En Boca florecieron algunas diferencias internas en el plantel, no convence con su juego y, encima, anoche conoció a su nuevo rival en la Copa Libertadores: nada más y nada menos que Corinthians, el mismo que lo eliminó en la edición pasada.
El conjunto brasileño fue el último verdugo del xeneize en este certamen, el año pasado.
Los hinchas de Boca aún recuerdan aquella eliminación en Brasil, ya que luego de la misma Riquelme anunciaba su retiro del club porque se sentía “vacío”.
Claro, todo ese mal recuerdo del equipo que por entonces dirigía Julio Falcioni ya es parte del pasado y el conjunto que hoy dirige Carlos Bianchi tendrá la oportunidad de sacarse este “karma” de encima.
El primer partido será en La Bombonera y la revancha en la casa de los brasileños. Boca, por haber terminado segundo, está destinado a definir casi siempre como visitante en lo que resta de la copa.
El equipo del Virrey tendrá también que superar los problemas internos que comenzaron a resurgir en los últimos partidos. Sucedió en San Juan, tras el 6 a 1 ante San Martín y se repitió durante y tras la derrota del miércoles ante Toluca, en México.
Fue visible el cruce entre jugadores, como el que tuvieron el arquero Agustín Orión y el uruguayo Emiliano Albín, aunque el lateral se esmeró en resaltar la excelente relación con el guardavallas y sacó a la luz el abrazo que dice haberse dado con el golero al final del partido ante los mexicanos. “Es algo normal de un partido, lo que pasa es que no siempre los toman. Repito es normal, terminó el partido y nos dimos un abrazo, nos pedimos disculpas. Fue desmedido de los dos, pero está todo bien con Agustín y quedó ahí”, dijo el defensor mientras que Orión se llamó a silencio, como la mayoría de los integrantes del plantel. Es que corría el segundo tiempo contra Toluca y Boca la pasaba mal cuando Orión le gritó a Albin, lo agarró del cuello de la camiseta y lo empujó para que cubriera un palo en un córner. Albín le respondió con un insulto.
“El que no se enoja, no sirve”
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En Boca florecieron algunas diferencias internas en el plantel, no convence con su juego y, encima, anoche conoció a su nuevo rival en la Copa Libertadores: nada más y nada menos que Corinthians, el mismo que lo eliminó en la edición pasada.
El conjunto brasileño fue el último verdugo del xeneize en este certamen, el año pasado.
Los hinchas de Boca aún recuerdan aquella eliminación en Brasil, ya que luego de la misma Riquelme anunciaba su retiro del club porque se sentía “vacío”.
Claro, todo ese mal recuerdo del equipo que por entonces dirigía Julio Falcioni ya es parte del pasado y el conjunto que hoy dirige Carlos Bianchi tendrá la oportunidad de sacarse este “karma” de encima.
El primer partido será en La Bombonera y la revancha en la casa de los brasileños. Boca, por haber terminado segundo, está destinado a definir casi siempre como visitante en lo que resta de la copa.
El equipo del Virrey tendrá también que superar los problemas internos que comenzaron a resurgir en los últimos partidos. Sucedió en San Juan, tras el 6 a 1 ante San Martín y se repitió durante y tras la derrota del miércoles ante Toluca, en México.
Fue visible el cruce entre jugadores, como el que tuvieron el arquero Agustín Orión y el uruguayo Emiliano Albín, aunque el lateral se esmeró en resaltar la excelente relación con el guardavallas y sacó a la luz el abrazo que dice haberse dado con el golero al final del partido ante los mexicanos. “Es algo normal de un partido, lo que pasa es que no siempre los toman. Repito es normal, terminó el partido y nos dimos un abrazo, nos pedimos disculpas. Fue desmedido de los dos, pero está todo bien con Agustín y quedó ahí”, dijo el defensor mientras que Orión se llamó a silencio, como la mayoría de los integrantes del plantel. Es que corría el segundo tiempo contra Toluca y Boca la pasaba mal cuando Orión le gritó a Albin, lo agarró del cuello de la camiseta y lo empujó para que cubriera un palo en un córner. Albín le respondió con un insulto.
“El que no se enoja, no sirve”
Otro que metió la cuchara por la polémica pelea que sostuvieron en el campo de juego Agustín Orión y Emiliano Albín, pero poniendo paños fríos, fue Juan Román Riquelme. El enganche también habló acerca del presente de Boca en la Copa Libertadores, tras la derrota contra Toluca y previo a los octavos de final del certamen internacional.
Recién llegado de México, luego de disputar el último partido de la primera etapa de la Copa, el “diez” le restó importancia a la discusión y justificó a sus dos compañeros diciendo: “Si en la cancha no gritás, no te escuchás. El que no se enoja no sirve para jugar a esto”.
Por otra parte, Riquelme, a pesar de que la derrota contra Toluca le impidió a Boca finalizar primero en el grupo I, intentó minimizar la crisis futbolística del equipo y analizó: “En la Copa creemos estar haciendo bien las cosas. Jugamos mejor de visitante que de local. Hacer dos goles de visitante es mucho”. Sin embargo, también admitió: “En el campeonato estamos un poco lejos”.
El referente xeneize también explicó: “Por momentos hicimos un buen partido. Por momentos te ahogás. Pero hacer dos goles afuera, en la Copa, es muchísimo. Si mejoramos algunas cosas, podemos molestar más”.
Ante la crisis que afronta Boca por los malos resultados que cosechó últimamente, Riquelme recurrió a la figura ganadora del entrenador Carlos Bianchi: “Tenemos un entrenador que siempre jugó los catorce partidos por la Copa (en referencia a Bianchi y su experiencia en anteriores ediciones de la Libertadores) y ojalá tengamos la misma suerte ahora. Ahora será todo mano a mano”, se ilusionó.