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Leyes justas; leyes injustas

Lunes, 02 de febrero de 2015 15:15
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Leyes justas; leyes injustas

¿Todas las leyes son justas? Que se requiere para considerar una ley justa, o valorarla como injusta? ¿Qué pasa cuando una ley es considerada injusta por la sociedad a la cual está dirigida? ¿Tienen los jueces obligación de aplicarla? ¿La sociedad debe respetarla igualmente cuando considera que es injusta?
Son preguntas que en todos los tiempos se hicieron juristas, filósofos, sociólogos, humanistas.
Hubieron y hay diferentes respuestas. Suele decirse "las leyes son para cumplirse". Hay quienes dicen que esto es cierto en la medida que sean "justas", que estén de acuerdo con los Derechos Humanos. Y si ello no sucede deben ser impugnadas.
Las leyes son dictadas para contribuir al bien común, a la paz entre las personas que forman parte de una sociedad organizada bajo determinados deberes y derechos. Yo agrego, en nuestro caso, democrática.
Las leyes deben ser generales, obligatorias, abstractas e impersonales, permanentes, y conocidas por todos.
Si una ley se dicta "con dedicatoria" es injusta.
Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica, cita a San Isidro que en sus Etimologías dice: "La ley ha de ser honesta, justa, posible según la naturaleza y las costumbres del país. Proporcionada a los lugares y a los tiempos, necesaria, útil, clara, para que no haya engaños ocultos en su oscuridad, ha de estar dictada no en provecho personal, privado, sino para la común utilidad de los ciudadanos". Una reflexión filosófica exigible a los tres poderes.
Bien común, justicia, honestidad y universalidad, he ahí las condiciones esenciales de una ley. Por eso son disvaliosas las que precisamente bajo el ropaje de una ley obligatoria no cumplen con esos valores, propios de la civilización de un Estado regido por la ética.
Una Nación que pretende vivir en paz y con seguridad requiere leyes justas que permitan vivir con alegría, sueños, ilusiones y esperanzas.
Las leyes deben ser claras, entendibles por todos, (al igual que las sentencias de los jueces), y transparentes. Si no los son, se convierten en leyes injustas.
Si no se sabe la razón que hubo para dictarlas, los fundamentos y el bien que persiguen, son leyes injustas. Y las leyes injustas generan caos, confusión.
El Papa Francisco habló de leyes justas para evitar abusos contra los migrantes en su discurso del 1 de enero de este año, en la 48 Jornada Mundial de la Paz.
Así señala que los estados están obligados a vigilar que las legislaciones nacionales en relación a trabajo, migración, deslocalización de empresas, la explotación de los seres humanos en el trabajo, respeten "la dignidad humana".
Acá se pone entonces el requisito fundamental de toda ley, que debe respetar la dignidad humana para ser justa.
Si esto no sucede es una ley injusta.
La dignidad humana, es el derecho a ser respetado, valorado como ser individual y colectivo. Como persona y como miembro de la sociedad.
Así lo declara la Declaración Universal de los Derechos Humanos , y debemos respetar. Esta declaración forma parte de nuestra Constitución Nacional y es, por eso, de cumplimiento obligatorio.
Todos merecemos vivir, en democracia, en una república donde se dicten leyes justas, donde se respeten los derechos humanos como personas, como sociedad, que tenemos derechos a vivir en libertad, con una justicia independiente, que haga respetar las leyes justas.

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