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Una familia de apellido Chiliguay que lleva años viviendo en el lugar y que asegura ser la heredera legítima del predio se alertó al ver tanto movimiento de personas que avanzaban peligrosamente hacia el sector que ellos ocupan.
Por eso se apostaron detrás del alambrado que separaba los terrenos de su vivienda dispuestos a enfrentar a los usurpadores de ser necesario.
El lunes sumaban unas 50 familias las ocupantes, que demarcaron lotes de alrededor de 8 metros de frente por unos 20 de fondo y desmontaron las parcelas en tiempo récord.
Con mucha desconfianza hacia la prensa, negando toda posibilidad de un reportaje y escapando de las cámaras, los okupas gritaban desde la distancia que esos terrenos no tienen dueño. "Nosotros ya investigamos, sabemos que el dueño falleció y no hay herederos. Ni siquiera la familia Chiliguay es dueña, nadie tiene papeles, nosotros los necesitamos y no nos vamos a ir de aquí", expresaron.
El Tribuno pudo saber que el terreno perteneció a Dionicio Vilte, quien se los compró al ingenio Río Grande en la década del 60. Esta persona falleció y ahora la Justicia busca a sus posibles herederos.
La policía local dio intervención a la fiscalía de Gemes y el juez Ramiro Ramos Ossorio dio instrucciones al personal policial para que no intente desalojara la gente. La orden es que mantengan el orden y la seguridad de las personas.
"Estamos averiguando la situación dominial de esos terrenos; por ahora y hasta que estemos seguros no vamos actuar. Pero no llevará mucho tiempo averiguar la condición de esas tierras, no más de 24 o 48 horas. En ese tiempo ya estaremos en condiciones de poder dar una respuesta a esa gente", expresó el letrado.
Vecinos, molestos
Vecinos del barrio 25 de Mayo, cuya última cuadra está separada por una calle del nuevo asentamiento, expresaron su malestar y denunciaron una ola de robos que sufrieron debido a la presencia de personas extrañas que salían del predio ocupado. Los vecinos se autoconvocaron en el centro del barrio para elevar un petitorio a las autoridades municipales, provinciales y a la Policía de la Provincia, para que se produzca en forma inmediata el desalojo de los ocupantes.
Sobre esta situación el comisario inspector Adolfo Bustos Martínez explicó: "Los asentados carecen de los servicios básicos y durante la noche los ocupantes se cruzan hacia la ciudad o al mismo barrio adyacente en busca de agua y alimentos en los negocios cercanos. Sin dudas esto generó temor entre los vecinos del barrio, pero no hubo denuncias por robos o agresiones".