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La polémica parece no tener límites en el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta, el Ippis. Primero, el actual presidente de la institución que representa a las nueve etnias originarias de la Provincia, anunció públicamente que buscaría su reelección con el apoyo del Gobierno Provincial. Pero la ley no se lo permite e Indalecio Calermo prefirió interpretar que eso quedaría “en manos de la voluntad popular”. Después de ser reelecto vocal por la etnia wichi amenazó con quemar El Tribuno desde una radio de Morillo, luego de que se publicara que uno de los restantes ocho vocales electos, que elegirían al próximo presidente, había recibido 5.000 pesos para votar por el dirigente wichi. El miércoles cinco vocales, la mayoría, nombró presidente del Ippis en Salta al representante de la etnia guaraní, pero ayer en Tartagal el grupo de cuatro vocales restantes, encabezados por Calermo, nombraron un gobierno paralelo en el organismo con el apoyo del Ejecutivo provincial.
“El Presidente y los vocales del Consejo serán indígenas elegidos en razón de uno por cada etnia en Asamblea. Los vocales designarán al Presidente”, dice el artículo 6 de la ley 7121. Pero como con esas reglas Calermo nunca podría haber mantenido el poder, ya que no cuenta con el voto de la mayoría de los vocales, el dirigente wichi decidió autoproclamarse vicepresidente de la institución y nombrar de presidente al representante del pueblo toba, Demy Sosa. El gobierno paralelo del Ippis fue avalado por la firma de la escribanía de Gobierno y el secretario de Gobierno, Oscar Rocha Alfaro.
Ahora, el organismo tiene dos titulares: Enrique Arello y Demy Sosa, éste último del sector de Indalecio Calermo, que desconoció la elección que hizo ayer la minoría simple de cinco vocales en la sede del IPPIS en Salta. Marcos García, chorote; Juan Vega, tapiete; Luis Mojica, chané; Juan González, chulupi y Enrique Arello, de la etnia guaraní determinaron el miércoles, ante escribana, que la presidencia la ocuparía Arello. Pero por otra parte, Eduardo Casimiro, del pueblo diaguita calchaqui; Deny Sosa, del pueblo toba; Indalecio Calermo, por los wichis y Miguel Siarez del pueblo kolla designaron a Sosa al frente del Instituto. En política lo absoluto se vuelve relativo y en el Ippis la polémica se vuelve costumbre.
“Se tiene que terminar el atropello y el soborno a los hermanos aborígenes de la Provincia y la ayuda que llega para el indígena de distintos organismos, sea mucha o poca, tiene que llegar a las comunidades. Ya nunca mas se quedarán en las manos de una sola persona. El Gobierno nos tiene que ayudar a mejorar la atención que se le da hoy en día al aborigen”, dijo Arello a El Tribuno.
El presidente de la mayoría
El representante guaraní, Enrique Arello, fue proclamado por la mayoría de los vocales electos legalmente el 15 de diciembre como nuevo presidente del Ippis. Considera que el organismo necesita un cambio y que es necesario democratizar las decisiones con el consenso de los vocales. “Queremos un IPPIS participativo, de puertas abiertas y articulado con el Estado en todos sus niveles. Hay que erradicar cualquier tipo de discriminación dentro del Instituto. Desde el viernes trabajaremos en equipo, con metas y objetivos concretos que ayuden al desarrollo y al progreso de los pueblos originarios. No hacemos magia, pero tenemos la voluntad de trabajar por los hermanos en forma democrática. Las decisiones tendrán que ser determinadas por los vocales y no impuestas”, dijo.