Sin un solo vidrio en las puertas ni en las ventanas, cubierta de yuyos que favorecen la proliferación de alimañas, pero lo más peligroso, de víboras; con los techos rotos y los pisos destrozados, la escuela de la comunidad wichí Asamblea de Dios N° 4249 presenta un deterioro tal que atenta contra la dignidad y la seguridad de los 400 niños de diferentes comunidades aledañas que diariamente concurren a ese edificio, y del personal docente que presta servicios en esa escuela, ubicada a 6 kilómetros al este de Tartagal sobre la ruta nacional 86.
Desde el inicio de la semana, los padres tomaron el establecimiento escolar en reclamo del mal estado del edificio y exigen que el Ministerio de educación designe maestros bilingües, ordenanzas, más personal encargado del comedor entre otros pedidos.
Reclamos
Los reclamos de los aborígenes -que llevan los enfrentamientos de los propios dirigentes hacia el seno de la escuela- se mezclan con las necesidades de fuentes de trabajo de los padresque sobreviven con lo que cobran por la asignación universal por hijos, los subsidios de las madres aborígenes, madres de más de 7 hijos, hijos discapacitados entre otras ayudas sociales que reciben de la nación. David Sánchez un miembro de la comunidad manifiesta que la medida obedece "al estado en el que está la escuela, en un total abandono; solo basta ver los techos, los pisos y todo los alrededores. Es un riesgo para los chicos porque pueden ser picados por las víboras" explica el aborigen quien se muestra disconforme con el trabajo de la directora. "Según la directora acá hay 12 maestros bilingües pero nosotros no vemos a ninguno" expresó. Lucio Rivero, otro miembro de la comunidad por su parte expresó que "viene el frío y esta escuela no tiene vidrio en las ventanas ni en las puertas; además hay víboras porque no se desmaleza y también es un riesgo para los chicos. Le pedimos a las autoridades que designen dos serenos y ordenanzas y que sean de nuestra comunidad" pide Lucio Rivero, más preocupado por la posibilidad de que se contrate a gente del kilómetro 6, que por el estado edilicio.
El comedor
"La directora no nos explica sobre la plata que maneja del comedor", agrega el aborigen, en una escuela donde los escasos recursos que la dirección administra para darle el desayuno y el almuerzo a los chicos siempre resultan insuficientes, pero siempre- más allá del docente que ocupe la dirección- es motivo de peleas y controversias. Ramón Rojas, un aborigen toba que también reside en el kilómetro 6, por su parte explica que "lo que nosotros pedimos es que la escuela se mantenga limpia, desmalezada pero también que la directora tenga un buen diálogo con los padres y que se maneje bien en la parte administrativa. Como tobas pedimos que se designen a dos auxiliares bilingües de nuestra etnia" agrega.
La escuela permanecía tomada, por lo que los 400 chicos estaban sin clases y según anticiparon los aborígenes "no vamos a permitir que haya clases hasta que no venga algún ministro y gente de derechos humanos a dialogar con nosotros" expresaron.