En tiempos del Milagro, como de costumbre, suceden cosas inesperadas. Esta vez, los salteños fueron bendecidos por el papa Francisco, desde el Vaticano.
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En tiempos del Milagro, como de costumbre, suceden cosas inesperadas. Esta vez, los salteños fueron bendecidos por el papa Francisco, desde el Vaticano.
Ayer, bien temprano, durante la audiencia general que el Sumo Pontífice brindó para explicar al mundo el por qué la Iglesia es madre de todos los cristianos y cuál es el deber de los bautizados, se tomó unos minutos para recordar que en Salta se vive un tiempo de amor.
Fue después de que una numerosa delegación de estudiantes del Bachillerato Humanista Moderno y del colegio Santa Teresa de Jesús, de Salta Capital, comenzara a cantar el himno al Señor del Milagro.
El Sumo Pontífice dejó de pronunciar su discurso, guardó silencio, luego dibujó una sonrisa de ternura y, con un dejo de nostalgia, respondió a las más de 50.000 personas presentes: “No se olviden del Señor, del Señor que con su amor sigue buscando el amor de un pueblo. Devuelvan con amor, el amor con el cual El buscó al pueblo salteño”.
Poco después de culminada la audiencia, la noticia del mensaje papal a los salteños corrió como brisa fresca entre las decenas de miles de peregrinos que surcan la provincia rumbo a la Catedral Basílica, donde participarán de la festividad en honor al Señor y la Virgen del Milagro.
“El mensaje de Francisco fue una inyección de energía en nuestro largo peregrinar. Nos enteramos porque nos lo contaron por teléfono ayer por la mañana. En nuestros pedidos también tenemos presente las intensiones de nuestro Papa, que tanto lucha por la paz en el mundo” contó Walter, un peregrino de San Antonio de los Cobres.
Sorpresa
Los chicos salteños apostados en la plaza San Pedro no lo podían creer. No solo estaban sorprendidos por el contacto que se generó en ese momento con el Santo Padre, sino que los embargó una profunda emoción, según ellos mismos contaron.
En esos momentos Francisco expresó: “La Iglesia engendra nuevos cristianos a los que cuida a lo largo de su vida ayudándolos a crecer, alimentándolos y educándolos. La Iglesia no son sólo los curas. La Iglesia somos todos y si dices que crees en Dios y no en la Iglesia estás diciendo que no crees en ti mismo”.
Los chicos salteños no salían de su asombro.
“Le coreamos el Himno al Señor del Milagro y el Papa nos respondió inmediatamente. No lo podíamos creer. Estamos todos muy emocionados. Es una experiencia fantástica que marcó nuestras vidas”, les contó a familiares y amigos “Cona” López Portal, una de las alumnas que viajó a Roma y que integró la delegación argentina, que tuvo un gran protagonismo durante la audiencia de ayer en el Vaticano.
Un cariño a los argentinos
En esta oportunidad, Francisco saludó a todas las delegaciones latinoamericanas y especialmente a la argentina, que colmó la plaza San Pedro. Los estudiantes salteños visitan el Vaticano en el marco de una gira de estudios. Partieron rumbo a Roma el sábado pasado y estarán de regreso el 28 del corriente, de acuerdo a lo previsto. Antes de su discurso, el papa Francisco recorrió durante cerca 45 minutos la plaza de San Pedro para saludar a los fieles reunidos allí. Durante el recorrido, en el que la gente aplaudía y gritaba el nombre de Francisco, el papa besó a los niños que le acercaban los hombres de seguridad y recibió algunos dibujos y cartas de los pequeños, mientras que una mujer argentina le entregó un mate, que recibió gustoso.
A flor de piel y a la distancia
Incredulidad primero y emoción después. No pocos fueron los padres que se amanecieron ayer muy temprano para ver la audiencia pública que brinda el Papa, como lo hace cada miércoles, y en la que estarían presentes los chicos salteños. Pero nunca se imaginaron que vivirían un momento inolvidable.
“Me levanté a las cinco para ver a mi hijo. Primero estaba sola y cuando vi lo que pasó y la deferencia del Papa para con ellos y para con todos los salteños no lo podía creer. Empecé a gritar de la emoción y desperté al resto de la familia. Fue un momento de gran emoción”, contó a El Tribuno Silvia Solá, mamá de Belisario Sylvester, de 18 años, uno de los chicos salteños que corearon el Himno del Señor del Milagro.
“Estamos desbordados de alegría. Ver a nuestros hijos poder expresar su fe, compartir ese momento con el Papa y, que, además, les responda como lo hizo fue un verdadero regalo de Dios”, resaltó, emocionada, Silvia.
El relato y las emociones en primera persona
Las reacciones de los chicos salteños cuando el Papa se dirigió a ellos fueron de incredulidad y alegría a la vez.
Muchos gritaban y otros tantos lloraban. Algunos se agarraban la cabeza. Ninguno lo podía creer.
Así lo relató a El Tribuno Belisario Sylvester, uno de los alumnos salteños que estuvo en la audiencia papal ayer.
“Fueron demasiadas emociones juntas, difíciles de explicar. Miraba a mis compañeros y todos gritaban. Algunos lloraban, otros se agarraban la cabeza. Yo no podía disimular mi sonrisa”, dijo emocionado.
Contó que en día anterior, en el hotel, acordaron entre todos cantar el himno al Señor del Milagro después de que el Papa nombrara a la delegación argentina en su habitual saludo a quienes asisten a la audiencia. “Ninguno de nosotros se esperaba o se imaginaba que el Papa nos responda o nos dé algún mensaje. Fue increíble”, señaló Belisario.
Pero eso no fue todo. Después de que finalizó la audiencia, el Papa se quedó un tiempo largo saludando a la gente, uno por uno, y cuando vio a la delegación salteña se dirigió a ellos nuevamente. “Al vernos levantó las manos y nos dijo: "Cante, Salta, cante. Arriba, arriba'. Es impresionante la alegría que transmite. Cuando se estaba yendo con el papamóvil, le gritamos que estamos haciendo lío y nos despidió con un saludo y una gran sonrisa”.