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Carlos Reyes, docente de dibujo técnico del establecimiento y autor de la iniciativa, puso el acento en que pese a los años, nunca se dotó de una buena sala a esa escuela y, tanto alumnos como docentes, terminaban deambulando por diferentes espacios. "Pasaron leyes que hasta llegaron a desestimar la educación técnica y por obvias razones no debían existir salas de dibujos y menos aún buenos tableros, especialmente para los futuros maestros mayores de obra", opinó.
Luego de una larga caminata para conseguir los materiales, el docente se ofreció para fabricar las mesas y sillas y así evitar la burocracia de las licitaciones y el gasto en mano de obra.
"Dejamos de renegar con lo administrativo y propusimos soluciones. Una vez confirmados los insumos para armar todo me puse a trabajar para concretar el sueño de la sala propia", explicó.
"Cada vez son menos los chicos que egresan. Todo el mundo piensa que en la escuela técnica hay que sostener el prestigio, cuando esto debería ser lo normal y no la lucha de un solo docente, porque es algo que beneficia a alumnos y futuros profesionales", dijo.
La escuela no tiene la capacidad para responder a toda la demanda, y hay aulas con 46 o 50 estudiantes, según Reyes. "Después de muchos años logramos que nos den un espacio físico y los materiales para que yo personalmente diseñe los equipamientos", ratificó Reyes, quien diseñó, fabricó y montó la nueva sala que se estrenará esta semana.
Contará con 12 escritorios, que permitirá a 24 alumnos realizar cómodamente los trabajos. La institución destinó $13.000 para materiales y la mano de obra la puso el profesor... gratis.
Las necesidades
Reyes remarca que urgen aulas y talleres con comodidades para una población escolar mínima de 30 personas, además de tableros y sillas falta iluminación natural y artificial eficiente y una óptima ventilación, destacó. Hasta ahora, en nueve mesas de dibujo trabajan dos alumnos y el resto lo hace sobre los taburetes que sobran, en aulas que reciben más sol.