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A pocos días del inicio de un juicio que se hizo esperar “demasiado”, en sus frases, el nombre de su pequeño hijo fallecido Isidro se repite incansablemente. Tal vez como una necesidad inconsciente de remarcar el impacto que tuvo en su cotidianeidad la salidera, ocurrida en julio de 2010, y el brusco giro que provocó esa visita al banco que derivó en una tragedia impensada. Carolina Píparo, la mujer embarazada que fue víctima de una salidera bancaria en 2010, rechazó la oferta de indemnización realizada por el Banco Santander Río y reclama un resarcimiento cercano a los siete millones de pesos. “Nunca se acercaron ni a darme el pésame”, recordó.
El juez Civil y Comercial Enrique Gorostegui citó a las partes en abril para que se presenten las pruebas documentales, testimoniales y periciales, tras el rechazo de la oferta del banco. En la demanda, Carolina Píparo exige los 58 mil pesos robados en la salidera; 400 mil por incapacidad física; 700 mil por daño estético; 1.400.000 por incapacidad psicológica; 100 mil por gastos de asistencia; 10 mil por gastos de sepelio de su hijo; un millón por la pérdida de chance (la muerte del bebé); y tres millones por daño moral. Luego del ataque a la salida de una sucursal del banco Santander Río, Carolina Píparo recibió un balazo que le ingresó por la mandíbula y le perforó un pulmón. Fue ingresada grave. Allí nació Isidro, por cesárea, aunque solo logró sobrevivir una semana. “Isidro fue un bebé sano, de tres kilos y medio. Esta cifra no me va a devolver a mi hijo. Ahora busco una condena ejemplar”, dijo.