no se devalúe, es una tarea que aún no muestra frutos.
Según datos de 2012 de organismos de las Naciones Unidas, los trabajadores argentinos tienen sus ingresos en blanco y su salario promedio, puede ser medido en dólares de Paridad de Poder Adquisitivo (PPA). La remuneración, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, se ubica 25% por debajo del salario mundial promedio. Pero el equilibrio del esquema cambiario, para cuidar el ingreso laboral en dólares y no exponerlos al ajuste devaluatorio, llegaría en abril cuando vayan arribando los dólares de una cosecha de soja que apunta a 54 millones de toneladas.
Eso permitiría exportaciones del complejo sojero por US$ 28.000 millones, casi US$ 8.000 millones más que la precedente.
El tipo de cambio y el “efecto verano”
Los economistas estudian el paridad dólar y salarios en los casos que los trabajadores estén registrados. Conla última alza del libre, indudablemente que los trabajadores en negro ganan mucho menos que los registrados. La informalidad argentina llega al 40% lo que significa que la última devaluación indirecta, llamado eufemísticamente “efecto verano” aumentó la brecha del poder adquisitivo entre asalariados formales e informales.
A todo ello hay que sumarle también la diferencia entre la inflación real y la oficial, ya que en ambas también hay una brecha que quita más o menos poder adqusitivo al salario, según el costo de vida que se tome.
Entre los países de América Latina, Argentina suele aparecer por arriba de Chile, Brasil, Colombia y México en la medición del salario con la paridad dólar. Si se ponderó la inflación real, seguramente la Argentina caería algunos lugares en el ranking. Con un “blue” a $7,30 la paridad será mayor ahora con relación a lo que se adquiría con el mismo salario hace quince días. Si se mide hoy en pesos el salario se podrá ver que su costo ha bajado. Cabe recordar que hace un mes así lo afirmó un trabajo de Economía & Regiones. Ello mostró que el costo laboral en Argentina era más competitivo que en Brasil, por ejemplo. El vecino país contuvo la inflación y dejó apreciar su moneda, provocando un significativo avance del salario en dólares.