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4 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Vine a Berlín para aprender alemán y conocer otro mundo

Domingo, 23 de noviembre de 2014 00:30
La salteña en el Tiergarten, un parque público de Berlín.<br>
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Buscando apropiarse sin mediadores de las letras de los autores que admira -y de lectura ineludible para su profesión- Ana Larrán (30) decidió vivir cuatro meses en Europa. Esta estudiante de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires está desde julio en Berlín, adonde llegó gracias a una beca de las que el Goethe Institut Buenos Aires otorga todos los años a profesores y estudiantes de alemán para mejorar sus conocimientos en este idioma. Hace muchos años que Ana habita la vorágine citadina de "Baires", pero otros destinos en el mundo también le calman las ansias expedicionarias. Dice que desde que está en el Viejo Continente pudo "viajar, conocer otro mundo y valorar mucho lo propio, hacer amigos, mostrar historial de mensajes...". Sin embargo, advierte: "Hay que tener los papeles en orden, es mucha la burocracia y no siempre se consigue quedarse aquí. Europa lidia con su propia crisis y Alemania, sobre todo Berlín, recibe inmigrantes de todos lados".
Ella fue testigo privilegiada de una de las resignificaciones históricas más importantes para los alemanes: el vigésimo quinto aniversario de la caída del Muro de Berlín. Y experimentó maravillada los festejos que se prolongaron durante tres días. Millares de turistas internacionales acudieron para la fecha. "Hubo música en vivo y luces en la puerta de Brandenburgo. Lo más lindo fue ver las caras de la gente. Estaban todos muy emocionados porque quienes lo habían vivido lo rememoraban", expresa. Hojeando las páginas de la historia alemana el relato nos lleva a 1949, cuando se crean la República Federal de Alemania (RFA) o Alemania Occidental; capitalista, y la República Democrática Alemana (RDA) o Alemania Oriental, socialista. Berlín se divide en dos y su parte occidental queda aislada en la RNA. Durante el primer gobierno del ministro Konrad Adenauer (de 1949 a 1963), de la Unión Democrátcia Cristiana (CDU), la RFA vive una etapa de prosperidad, estimulada por el plan Marshall, proyecto de reconstrucción de la Europa capitalista, liderado por EEUU. De esta manera las dos repúblicas alemanas se vuelven el centro del conflicto entre EEUU y URSS durante la Guerra Fría. En 1955, la Alemania Occidental entra en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la alianza militar occidental. La Alemania Oriental reacciona y se adhiere, el mismo año, al Pacto de Varsovia, bloque militar creado por la URSS. En 1961, autoridades orientales construyen el Muro de Berlín, con el fin de detener el flujo de refugiados hacia Occidente. En 1973, RDA y RFA ingresan en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como dos Estados soberanos. El dirigente alemán oriental Erich Honecker resiste la liberación en el bloque comunista, que se inicia a mediados de la década de 1980, en la URSS. En 1989, millares de alemanes orientales huyen hacia Alemania Occidental por Checoslovaquia, Polonia y Hungría. En octubre de igual año, manifestaciones pro democráticas llevan a la destitución a Honecker. Al mes siguiente y bajo presión, su sucesor, Egon Krenz, ordena la apertura del Muro de Berlín, que luego es derribado por la población. Este episodio da inicio al proceso de reunificación alemana.
Berlín, como en casa y con rutina

Si bien Ana ya pasó en Berlín un tiempo considerable para no sentirse turista, recién ahora se ve en casa con rutina incluida. "Lo bueno de Berlín es que es una capital muy barata", dice. Cuando piensa en las buenas cualidades de los alemanes menciona la puntualidad y la prolijidad. "(Estos dos dones) son reales, pero acompañan una personalidad y una comunidad que nos es extraña", advierte. Sin embargo, para ella Berlín guarda una familiaridad desconcertante. "Aquí hay muchos parques y plazas donde me gusta sentarme a tomar mate. Berlín te conquista de a poco y de repente sabés que tiene algo que no vas a encontrar en otra parte: supongo que un poco de tu historia, como todas las ciudades donde dejás tu tiempo", reflexiona.

Un antes y un después de la caída del muro de Berlín
En 1990, impulsada por el canciller de la RFA, Helmut Kohl, de la CDU, se realiza la unión monetaria y política. Pasados 25 años de la reunificación alemana, el país continúa económicamente dividido y desigual. En los estados de la ex Alemania Oriental, la tasa de desempleo es el 70% mayor que la de los estados del oeste y el salario promedio es 25% menor. Desde la caída del Muro de Berlín, en 1989, cerca de dos millones de personas fueron hacia el lado occidental en busca de mejores oportunidades. Parte de lo que ocurrió en el lado oriental se explica en el choque con el capitalismo, que provocó un fuerte declinio de la economía local. El aluvión de productos manufacturados del oeste llevó a la quiebra a las excedidas industrias de la era comunista. Solo en los primeros cinco años 14 mil empresas cerraron en la antigua Alemania Oriental, dejando a cerca de 4 millones de desempleados. En los últimos años los indicadores económicos del oeste mejoraron, aunque lentamente. La migración hacia el oeste disminuyó. En 2011 más gente se mudó a Sajonia, en el este, que hacia cualquier otro estado alemán. "La inmigración descontrolada está empezando a ser un problema. Los extranjeros lo más común y fácil es que lleguen de la mano de una empresa multinacional o con becas temporales", aporta Ana.
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