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La creciente y permanente demanda global de alimentos, es el reto de nuestro tiempo.
A decir del Gobernador Urtubey, “ya tenemos un norte”, en referencia al Plan Estratégico 2030, recientemente presentado. Ya está en marcha el trámite a fin de institucionalizar, su contenido. Es de esperar que el Consejo Económico Social, creado a ese efecto resulte una herramienta útil y ejecutiva, con integrantes de representatividad avalada por antecedentes que demuestren la probidad necesaria.
La decisión política y los recursos necesarios pueden resultar suficientes para poner en marcha el Plan surgido casi como demanda desde el acuerdo de la comunidad toda, excepto en lo referido a lo agropecuario. Este no es de aplicación inmediata.
Tal como lo expresa el Plan 2030 “es una conditio sine qua non” modificar los límites legales que impiden la incorporación de nuevas tierras a la producción.
Esto se debe hacer desde el conocimiento. La experiencia es conocimiento, todo lo demás solo información y a partir de ésta no se pueden tomar decisiones destinadas al beneficio de intereses particulares, privados o sectoriales que afecten el interés general.
La tecnología tiene tiempos de maduración, igual que la instalación de infraestructura y no puede subordinarse a los caprichos del mercado, generalmente, “operado” desde la coyuntura.
¿Lo que ayer se consideraba como una conducta depredatoria, es desarrollo hoy? La mejor tecnología sin conocimiento no asegura calidad. En el medio está el hombre.