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En total 111 personas se intoxicaron en el San Bernardo

Lunes, 19 de agosto de 2013 01:52
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La Superintendencia de Riesgos de Trabajo dice que el gas produce: “Irritación en ojos, nariz y garganta, tos, cefalalgias, incoordinación, trastornos de equilibrio, entre otros”.

A 20 días de la fuga de óxido de etileno que se produjo en el servicio de Esterilizaciones del hospital San Bernardo, su gerente, Hugo Sarmiento Villa confirmó a El Tribuno que en total fueron 111 personas las que sufrieron los efectos de la intoxicación con el este gas tóxico.

Se sabe que el 95% de los afectados ya se reincorporó a sus actividades y el restante 5% aún está bajo tratamiento médico, en sus hogares.

Sarmiento Villa reiteró que la máquina de óxido de etileno sigue sin funcionar hasta que llegue la máquina ticketera que imprime por escrito un informe que dará cuenta si la máquina funciona bien o mal.

Sobre el seguimiento médico que se les debe hacer a los trabajadores que estuvieron expuestos al gas, el gerente no pudo dar detalles de cuál será el procedimiento que utilice la Aseguradora de Riegos del Trabajo (ART).

Sí se anunció que el Consejo de Administración acordó el inició de compra de una máquina de esterilización de peróxido de hidrógeno, otra de óxido de etileno y dos nuevas autoclaves.

Mientras, algunos trabajadores, que continúan con carpeta médica y que conversaron con El Tribuno, no dejaron de mostrar su preocupación por quién se hará cargo de los estudios de monitoreo que se les debe practicar en los meses venideros.

La fuga de óxido de etileno ocurrió el 29 de julio y afectó tanto al personal del sector de esterilización como el de quirófanos por cuatro horas. Cuando los trabajadores presentaron síntomas se alertó sobre el escape de gas y se procedió a evacuar de la manera que se pudo, sin protocolo.

“El óxido de etileno es un compuesto epoxi que a temperatura ambiente se presenta como un gas inflamable, incoloro y con olor a éter. Se absorbe a través de la piel y por vías respiratorias”, así lo explica la guía de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo.

Sin normas ni protocolos

El gerente del San Bernardo, Hugo Sarmiento Villa dijo desconocer cómo se aplicarán los controles médicos porque es competencia de la ART. “Nosotros lo que podemos hacer es receptar toda inquietud del personal de salud que ha sido afectado y que necesite una determinada prestación que no se le este dando y ahí sí intervenimos”, dijo el titular de la gerencia del centro médico.

Mencionó que antes del accidente tampoco se practicaban controles médicos de monitoreo cada seis mese porque “el óxido de etileno se viene utilizando hace muchos años y la nueva aparatología se la viene utilizando desde hace siete o diez años”.

Agregó: “Teóricamente tendríamos que haber tenido una metodología y normas que se debían haber cumplido, pero al hacernos cargo de esterilización pensábamos que esta metodología ya existía y nos enteramos de que no era así”.

Sarmiento Villa argumentó que el jefe del Servicio de Esterilización es de una gestión anterior y que éste debía tener por escrito normas de uso del óxido de etileno, de las autoclaves, de las estufas y de todos los aparatos de esterilización.

“Nosotros dábamos por sentado que esas normas estaban ejecutándose”, aseveró.

La Superintendencia de Riesgos de Trabajo sugiere, entre otras cosas, que los trabajadores al regreso de una exposición con óxido de etileno se hagan controles trimestrales, semestrales para luego llegar a controles anuales. Recomiendan “hemogramas, recuento de plaquetas, examen clínico con orientación dermatológica, ginecológica y neurológica”.

El gerente sostuvo que desde el día del accidente y hasta la fecha, la máquina que esteriliza con ese gas no funciona. “Eso se va a mantener hasta que recibamos la ticketera y tengamos un comprobante escrito de que el aparato de oxido de etileno funciona mal o funciona bien”, explicó Sarmiento Villa, quien mencionó que un ingeniero ya hizo un informe en el que da cuenta que la máquina funciona bien.

La ticketera se trata de un aparato importado que se compró en su momento y que hasta ahora no llegó al hospital.

Para trabajar en la prevención la gerencia tiene previsto enviar al personal a realizar cursos de capacitación sobre esterilización y las normas que se deben cumplir en estos procesos.

Las personas que sufrieron la intoxicación presentaron síntomas como cefaleas, picazón en la cara, en la garganta, nauseas y también hubo cuadros más severos como neumonitis.

¿Quién se hace cargo ahora?

Algunas de las personas que sufrieron la intoxicación, que continúan con carpeta médica y bajo tratamiento, manifestaron a El Tribuno que aún continúan con los síntomas y hasta necesitan que se les suministre oxígeno por la constante agitación. Aclararon que según el informe médico los síntomas desaparecerán con el tiempo, aunque nadie puede definir cuánto implicará ello.

Otra de las preocupaciones de los trabajadores es cómo se controlará el grado de contaminación del ambiente y si, efectivamente, se cumplirán los controles médicos cada, tres, seis meses y una vez al año que necesita una persona que estuvo expuesta al gas.

El problema es saber quién reconocerá los estudios médicos: si lo hará la Aseguradora de Riegos del Trabajo (ART) o si lo hará el hospital. Los trabajadores no lo saben.

 

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