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Se los fumó en Pipa

Domingo, 06 de julio de 2014 12:42
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Gonzalo Higuaín se agigantó en Brasilia y fue ovacionado desde los cuatros costados del Mané Garrincha. Y no era para menos. El Pipita se fue de la cancha, en la trascendental victoria ante Bélgica, como el jugador más gravitante, después de ser cuestionado por su flojo desempeño en los cuatro primeros partidos, durante los que estuvo peleado con el arco, pero con el condicionante de la preparación física insuficiente con la que llegó a Brasil. Pese a eso, se corrió todo e hizo un golazo, el que nos despertó y nos sacudió la modorra en el amanecer del juego, y el que en definitiva nos terminó de poner en semifinales, por primera vez en casi un cuarto de siglo. 

El Pipita se desahogó con su gol liberador, aquel que se le venía negando, y que esta vez le significó engordar su anémica confianza. 

“Nunca perdí la calma, sabía que el gol tenía que llegar, siempre estuve tranquilo. Por suerte se dio en un encuentro importante. El grupo se merece esto. Estoy emocionado. Luchamos mucho. Tenemos que disfrutarlo y descansar para pensar en lo que viene. Hay que ir por la final”, manifestó el delantero del Napoli italiano con lágrimas en los ojos, tras el pitazo final de Nicola Rizzoli. 

“Esto no se daba hace mucho tiempo y conseguirlo es una felicidad enorme, pero nos faltan dos partidos para cumplir este sueño. Hicimos un esfuerzo enorme. Lo declaré el primer día, estaba tranquilo a pesar de que no llegaba el gol. Le agradezco al equipo, a los hinchas y a nuestras familias. Hay que ir partido a partido”, concluyó el “9”, quien, como la Argentina, también se sacó la mochila.

 

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