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“Hola muchachos, soy Julio Ernesto Barrios, el supuesto narco y sicario”, se presentó en los comentarios de la página web de El Tribuno el jueves. Es el mismo hombre que aparece filmado portando primero un machete y después una escopeta. El mismo hombre al que Juan Pablo Moscoso admitió haber acertado un tiro en el estómago el 10 de marzo último. El mismo hombre que denunció a Moscoso en los tribunales argentinos por tentativa de homicidio. Cargó contra este periodista, al que acusó de “novato” y de cobrar dinero para entrevistar a Moscoso en la frontera.
El administrador de la empresa Reforestadora Nacional S.A. negó cualquier vínculo de la compañía de capitales chilenos con el narcotráfico. Tiene 12.000 hectáreas en el límite con Bolivia a las que solo tienen acceso un mes al año. Según Eduardo Pinto Torino, las tierras que reclama Moscoso son de la empresa que administra.
“Si él (por Moscoso) quiere reclamar la posesión de las tierras que ocupan no opondremos ninguna objeción, pero tienen que solucionarlo entre todos los habitantes de la zona que reclaman la posesión de las tierras”, dijo. Presentó un contrato de arriendo a Julio Ernesto Barrios por 70 hectáreas del catastro 1827. También negó cualquier vínculo laboral y de dependencia de la empresa con Barrios. Según Moscoso, ese catastro no es parte de su propiedad. Las fincas de la empresa no tienen acceso por el lado argentino. “Es ideal para el cultivo de caña de azúcar, pero hoy no podemos producir”, dijo el administrador.
“Yo no soy un sicario. Soy productor agropecuario. El señor Moscoso es buscado por la Justicia por tentativa de homicidio. A mí no me busca la Policía y sino que me detengan en el momento”, explicó por teléfono Barrios. “No inventamos el video en donde se lo ve con un machete y después con un arma”, le replicó este medio. “Es que me estoy defendiendo. Hace años que estoy trabajando esas tierras. Yo tengo contrato de arrendamiento. Estoy pagando por estas tierras. Somos 60 familias que vivimos de eso y él quiere quedarse con todo. Nosotros fuimos a reclamarle porque le había pegado un tiro en la pierna a un anciano de 76 años, por eso estábamos ahí”, explicó. Dijo que hace de “seguridad” de los campesinos que le disputan la tierra a Moscoso.
El Tribuno se juntó con Moscoso en la plaza central de Bermejo durante media hora. Los soldados bolivianos, a solo cuadras de la casa de Moscoso, abrieron la barrera llegando a la finca en disputa. Moscoso sostiene que Barrios es un sicario que responde al narcotráfico y que quiere matarlo simulando un conflicto de tierras. “No es un gaucho de Morillo, es boliviano, papá. Tiene un documento de cada país. El obtuvo su documento argentino haciéndose pasar por aborigen.¿Cómo puede ser que este tipo quiera todas la finca para él , sin poner ni un granito de nada? Les quiere quitar lo que vienen trabajando desde hace años y con sus propias manos. Yo le hice frente a esto. Sí yo andaba con escopeta, porque es una zona totalmente de nadie. Hasta que llegue la Policía pueden pasar horas”.
“Sí, me hizo un disparo al pecho”
¿A usted le metió un tiro en el estómago Moscoso?
Sí, exactamente, me hizo un disparo al pecho. Por eso hay una acción penal contra Moscoso. Desde hace dos o tres años hay gente que trabaja esa tierra, que si usted pudiera ver a esos viejitos le tocaría el corazón. Pero este hombre, en los tiempos de cosecha, los corre a tiros. Después vende su caña en Bolivia. Lo hace todos los años, nosotros no podemos soportarlo más.
La ambulancia me esperó en la frontera. Me hicieron las primeras curaciones en Aguas Blancas y me trasladaron hasta Orán. Estuve 48 horas y me derivaron a una clínica privada, porque tengo obra social. Me sacaron la bala y ya está en la Justicia. La Policía lo estaba esperando para detenerlo. Yo me salvé de milagro. La bala me entró a cuatro dedos del pupo; atravesó todo; pasó por los huecos de la cadera y terminó en el glúteo izquierdo. He vuelto a nacer. He vuelto a vivir.
¿Cómo llega a esas tierras siendo de Orán?
En el 2010 por familiares y conocidos me dijeron que venga a trabajar un poquito de tierras, que ponga mi caña, pero que traiga a mi gente para protegernos. Empezamos a trabajar en forma continua. Yo crecí económicamente porque vengo trabajando con la caña, que es el futuro. No voy a mentir. Me compré un auto de alta gama; me hice casa de material; mi hijo va a un colegio privado; vivo tranquilo; tengo vacas en Santa Victoria Este.
En el video digo que soy administrador de la finca, no de la empresa. Cada uno tiene poquitas hectáreas, somos varias familias, pero solo se pueden cultivar 150. Somos una cooperativa.