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El hacinamiento y la superpoblación de detenidos de la Comisaría 42 de Tartagal, ubicada en pleno centro de la ciudad, hizo que una vez más los presos realizaran ayer un intento de amotinamiento lo que obligó al traslado de 10 de ellos a la cárcel local.
El conflicto se debe a que el edificio tiene capacidad para alojar a 30 detenidos por distintos motivos que aún esperan la decisión de un juez sobre su situación. Sin embargo, allí estaban alojadas ayer 57 personas.
El problema tiene su origen en la necesidad que tiene la ciudad -la tercera más poblada de la provincia después de la Capital y Orán- de contar con una alcaidía para alojar a los detenidos. La obra está en construcción pero lleva un retraso de más de dos años.
Ayer la protesta de los detenidos en reclamo de mejores condiciones edilicias comenzó muy temprano en la mañana.
Gritos y un intento para taponar las cloacas del único baño que tienen disponible (ya lo habían hecho la semana pasada tirando ropa interior, remeras, gorras y hasta zapatillas) obligaron a acelerar el traslado de diez detenidos a la cárcel de Tartagal, lo que descomprimió el conflicto por ahora.
El traslado estuvo a cargo de personal de la Comisaría 42 y de la Brigada de Investigaciones de esa ciudad.
Tres calabozos saturados
En la Comisaría 42 hay tres calabozos con espacio para alojar a 30 detenidos, aunque ayer eran 57.
Uno de ellos está destinado a la detención de personas sospechadas de estar involucradas en tráfico de drogas. Si bien el área de Drogas Peligrosas tiene su edificio en Villa Saavedra, no cuenta allí con calabozo, por lo que lleva a los detenidos a la comisaría que está en el centro.
Otra área es utilizada por la Brigada de Investigaciones; allí aloja a las personas detenidas sospechadas de cometer distintos tipo de delitos. La Brigada tiene sede en el barrio Jardín, pero ese edificio no cuenta con calabozos.
Y finalmente el tercero es donde la Comisaría 42 aloja a las personas que detiene durante sus operativos.
Hasta ahora, y ante la saturación de estos tres espacios, la Comisaría 42 derivaba detenidos a las comisarías de otras localidades cercanas, como Aguaray, Mosconi, Salvador Mazza, Yacuy o Campo Vespucio. El problema es que estas dependencias ahora también están con su capacidad colmada.
La alcaidía
La saturación de la Comisaría 42 se va a resolver definitivamente cuando se complete la construcción de la alcaidía general. Actualmente la Ciudad Judicial de Tartagal, que se inauguró hace dos semanas, tiene una alcaidía de tránsito, es decir, solo ingresan aquellos detenidos que esperan algunas horas para declarar ante un juez.
La alcaidía comenzó a construirse hace casi tres años, como parte de las obras previstas por el Fondo de Reparación Histórica lanzado por el Gobierno provincial. Sin embargo, distintos problemas con las empresas y los pagos al personal originaron un retraso en la construcción que ya lleva dos años. El edificio estará ubicado en el barrio Néstor Kirchner, frente a la unidad carcelaria N§ 5.
El conflicto se debe a que el edificio tiene capacidad para alojar a 30 detenidos por distintos motivos que aún esperan la decisión de un juez sobre su situación. Sin embargo, allí estaban alojadas ayer 57 personas.
El problema tiene su origen en la necesidad que tiene la ciudad -la tercera más poblada de la provincia después de la Capital y Orán- de contar con una alcaidía para alojar a los detenidos. La obra está en construcción pero lleva un retraso de más de dos años.
Ayer la protesta de los detenidos en reclamo de mejores condiciones edilicias comenzó muy temprano en la mañana.
Gritos y un intento para taponar las cloacas del único baño que tienen disponible (ya lo habían hecho la semana pasada tirando ropa interior, remeras, gorras y hasta zapatillas) obligaron a acelerar el traslado de diez detenidos a la cárcel de Tartagal, lo que descomprimió el conflicto por ahora.
El traslado estuvo a cargo de personal de la Comisaría 42 y de la Brigada de Investigaciones de esa ciudad.
Tres calabozos saturados
En la Comisaría 42 hay tres calabozos con espacio para alojar a 30 detenidos, aunque ayer eran 57.
Uno de ellos está destinado a la detención de personas sospechadas de estar involucradas en tráfico de drogas. Si bien el área de Drogas Peligrosas tiene su edificio en Villa Saavedra, no cuenta allí con calabozo, por lo que lleva a los detenidos a la comisaría que está en el centro.
Otra área es utilizada por la Brigada de Investigaciones; allí aloja a las personas detenidas sospechadas de cometer distintos tipo de delitos. La Brigada tiene sede en el barrio Jardín, pero ese edificio no cuenta con calabozos.
Y finalmente el tercero es donde la Comisaría 42 aloja a las personas que detiene durante sus operativos.
Hasta ahora, y ante la saturación de estos tres espacios, la Comisaría 42 derivaba detenidos a las comisarías de otras localidades cercanas, como Aguaray, Mosconi, Salvador Mazza, Yacuy o Campo Vespucio. El problema es que estas dependencias ahora también están con su capacidad colmada.
La alcaidía
La saturación de la Comisaría 42 se va a resolver definitivamente cuando se complete la construcción de la alcaidía general. Actualmente la Ciudad Judicial de Tartagal, que se inauguró hace dos semanas, tiene una alcaidía de tránsito, es decir, solo ingresan aquellos detenidos que esperan algunas horas para declarar ante un juez.
La alcaidía comenzó a construirse hace casi tres años, como parte de las obras previstas por el Fondo de Reparación Histórica lanzado por el Gobierno provincial. Sin embargo, distintos problemas con las empresas y los pagos al personal originaron un retraso en la construcción que ya lleva dos años. El edificio estará ubicado en el barrio Néstor Kirchner, frente a la unidad carcelaria N§ 5.
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