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En un búnker concebido como un gigantesco estudio de televisión decorado con los colores de la campaña -rojo, negro y amarillo-, Sergio Massa terminó su día con la proclamación del triunfo del Frente Renovador que armó hace 40 días con distintas figuras políticas, gremiales y empresarias. El sitio elegido para festejar fue el estadio Pipa Tigre donde disputaron Federer y Del Potro su último encuentro y que en esta
ocasión estaba pletórico de paneles con el tradicional distintivo ‘+a Massa Frente Renovador‘ escrito sobre un fondo negro. Desde el vamos, el periodismo marcó la cancha y se instaló en las puertas, por lo que el joven equipo de Massa, responsable del diseño del búnker, debió montar una mampara que sirviera de fondo a los reportajes. ‘Todo este espacio‘, había mostrado Matías, uno de los encargados de atender a la prensa, al describir que el ingreso ‘está reservado para el público‘, pero a medida que pasaban las horas estaba claro que conseguir militantes en este recinto era tan difícil como obtener pepitas de oro en el Río de la Plata. Algunos matrimonios, un par de mujeres con niños representaban
al público que como los integrantes de la prensa comían sandwichitos, luego empanadas, pizza y gaseosas servidos por el catering La Estaca. El mensaje del precandidato a diputado por el Frente Renovador, se comenzó a construir a la mañana cuando al votar llamó a la participación electoral de la gente. A las 10 de la noche fue recibido por una murga, compañeros de lista, adherentes y cotillón de campaña junto con su mujer Malena Galmarini. Los primeros párrafos de la canción que repetían pantallas aclaraban: ‘Señores, yo sigo a Sergio Massa y a Massa lo vamos a bancar. Sumate, vayamos todos juntos, Argentina va a cambiar‘ a lo que siguió ‘Matador‘ mientras el estado de ánimo subía entre los presentes. Después de cerrados los comicios y finalizada la veda electoral, el primero en aparecer al reducto ganador de la provincia de Buenos Aires plagado de periodistas, fue el vocero de Massa, Claudio Ambrosini, el que se lanzó al juego de la cautela a la hora de definir los resultados. Luego llegaron Miguel Angel Peirano, Adrián Pérez, y el actor Fabián Gianola quienes también se mostraron cautos, pero quedaba en claro ya que Massa había logrado la unidad en la diversidad y que la convivencia política no era un defecto si no un valor agregado al triunfo para ellos. De este modo apareció José Ignacio De Mendiguren, extitular de la Unión Industrial Argentina y pre candidato a diputado. ‘Me conocen, soy vasco y persistiré en el diálogo‘ al referirse a su futura relación con la presidenta desde el lugar de la oposición y no como representante de los empresarios. Reconoció que hubo ‘errores‘ en la campaña y para octubre habrá más tiempo que permita armar un partido y ‘comunicar a la gente: ganar hoy es una primera etapa‘. Acto seguido, se posicionó en el improvisado podio Felipe Solá, quien negó la posibilidad de un empate técnico: ‘alguien pierde y alguien gana‘, afirmó.