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Desde lo numérico se puede decir que Boca logró un triunfo clave en la lucha por el campeonato. Pero a la hora de analizar el juego, no se puede soslayar que el equipo de Carlos Bianchi volvió a jugar muy mal, continúa sin poder mostrar una identidad de juego y tiene una enorme carencia de ideas. Pero es innegable para los hinchas que la ilusión de volver a ser campeón está latente, en un torneo de regular para abajo.
El xeneize fue víctima de sus propios errores y estuvo en desventaja durante gran parte del partido pero dos acciones de pelota detenida, muy bien manejadas por Juan Román Riquelme, concluyeron en el epílogo, a través de Leandro Paredes y Daniel Díaz, en los goles que le dieron una victoria sufrida pero determinate para seguir con vida en el campeonato.
Tigre se había puesto en ventaja a los 18 minutos del primer tiempo con un gol en contra de Claudio “Chiqui” Pérez, se mostró ordenado y prolijo en defensa pero finalmente no pudo sostener el resultado. Boca fue un equipo lento y previsible que había comenzado sin imponer condiciones y, hasta la apertura del marcador, era muy poco lo que había sucedido. Recién en el último cuarto de hora del primer tiempo, Boca forzó el ritmo y obligó a tres grandes intervenciones del arquero Javier García: a los 37, tras un “jugadón” de Cristian Erbes, 2 min después tras un remate de Riquelme y a los 41 con un cabezazo de Erbes.
En el segundo período iban 8 minutos cuando Pérez García, el jugador más astuto de Tigre, manejó bien un contraataque y ya dentro del área forzó una infracción de Erbes pero Herrera lo interpretó como una simulación y le sacó al salteño la segunda tarjeta amarilla, dejando al conjunto visitante con diez jugadores.
Desde entonces y hasta el final, Boca inclinó la cancha hasta el área rival sin encontrar resolución. La suma de delanteros (cinco), con los ingresos de Cángele, Blandi y Riaño, no variaron el panorama y Tigre dispuso de oportunidades de contraatacar aunque la falta de energía le impidió aprovecharlas.
A los 39 minutos, Riquelme desde la izquierda ejecutó un tiro libre con pase paralelo a ras y Paredes marcó la igualdad con un remate desde fuera del área y al palo derecho de un García muy tapado. En el primer minuto de tiempo agregado, otro tiro libre de Riquelme terminó con centro muy bien colocado para el cabezazo frontal de Díaz que le dio a Boca el resultado imprescindible para seguir en carrera.
El Virrey destacó “las ganas de ganar”
“Yo creo que conseguimos el triunfo por las ganas de ganar, pero el primer tiempo no se jugó mal. Ellos llegaron una sola vez y fue gol en contra. La expulsión también fue importante, porque ellos con uno menos se complicaron. Sabemos que no hicimos un partido perfecto y que para el próximo juego tenemos que tener otra disposición, porque lo ideal no es hacerlo así”.
Se jugó al ataque con cinco delanteros
Con Boca perdiendo 1 a 0 y Tigre jugando con 10, Carlos Bianchi puso toda la carne en el asador. Metió primero a Cángele por Ledesma (12 min del ST), a Blandi por Caruzzo (21’) y a Riaño por Erbes (36’). Sumados a Gigliotti y Martínez, cinco delanteros. Y con Riquelme y Paredes atrás. Acumulando gente y a los ponchazos, el xeneize le ganó terreno a Tigre y agónicamente ganó.
“Si hablo del árbitro me perjudico solo”
Gabriel Peñalba, volante de Tigre, evitó referirse al desempeño del árbitro Darío Herrera, que tuvo algunos fallos polémicos y expulsó injustamente a Pérez García. “Si hablo del árbitro me perjudico yo. Que trabajen en paz porque después se los cuestiona. Me voy con bronca porque con un hombre menos hicimos un esfuerzo enorme y nos vamos sin nada”.
Paredes devolvió la confianza con un gol
Leandro Paredes autor de un golazo en la remontada (jugada que había ensayado con Riquelme). Y Bianchi, que le había pedido más “sacrificio” lo felicitó por su regreso luego de su lesión de tobillo. El juvenil llegó a su quinto grito en Primera. Aunque lo fundamental es que cumplió al pedido del DT y hasta se tiró al piso para robar una pelota en el final.
Riquelme festejó doble
Juan Román Riquelme, de 35 años, ya lleva la mitad de su vida como jugador profesional. Precisamente, ante Tigre, en la Bombonera, el diez cumplió 17 años de su debut en primera: fue un 10 de noviembre de 1996, cuando debutó de la mano de Carlos Salvador Bilardo, en un duelo como local frente a Unión de Santa Fe.
En un partido bastante complicado, el emblemático 10 no tuvo tanta participación, pero sin embargo aportó las dos asistencias que le permitieron al conjunto de Carlos Bianchi dar vuelta el marcador cuando parecía que la suerte estaba echada. “Es raro el fútbol, porque en el primer tiempo tuvimos varias situaciones y nos fuimos con el marcador en contra. Sin embargo, al final con dos pelotas detenidas pudimos ganar”, destacó el mediocampista, quien acotó: “Estamos contentos y vamos a luchar hasta el final”. Por último, Román se refirió a los hinchas: “La gente está ilusionada, el equipo intenta dar lo mejor en cada partido. Vamos partido a partido, ahora hay que pensar en Arsenal”, cerró.