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Con Arello, una nueva era para el instituto indígena

Jueves, 07 de febrero de 2013 17:43
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“Todo tiene un final, todo termina”, cantaron generaciones de argentinos alguna vez cerca del fuego. El poder de Indalecio Calermo, actual vocal por la etnia wichi dentro del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta, el IPPIS, llegó a su fin este martes.

Primero intentó perpetuarse en el cargo de presidente aunque la ley se lo impedía, luego se autonombró vicepresidente y finalmente intentó judicializar una votación porque no podía ganarla.

Para despedirse, cuando la derrota asomaba por todos los puntos cardinales, un grupo de alrededor de 50 personas que le responde y que actuó con actitud de “patota”, tomó por la fuerza la sede del organismo en Salta y obligó a sus contrincantes aborígenes a escapar por los techos. Ayer, después de una insólita resolución, se confirmó oficialmente lo que el Ministerio de Derechos Humanos había negado 24 horas antes: Enrique Arello, vocal de la etnia guaraní, es el nuevo presidente del IPPIS. Es que esta historia, siempre asociada a la polémica, no podía terminar de otra forma que no rozara el papelón.

“No existió votación alguna. Se labró un acta con la voluntad que expresaron todos los vocales. Cinco de ellos sostenían que el presidente era Arello, porque lo eligió la mayoría. Pero los otros cuatro vocales dijeron que no iban a votar hasta conocer el resultado de un recurso de amparo presentado en la Justicia y que tiene que determinar si fue legal o no la elección hecha por esta minoría en la sede Tartagal”, dijo el martes, el secretario de Desarrollo Comunitario, Ricardo Echenique, dependiente del Ministerio a cargo de María Pace.

La consulta llegó luego de que los cinco vocales de la mayoría le confirmaran a El Tribuno que Arello había sido elegido presidente horas antes. Sin embargo, Echenique había afirmado que “El IPPIS sigue sin presidente hasta que se resuelva el amparo”.

Replicando el famoso axioma que indica que puede borrar con el codo lo que se escribe con la mano, en menos de 24 horas la versión oficial pasó a decir exactamente lo contrario a lo que afirmó. “El IPPIS tiene nuevo presidente elegido por la mayoría. Es Enrique Arello, vocal de la etnia guaraní”, redireccionó ayer la ministra Pace consultada por este medio. “Hubo un problema de interpretación, una confusa explicación de lo que pasó”, puntualizó la ministra. Además, El Tribuno tuvo acceso a una copia del acta que certificó el escribano público de la Provincia, Víctor Fernández Esteban y que tiene la firma de Ricardo Echenique, el funcionario que negó la existencia de la elección.

“Voto a Demi Sosa”, dice en el acta Calermo, en referencia al vocal toba que intentaba imponer como presidente de su facción luego de que se frustraran sus intenciones reeleccionistas. “No estoy de acuerdo”, aclaró de inmediato el dirigente wichi, que se otorgó una de las polémicas casas de madera que entregaron el año pasado a aborígenes de Santa Victoria Este y que sus dueños calificaron de inhabitables. En plena crisis habitacional colocó una de las 200 casas destinadas a gente sin hogar en el patio de su propiedad, construida de material, cuando hasta el momento se entregaron menos de 60. Además, el monto de las obras rondaría los $10 millones, pero no se conoció llamado a licitación pública.

 El escribano ya notificó el resultado

“Una de las competencias de este Ministerio es el seguimiento de las políticas de desarrollo para las comunidades indígenas y también servir como vínculo jurídico e institucional con el IPPIS. Intervenimos para superar esta situación de indefinición en la que se encontraba el organismo. El Gobernador nos pidió volver a convocar a los vocales en asamblea de inmediato y eso fue lo que pasó ayer, ante la presencia del escribano de Gobierno. Ahí, cada uno expresó de manera individual su voto e íntima convicción. Es una formalidad que le devolvió institucionalidad al IPPIS para que pueda seguir funcionando. El escribano ya notificó esta decisión a los organismos públicos y privados, incluido el Banco Macro, que era uno de los pedidos de la nueva conducción”, dijo María Pace.

Sobre el amparo que había presentado ante la Justicia el sector de vocales que responde a Calermo, la ministra Pace informó que su Ministerio “no interviene en esa presentación judicial, sino que surge de la voluntad de algunos de los nueve vocales”. Además, dijo que no debe ni puede hacer futurología sobre una hipotética resolución judicial.
 

Una cadena de polémicas llegó a su fin

Los vocales del Instituto resultaron electos el 15 de diciembre pasado en el sufragio que se repartió por distintas escuelas de la ciudad de Tartagal, casa central del IPPIS, además del lugar de residencia de Indalecio Calermo, que ese día resultó reelecto vocal por la etnia wichi, ganándole por un cómodo margen al joven dirigente de Santa Victoria

Este, René Delgado. Al día siguiente amenazó con quemar la corresponsalía de este diario en esa ciudad norteña, donde el aborigen se mueve al mejor estilo Milagro Sala, manejando recursos, otorgando planes, bolsones y fuentes de trabajo. Fue luego de que este medio publicara que según la ley no podría ser nuevamente presidente del Instituto.

De acuerdo a la ley provincial 7121, que dio origen al organismo, la presidencia no debe permanecer en una sola etnia por más de un período y tiene que ser rotativa entre los distintos pueblos originarios de Salta. “El presidente no puede ser reelecto‘, dice la norma, pero según la interpretación jurídica del dirigente wichi había “un vacío legal que permite otro mandato”. Calermo había dicho públicamente que sería presidente si así se lo pide la voluntad popular, “porque eso es lo que pidió el Gobernador”.

Pero la intentona fracasó y por razones que no pudo conocer este medio, Calermo se bajó de la presidencia en la que ya calculaba reformar los estatutos para que los mandatos duren cuatro en lugar de dos años. Semanas atrás, los cinco vocales de la mayoría eligió a Enrique Arello en Salta como nuevo presidente, por temor a “sufrir aprietes y agresiones de la patota de Calermo en Tartagal”. Días después, la minoría de los cuatro vocales nombró una conducción paralela con Demy Sosa como presidente y Calermo como vice.

El martes, por pedido del Ministerio de Derechos Humanos, se convocó otra reunión donde la minoría pretendía judicializar el conflicto y no votar. Finalmente llegó la derrota y la gente de Calermo invadió el edificio del IPPIS, que continuaba tomado hasta ayer y que obligó el martes a los vocales de la mayoría a salir por los techos.

“Se terminó el atropello y el soborno a mis hermanos”

“Ellos no querían votar. Decían que la votación de Tartagal era legal y que la nuestra no, pero finalmente votaron y firmaron el acta. Además, a nosotros nunca nos notificaron de la votación en Tartagal, pero hoy se demostró que tenemos la mayoría y que funciona la democracia. Además hay que saber que existieron amenazas y persecuciones sobre los que nos oponemos a Calermo, además de intentos de soborno, por lo que no nos íbamos a sentir seguros allá, donde tiene todo el poder Calermo. Al final, la minoría argumentaba que no estaba de acuerdo, pero tendrían que haber pensado antes de votar”, había dicho el martes a El Tribuno el nuevo presidente del IPPIS.

“Se tiene que terminar el atropello y el soborno a los hermanos aborígenes de la Provincia y la ayuda que llega para el indígena de distintos organismos, sea mucha o poca, tiene que llegar a las comunidades. Ya nunca más se quedarán en las manos de una sola persona, lo mismo que las decisiones que tendrán que ser consensuadas por los vocales y no impuestas de forma autoritaria como hoy. Queremos un IPPIS participativo, de puertas abiertas y articulado con el Estado en todos sus niveles. El Gobierno nos tiene que ayudar a mejorar la atención al aborigen”, agregó el ganador, Enrique Arello.

Estos son los nueve vocales de las etnias originarias

El consejo directivo del IPPIS está compuesto por los nueve vocales, que representan a cada una de las etnias que hay en el territorio de la Provincia. 

Enrique Arello, representante de la etnia guaraní (presidente); Eduardo Casimiro, por la etnia diaguita; Demy Sosa, del pueblo toba; Miguel Ciares en representación de las comunidades coyas de la zona andina salteña; Juan Vega, por los tapietes; Juan González de la etnia chulupí; Luis Mojica del pueblo chané; Indalecio Calermo reelecto vocal de las comunidades wichi y Marcos García, de Santa Victoria Este por los chorotes.
 

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