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El reloj marcaba poco más de las 17 cuando dieron comienzo los actos programados para la consagración, como obispo prelado de Cafayate, al sacerdote agustiniano José Demetrio Jiménez Mariscal, de 50 años, de nacionalidad española y naturalizado argentino. El inicio de la ceremonia tuvo su punto de partida en la Catedral Nuestra Señora del Rosario, cuya imagen de la venerada patrona fue la que presidió la procesión hacia el predio de la Serenata que fuera acondicionado para albergar a los miles de feligreses llegados desde los diversos puntos que comprende la jurisdicción de la Prelatura, que abarca departamentos de tres provincias: Salta, Tucumán y Catamarca.
El nuevo obispo prelado recibió los distintos atributos que le confiere la Iglesia y que lo consagran como obispo prelado, luego le correspondió la Imposición de Manos por parte de sus pares presentes, entre los que se destacó la presencia del que fuera el segundo de sus antecesores, monseñor Cipriano García Fernández.
El monseñor saliente Mariano Moreno pidió “rezar y acompañar a su sucesor José en su labor pastoral”. Seguidamente se rezó la que sería la primera misa del consagrado obispo.
Los actos finalizaron con un festival de música a cargo de artistas invitados a tan magno acontecimiento. Hubo una notable presencia de jóvenes que colaboraron en el acondicionamiento del predio, acompañaron a los ancianos y ordenaron la nutrida concurrencia e hizo que el personal policial destacado pasara desapercibido. Se instaló una carpa para proveer de bebidas y alimentos a todos aquellos que lo requerían.